Extraído de "El grupo Escolar y Valverde del Camino (1937-1986)". En SÁNCHEZ CORRALEJO , J.C. PÉREZ RITE J.A. Y BARCELÓ MARTÍNEZ M. (2012): Del Grupo Escolar al CEIP Menéndez y Pelayo, pp. 61-66
Los primeros maestros
El día de su apertura, se trasladaron al Grupo Escolar
seis maestros, a saber: Manuel Viso Toscano, Manuel Medina, Gregorio Romero,
Miguel Rasero, Evaristo Arrayás y Antonio Rodríguez. Se había logrado agrupar
en un único local todas las escuelas de niños antes dispersas por la población,
aunque siguió existiendo como única escuela
masculina independiente del Grupo Escolar, la de la calle Real de Abajo,
regentada por Antonio Infante Valdayo.
El sorteo de las seis clases del Grupo
Escolar queda reflejado en el siguiente cuadro, junto a otras dependencias de
entonces y posteriores:
AULA
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PROFESOR
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Aula nº 1
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Manuel Viso Toscano
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Aula nº 2
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Manuel Medina Mora
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Aula nº 3
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Gregorio Romero
Bogado
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Sala nº 4
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Sala de profesores
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Sala nº 5
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Biblioteca
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Sala nº 6
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Puerta de servicios
del primer ala
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Sala nº 7
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Puerta de servicios
del segundo ala
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Sala nº 8
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Puerta de servicios
de profesores
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Aula nº 4
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Miguel Rasero Pardo
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Aula nº 5
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Evaristo Arrayás
Mariano
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Aula nº 6
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Antonio
Rodríguez-Cepeda García
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Sala nº 12
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Comedor escolar
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Fuente: Entrevista a D. Francisco Romero
Calleja
Evaristo
Arrayás Mariano
(1882-1957), natural de El Pozuelo, llegó a Valverde a mediados de la década de 1910, se instaló en la escuela de la
Calle Nueva, de la que sería titular, y en aquel edificio municipal vivió junto
a su familia. D. Evaristo fue el de mayor edad de los seis maestros que
inauguraron nuestro Grupo Escolar. Era director al comienzo de la década de
1950. Obtuvo la jubilación forzosa en octubre de 1952-
Gregorio Romero Bogado (1890-1980), hijo de Francisco Romero Sánchez, había nacido en Almonaster la Real. Ingresó en el cuerpo de magisterio el 14 de agosto de 1915[1]. Comenzó su carrera profesional en Escacena, prosiguiendo en Aracena y Calañas, para terminar en Valverde. Llegó como auxiliar de la escuela de la calle Nueva, debido al gran tamaño de aquella, ya que acogía desde rapaces de 6 hasta adolescentes de 18 años. El maestro de Almonaster dejó su querida escuela de la calle Nueva para trasladarse al nuevo colegio. Desde 1942 pertenece al quinto escalafón de maestros[2]. En 1945 solicitaba una gratificación del ayuntamiento, ya que afirmaba «haber admitido de una manera voluntaria y gratuita a la mayor parte de los niños de la escuela nº 1» por hallarse aquella cerrada desde octubre de 1944, aunque el ayuntamiento desistió de la demanda, alegando no tener competencias en el asunto[3]. Gregorio Romero fue además el delegado del S.E.M. (Servicio Español del Magisterio)[4] en la Junta Local de primera enseñanza, a lo largo de la década de 1940. Se jubiló al finalizar el curso 1960/61.
Tarjeta de identidad de D. Gregorio
Romero Bogado
Antonio Rodríguez-Cepeda García (1891-1964) había nacido en Benacazón (Sevilla), el 1 de febrero de 1891, aunque su familia era oriunda de Villarrasa. Obtuvo el título de maestro superior, expedido con nota de sobresaliente, en 15 de febrero de 1916. Desde 1915 a 1921 ejerció en Valverde, ocupándose inicialmente de una auxiliaría, llegando a impartir su magisterio en todas las escuelas públicas de la localidad. Se inició en 1915 en la Escuela de la calle Nueva, con Evaristo Arrayás. En 1916 ya era el director de la escuela del 2º distrito, pero sus problemas pulmonares lo llevaron a solicitar plaza en Aracena[5], donde permaneció desde 1921 hasta 1927, y posteriormente en La Palma del Condado, entre 1927 y 1934. Entonces volvió a Valverde, instalándose en la Escuela del Pósito y, más tarde, en la Escuela de la Zona durante la II República, para acabar en el Grupo Escolar desde su inauguración en 1937, ocupando el aula nº 6. Desde 1942 pertenece al quinto escalafón de maestros[6].
