LA MUERTE PELÁ
Rafael Romero Pérez, 1935
“(¿Por qué será tan feo este “paso” de la muerte? Las miradas de los niños se clavan en él con miedo. Sobre todas las “andas” prende una luz, menos sobre ésta. ¿Para qué? La muerte es luz de por sí misma: no necesitan que la destaquen.) (Empiezan a entrar minúsculos “capiruchos”.- Cintos amarillos con breve lista negra en sus bordes, o cordón de borlas diminutas que golpean graciosamente las piernecillas inquietas. Son los niños que deambulan por el interior del templo y se quedan indefectiblemente parados frente a la “muerte pelá”.)
Voltea con agitación la “matraca” y en la sacristía se reúnen “mayordomas” y “mayordomos” con guantes y largos cirios. Las “Marías” y la “Verónica” ensayan por última vez el dramatismo de sus rostros, y el viejo capitán de los “armaos” ha iniciado en sus huestes ese grácil bamboleo de uno a otro pié, que acompañará al cortejo como una única cadena de luz y colores.
Voltea con agitación la “matraca” y en la sacristía se reúnen “mayordomas” y “mayordomos” con guantes y largos cirios. Las “Marías” y la “Verónica” ensayan por última vez el dramatismo de sus rostros, y el viejo capitán de los “armaos” ha iniciado en sus huestes ese grácil bamboleo de uno a otro pié, que acompañará al cortejo como una única cadena de luz y colores.
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