Semblanza del nuevo Primer Ministro: D. Luis González Bravo
El nuevo presidente del Consejo
de Ministros, D. Luis González Bravo es sin duda un hombre íntegro. Tras la
muerte de Narváez, la Reina
Isabel ha resuelto nombrar a D. Luis González Bravo como primer ministro, bajo la consideración de
que se trata de un político capaz de imponer el orden y evitar la anarquía
reinante en el país.
Otro andaluz va a regir los designios de
Desde su adscripción a las filas de los
progresistas puros se sumó al alzamiento antiesparterista en 1843,
participando, bajo las órdenes de Narvaez en la batalla de Torrejón de Ardoz.
En diciembre de 1843 se estrenó como presidente del Consejo de Ministros, y ministrode Estado y durante aquel mandatpo se creo el benemétito cuerpo de la Guardia Civil.
Don Luis González Bravo es un hombre de pulso firme. Ministro de Gobernación con Narváez, no dudó en reprimir la sublevación de la Noche de San Daniel. Entonces castigó com o se merecían, a los jóvenes profiantes defensores de Emilio Castelar, que gustaban de atacar a nuestra más noble institución, la Monarquía.
Entonces centellearon los sables y la infantería ocupó la Puerta del Sol, la calle de la Montera, la carrera de San jerónimo y la calle del príncipe.
¿Es imposible en Las Españas declarar el estado de sitio sin tener que deportar a la mitad de los españoles a Filipinas para despojar de su cátedra a un catedrático?
Esperemos que en esta ocasión sepa conducir los designios de la Patria en unos momentos en los que las aguas bajan turbias. Al menos con él estamos seguros que la Corona y el Concordato de 19851 están garantizados.
En diciembre de 1843 se estrenó como presidente del Consejo de Ministros, y ministrode Estado y durante aquel mandatpo se creo el benemétito cuerpo de la Guardia Civil.
Don Luis González Bravo es un hombre de pulso firme. Ministro de Gobernación con Narváez, no dudó en reprimir la sublevación de la Noche de San Daniel. Entonces castigó com o se merecían, a los jóvenes profiantes defensores de Emilio Castelar, que gustaban de atacar a nuestra más noble institución, la Monarquía.
Entonces centellearon los sables y la infantería ocupó la Puerta del Sol, la calle de la Montera, la carrera de San jerónimo y la calle del príncipe.
¿Es imposible en Las Españas declarar el estado de sitio sin tener que deportar a la mitad de los españoles a Filipinas para despojar de su cátedra a un catedrático?
Esperemos que en esta ocasión sepa conducir los designios de la Patria en unos momentos en los que las aguas bajan turbias. Al menos con él estamos seguros que la Corona y el Concordato de 19851 están garantizados.
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