UN DRAMA PASIONAL
DE VALVERDE DEL CAMINO
EN LA PRENSA
NACIONAL (1909)
Juan Carlos Sánchez Corralejo
Facanias. Julio de 2015
Facanias. Julio de 2015
Esta fue la noticia,
a modo de teletipo, que recogieron varios diarios nacionales El “teletipo” consistía
a veces en la lectura del periódico de una provincia cercana, o la recepción de
una carta postal del cronista.
La
noticia del ataque violento fue recogida por otros muchos periódicos. El Diario de Córdoba, ABC, El Noroeste, El
Correo Español, La región Extremeña, El Pueblo, Las Provincias, El Fusil y
otros varios.[2]
El día 12, lunes, la noticia aparece en ABC, y en ella se relataban los hechos
con algún detalle añadido: aportaba el segundo apellido, Clamillo –qué apellido
más raro, qué poco valverdeño-; la edad del pendenciero, cuarenta años; la
agresión con arma blanca, y añadía algún dato más sobre el suicidio posterior
del atacante[3]: Celos sangrientos, telegrafían desde Valverde del Camino (Huelva) un
sangriento suceso motivado por los celos: José Fernández Clamillo de cuarenta
años, sospechaba de la fidelidad de su esposa y recriminándola ayer se excitó
hasta el extremo de agredirla con un arma blanca. Una hermana de la víctima se
interpuso y el enfurecido esposo arremetió contra ella, dejándola medio muerta
de una cuchillada en el vientre. El agresor que creía que había matado a las dos
mujeres, se marchó al corral y allí se degolló.
Con antelación, un
periódico de menor tirada y entidad, El
Correo Español, ya el sábado 10
había publicado la noticia de un hecho ocurrido el jueves 7: El agresor se
llamaba José Fernández Alamillo, era un herrero, alcohólico según este diario,
que dejaba entrever que, acaso por dicha adicción, estaría afectado por alguna
enajenación mental:
Esta
versión añade a un supuesto amante, un pescadero, que también habría resultado
agredido, aunque es la única fuente que añade la figura del supuesto enamorado.
También nos aclara la decisión de enterrar al finado en el cementerio
protestante de Valverde del Camino.
Ahora,
en el caso del herrero José Fernández, al tratarse de un suicida, la Iglesia
establecía la prohibición
de un funeral religioso en terreno santo. Por ello, la medida adoptada fue
derivar sus restos mortales hacia el cementerio protestante. La noticia procede
asimismo del diario El Correo Español.
En
otros pueblos de la geografía andaluza los entierros de suicidas se realizaban
en lugares anexos a los cementerios, pero sin la categoría de lugar sagrado, a veces llamados “cementerio civil”[9]. El trato fue más
denigrante en otros países.[10]
El 11 de abril, un
diario valenciano, El Pueblo, la
refería así: “Horrible drama. Huelva. En
Valverde del Camino. José Fernández, ciego de cólera a causa de los celos,
agredió con un cuchillo a su mujer y la hirió. Se interpuso su cuñada que
recibió también una cuchillada, en el vientre. Fernández, creyéndolas muertas,
se fue al corral y con la misma arma se degolló. Las mujeres están en gravísimo
estado” .[11]
Ese mismo día, el 12
de abril, la noticia pudo leerse desde el Cabo de Gata a Finisterre. El
tratamiento fue desigual. Las versiones van del amarillismo al teletipismo espartano. Las Provincias, diario asimismo de
Valencia: “Dicen de Huelva que en
Valverde del Camino, José Fernández dio por celos una puñalada á su mujer y
otras a su cuñada por suponerla encubridora. Después, se degolló. Las dos
mujeres están moribundas.”[12]
“Crimen por celos. Dos mujeres heridas. Huelva: Comunican de Valverde
del Camino que se ha desarrollado en aquel pueblo uno de tantos crímenes que
causan los celos. Vivian en dicho pueblo un matrimonio, él llamado José
Fernández Clamillo, de cuarenta años, herrero de oficio; con ellos también
habitaba una hermana de la mujer de José. Esta familia ha vivido muchos años
sin entre ellos mediara la menor disputa, pero los celos, los terribles celos
hicieron su aparición en el hogar tranquilo, motivando frecuentes disputas.
José sospechaba de la fidelidad de su
esposa y no eran bastantes las protestas de su mujer, ni las de su hermana para
convencer al herrero celoso. Ayer por la tarde, estando solos José y su mujer
volvieron a discutir sobre el mismo asunto; pero la discusión fue algo más
violenta que las anteriores; y José creyendo ver en las palabras de su mujer
alguna confirmación de sus sospechas, cogió un cuchillo, lanzándose sobre ella,
dándole una cuchillada. A los gritos que daba la herida acudió su hermana,
tratando que el criminal volviera a hundir el cuchillo en el cuerpo de su
víctima, pero José, que estaba como loco, arremetió contra su cuñada, dándole
una cuchillada en el vientre.
