EL MES DE MAYO EN VALVERDE: el Mes de María y las Cruces de Mayo.
Manuel Fernando Gómez Cera
Juan Carlos Sánchez Corralejo
Facanias, nº 503, mayo de 2015
La
Cruz en el ideario colectivo
La Cofradía de
penitencia de la Santa Vera Cruz fue quizá la primera de las cofradías valverdeñas.
Nacida como una Cofradía de Sangre destinada al culto al Madero en que murió
Jesucristo, existía con anterioridad al año 1576 y, siguiendo la misma tendencia
de otros muchos lugares andaluces, se
reforzó a lo largo del siglo XVI. Igual sabemos que ocurrió en San Juan
del Puerto[17] e
igualmente temprana fue la Vera Cruz del antiguo Hospital de San Bartolomé de
Beas.[18]
Sin embargo pocos datos históricos tenemos sobre
las fiestas de la Exaltación e
investidura de la cruz en Valverde que como
poco fueron tardías. En la Breve
Historia de Valverde, Luis Arroyo
Valero cuenta que “Las Cruces de Valverde, debieron tener veneración tan acusada, que
mereció se editara en el último siglo un pequeño folleto exclusivamente
dedicado a la historia del sagrado símbolo. Yo he tenido en mis manos ese
folleto”, terminaba diciendo[19].
Sí tuvieron un notable desarrollo en pueblos cercanos como Zalamea la Real,
donde en mayo, con motivo de las fiestas
de la cruz, se celebraba tradicionalmente una representación de una comedia
desde el siglo XVII, que llegó a ser prohibida por el alboroto ocasionado.[20]
Las Cruces eran hitos
religiosos pero también señales
geográficas. Debemos distinguir aquí las cruces de término –cruceros en
Castilla y otras regiones-, que no eran más que rollos o picotas
con una doble funcionalidad de marcas de jurisdicción y postes de justicia; a esta categoría pertenecen en
Valverde la Cruz del Rollo, la de Calañas y la desaparecida Cruz de Caporro, y seguramente
alguna otra más aún por documentar, ya que
varios caminos locales conectaban Valverde con el Pozuelo, Buitrón y el
Villar, como documentó en su día José García-Lería.[21]
La Cruz de Calañas
fue -en opinión de Luis Arroyo- coetánea a la construcción de la Iglesia
Parroquial, y sirvió de señal de jurisdicción a la entrada del camino de
Calañas, aunque a la par de hito religioso del que partía la romería a la
ermita de la Coronada y, tras su traslado, era el punto de recibimiento de los
romeros que transportaban la imagen. En el siglo XIX aún se levantaba en los cercados
del alfoz y junto a ella se erigió la llamada venta de la Cruz de Calañas.
Tenemos asimismo noticias de la existencia de otras cruces en el camino de la
ermita de la Coronada, con la Cruz de cuatro pies situada a media
legua de Valverde.La Cruz
de Caporro era la entrada de Valverde desde el camino al Pozuelo; y la Cruz del Rollo, hoy levantada sobre una
columna pétrea, fue rollo y picota jurisdiccional de Valverde una vez logrado
el villazgo, situada en su entrada principal, junto al camino real de
Extremadura.
José Andrés Rivera documentó la existencia de
al menos quince cruces urbanas en la
década de 1990[22], en pie, afortunadamente, la mayoría de ellas.
Las cruces urbanas valverdeñas son
de dos tipos; unas exentas,
asociadas normalmente a calles más anchas, frente a una mayoría de cruces de forja de pequeño porte, recluidas en
las fachadas de las viviendas, a menudo ubicadas en las esquinas
entre dos calles, y siempre en lugares estratégicos. Entre las cruces exentas,
levantadas sobre pedestales de hierro, sobresalen la Cruz del Barrio Viejo, y
la del Cabecillo de la Cruz.
Entre las cruces de fachada, el siglo XX
conoció la de la calle del Sol, en la fachada de Antonio Oliva Ramírez, sobre
una columna de piedra y barro, frontera con la casa del Organista, que creemos
está a punto de ser recolocada. También la de la Calle del Duque, en una casa propiedad
de Isabel García Cera, adquirida en 1916 por Francisco Romero Fernández, casado
con Manuela Santos; desde entonces es la cruz de la esquina de los Vironda, que abre paso al Barrio Viejo y
a la Calle Las Cruces. La cruz de la calle Jesús y María se situaba en la casa-
panadería de Diego Batanero –al decir de
Luis Arroyo Valero, la más antigua de la población-. La de la calle Santa Ana
nº 1, hoy tristemente desaparecida, daba la bienvenida al barrio santanero; estaba situada en la fachada de la
vivienda de Antonio Palomo y Amparo Marín Cejudo, que luego pasaría a su hija
Dolores Palomo Marín (1914-2004), casada con
Eliseo Caballero.
Completan el catálogo las dos cruces de la
calle Peñuelas –la del número 1, en casa
de Juanito el de los Cortes, y la de su esquina con la Huerta Nueva, en una
casa propiedad de Dolores y Josefita Morián, las morianas-. La cruz de la calle
Trinidad nº 5 señoreaba la casa de D. Simón Santos Bermejo, capellán de La Navahermosa,
una pequeña cruz de forja, acompañada de un azulejo de la Virgen de Los Dolores.