Suicidio
del criminal. José al ver en el suelo, teñidas en sangre a su mujer y a su
cuñada, y creyendo que las había matado, se fue corriendo al corral,
degollándose con el mismo cuchillo que había herido antes a sus víctimas. [13]
Estado
de las víctimas.
Cuando los vecinos entraron en la
herrería se encontraron un cuadro espantoso. Recogidas las dos mujeres heridas
se vio que su estado era gravísimo, pues el cuchillo había hecho bastantes
destrozos en el cuerpo de aquellas desgraciadas. El cadáver del suicida ha sido
trasladado al cementerio para hacerle la autopsia. El vecindario está
impresionado por este trágico suceso”.[14]
El diario valenciano
Las Provincias hizo un escueto
comunicado pero tuvo tiempo, en apenas
cinco renglones de una columna diminuta, a convertir a la ayudante, de simple
protectora de la vida de su hermana, en encubridora de sus supuestos devaneos
amorosos: “Dicen de Huelva que en
Valverde del Camino, José Fernández dio por celos una puñalada a su mujer y otra a su cuñada por suponerla encubridora.
Después se degolló. Las dos mujeres están moribundas“[15]
Un día después, el
13 de abril, el periódico coruñés El
Noroeste reproduce la versión más austera: “un vecino que sospechaba de la fidelidad de su esposa le asestó una
tremenda cuchillada. A los gritos de la victima acudió una hermana que también
recibió una cuchillada en el vientre. El criminal, creyéndolas muertas,
degollóse. Las víctimas están en grave estado.”[16]
En Valverde del
Camino hubo algunos “fusileros”, nombre con que el periódico satírico llamaba a
sus lectores, a menudo para recordarles su obligación de renovación de la
suscripción. En 1903 era fusilero un valverdeño que respondía a las siglas J.M.[21]; más tarde lo fueron J. de
P. P. [22] y A.V.R.[23]. Otro, Manuel Duque, actuó como
corresponsal en la sección “El Bufete de El
Fusil”. No sabemos si uno de ellos
fue el que puso al semanario al hilo de los despropósitos.
[1]
Diario de Córdoba de comercio,
industria, administración, noticias y avisos. 12 de abril de 1909, p. 1. “Drama
pasional”. Recogido asimismo por El
Restaurador: diario de propaganda católico-social y de avisos. 19 de abril
de 1909, p. 1.
[2]
ABC,
12 de abril de 1909. El Pueblo:
diario republicano de Valencia. El Pueblo.
11 de abril de 1909, p. 3 El Noroeste. 13
de abril de 1909. La región extremeña: diario republicano. 15
de abril de 1909, p. 2
[3]
ABC, 12 de abril de 1909. Reproducido
por El
Restaurador: diario de propaganda
católico-social y de avisos, Año II, Número 232. 19 de abril.
[4]
El Correo Español 10 de abril de 1909. Reproducido por El Restaurador:
diario de propaganda católico-social y de avisos. 19 de abril
[8]
MORA MONTÍN, A: Ibídem. En 1902 se
erigió un mausoleo en estuco, dedicado por sus dos hermanos a la
memoria de William Hard, apoderado de Frank Clarke Hills. En la única
fotografía que se posee del viejo cementerio inglés. Se sabe que estaba adosado al muro del cementerio, en la zona
paralela a la carretera, y que tenía detrás un pequeño tejado a dos aguas, posiblemente la culminación de otro mausoleo
o panteón.
[9]
Vid por ejemplo MORENO VALERO: “Costumbres acerca de los difuntos, en Los
Pedroches (Córdoba). Gaceta de Antropología,
1995, nº 11.
[10] En Inglaterra fue considerado un crimen atroz,
y el castigo se extendió incluso después de la muerte. Para los ingleses, el
suicidio era un auto-asesinato, por lo que los autores de un suicidio fallido
eran acusados como criminales. Las propiedades de la víctima eran confiscadas
por la Corona luego de la muerte del suicida, por lo que muchas veces las
familias disfrazaban u ocultaban el verdadero origen de la muerte para poder
preservar su herencia. Además, se le negaban los ritos de entierro cristiano,
por lo que sus familiares debían enterrar el cuerpo por ellos mismos,
preocupados por que pudiera afectar el descanso del difunto o poner en peligro
su reputación.
[13]
La Correspondencia
de España: diario universal de
noticias. 12 de abril de 1909 p. 2. “Criminal y suicida”.
[20]
El Restaurador:
diario de propaganda católico-social y de avisos Año. 19 de abril de 1909, p. 1
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