La cruz de la Plaza Ramón y Cajal se situaba en la casa de las Quiyoyas,
abriendo paso a la calleja de Carpinteros; allí las hermanas Obdulia y Benita fabricaron
exquisitos alfajores y piñonates, mientras su hermano y
Sebastián Rite Morián regentaban una taberna junto a la barbería
de Frasco.
Y además la cruz del número 64 del Valle de la Fuente,
esquina con la calle San Isidoro, en una vivienda propiedad de Manuel Vázquez Calero
e Ildefonsa Batanero; la de la calle Nueva nº 45, esquina con la Casas Solas,
propiedad en su día de Manuel Bermejo
Salas, el Campanillero; la cruz de las Casas Solas nº 8; la de la calle San
José o Peñuelas Chicas nº 14, en la
casa de José Castilla Palanco, el “Capao”, hijo de Inés Palanco Capado,
casado en segunda nupcias con Dolores Delgado Camacho; la cruz de la calle
Camacho, ya desaparecida –no sabemos si en casa de los Arroyo- ; o la cruz de
los Arrabales Grandes, de nuevo en la esquina del número 10.
La cruz del Barrio
Pero sin duda hubo más, casi siempre una cruz
por cada calle: la cruz de la casa de Gorito Hidalgo, el espartero, en el
número 22 de calle del Duque Chica; la de la esquina del Valle de la Fuente con
la Plaza Ramón y Cajal, en la casa-confitería de Virtudes Ramos Fernández y de su hermano Floreano,
confitero y mancebo de farmacia. Había
una segunda en la calle Nueva, en la medianía de las casas números 17 y 19, la
primera propiedad de María Jesús Moya, sobrina de D. Pedro Moya Camacho, el
cura de la Fuente de la Corcha, y la segunda del matrimonio formado por Ana Berrocal
Arrayás y Eugenio Domínguez Bermejo.
Dos cruces se erigían y se celebraban en el
Peñeo, en la calle Coronada, una en el número 3, cerca de la esquina con el Valle de la Fuente, propiedad
de la familia Huertas, y una segunda en el número 21 de la misma calle,
propiedad de Andrea Carrero, esposa de Salas.
Estamos seguros de que se nos escapa alguna
de las cruces históricas de Valverde, debido a su pronta desaparición. No
desdeñamos un catálogo más exhaustivo en el futuro, sobre todo con ayuda de los
lectores.
Continuará…
[1] Vid. SANCHEZ CORRALEJO, J.C. 2012, Valverde
y el Grupo Escolar, 110.
[2] Vid. SANCHEZ CORRALEJO, J.C. 2012, Valverde
y el Grupo Escolar, 110.
[3] A.C.M.P. Libro de actas. 30 de abril de
1954.
[4]Entrevista a Juan Feria Parreño.
[5]Vid SÁNCHEZ CORRALEJO, 2006, “Las
escuelas y los maestros de nuestros
abuelos (III), Raíces, 2006.
[6]Entrevista a Josefa Quintero caballero (1928).
[7] Entrevistas a Rosa María Banda Delgado y Pepi Montín.
[8] Entrevista a Pepita Márquez Rodríguez (1931).
[9]ARROYO NAVARRO, F. (1989): La Acción
Católica y otras celebraciones. En Historia
de la Parroquia de Valverde del Camino (Huelva). 1469-1950. Una espiritualidad
y un esfuerzo. Valverde del Camino, el autor.
[10] Vid. SÁNCHEZ CORRALEJO, J.C. El Grupo Escolar y Valverde del Camino, 2012, p. 165
[11] SÁNCHEZ CORRALEJO, J.C., 2006, “Las escuelas y los maestros de nuestros abuelos (III)”, 45
[12] Entrevista a Juana Corralejo Flores (1941).
[13]Aquellas niñas fueron
María Feria Becerro, Mercedes Contreras Limón, Vicenta Díaz Bermejo, Reposo
Feria Feria, Rita Feria Arrayás o Paquita Feria Corralejo.
[14] Entrevista a Mª Dolores
Vázquez Marín (1932).
[16] Entrevista a Pepita Márquez Rodríguez (1931)
[17] Vid. CARTES PEREZ. J.B. «Hermandades y Cofradías en
el San Juan del Puerto del siglo XVI»,
en Fiestas de San Juan Bautista, 2005,
p. 97.
[18] Vid. BECERRIL PEREZ D.L. (1998): La Torre y la
parroquia de San Bartolomé, págs. 83-93
[19] ARROYO VALERO, Luis, Breve Historia de Valverde 2ª ed. Valverde, Tip. Fernández, 2000,
p.51).
[20]
LANCHA,
Manuel Jesús, "Zalamea la Real excomulgada". En Feria y Fiestas. Año
1988. Epoca III. Vol.1, nº 10. En el año 1724, por orden del Vicario de la
Iglesia y por mediación del presbítero D. Alonso de León, se decreta la
prohibición de estas representaciones, bajo la pena de excomunión
[21] GARCIA RODRÍGUEZ;
José. “La red anterior al tren”. Raíces,
nº 1, 1998, p. 17
[22]Vid.
RIVERA BECERRO, José Andrés. Valverde en busca de su historia; 1. “Las Cruces
de Mayo”, Revista Facanías nº 303,
octubre de 1998.
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