Miguel
Rasero Pardo vivía en la calle Menéndez y Pelayo nº 10 y estaba casado con
la valverdeña Dolores Rodríguez Morián, profesora de piano, de cuyo matrimonio
hubo dos hijos, Guillermo y Juan. Sus alumnos lo definen como hombre simpático
y listísimo[7], aunque también con
un punto de genio[8]. Hizo sus pinitos en
el teatro de aficionados que entonces había en Valverde, interpretando al
hermano truhán de Doña Clarines, Basilio[9]. Tras su paso por
Valverde se marchó a Camas y sabemos que también ejerció su magisterio en
Zafra. Desde 1942 pertenece al quinto
escalafón de maestros[10].
Manuel Viso Toscano, en la década de 1920, impartía clases en la calle del Duque. Era
por entonces un maestro joven y de pelo rojizo, tal que parecía un teutón.
Sustituyó al anterior, D. Desiderio. También pasó por las aulas de la
escuela de la Cuesta de la Estación, de donde se reintegró temporalmente al
ejército durante la Guerra Civil como oficial de complemento en diferentes
ferentes de batalla entre el 1 de septiembre de 1937 y el 19 de junio de 1939[11]. Al parecer, era natural de Ceuta. Se integró plenamente en la
sociedad valverdeña, perteneció a la Hermandad del Rocío, de la que fue
secretario segundo[12].
De Valverde se marchó a Madrid, donde estaba en el curso 1960/61.[13]
Manuel Medina Mora (1905-1991) representaba a una nueva generación de maestros. Hijo de Manuel Medina Mora, secretario del ayuntamiento, y de Dolores Mora Tejero, estudió en la Escuela Normal de Huelva, al tiempo que trabajaba de oficial en el consistorio en sustitución de su padre, recién fallecido, y daba clases particulares en el doblado de su domicilio particular, en la calle Sor Ángela. Tras su paso por las aulas de Zalamea y San Juan del Puerto, llegó a Valverde en 1937, pasando directamente al Grupo Escolar. Según su hija Dolores, era un maestro vocacional que añoraba la vuelta al cole: “¡Dulce Nombre, qué ganas tengo que llegue septiembre para ver a los chiquillos!”, solía decirle a su esposa.
Alcalde de Valverde
desde junio de 1938 hasta mayo de 1945[14], ocupó el cargo de
director en varias ocasiones y se jubiló
con 70 años, después de 42 de servicio. Fue miembro de la Junta Local de
Enseñanza Primaria como representante del S.E.M. (Servicio Español del
Magisterio) en los años finales de la década de 1940.
Entonces era normal fumar en sitios públicos y, por supuesto, en
las aulas. Algunos de aquellos maestros
eran fumadores empedernidos. Antonio Rodríguez-Cepeda, enfermo de pulmón, daba
clases con el pitillo de caldo de gallina en la boca, aquellos cigarros de
tabaco negro de picadura que requerían, como en los tiempos de crisis actuales,
extraer una hoja de papel del librillo rojo,
tomar la picadura de la petaca y
proceder de manera parsimoniosa a liarlo.
En 1946, la Junta Local propone el cambio de la Escuela nº 1 del grupo por la Escuela nº 3 de niños, situada en la calle Calvo Sotelo, -en referencia, pensamos, a la escuela de Antonio Infante Valdayo, que en realidad se situaba en General Mola-. Dicho cambio fue aprobado por la Junta Local de Enseñanza, por mor de las «ventajas que proporcionaría dicho traslado para la enseñanza y que al mismo tiempo favorecería a los maestros que la regentan», y previa reparación de la casa habitación del maestro de la calle Calvo Sotelo. Así se propuso al servicio de inspección, pero el cambio fue denegado por el inspector Lorenzo Hardón.[15]
Los maestros del Grupo Escolar, de izquierda a derecha: Teodoro González, Gregorio Romero, Antonio Infante, Francisco Díaz, Francisco Romero Calleja, Manuel Medina y Fausto Arroyo.
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La séptima unidad. En 1949, ante el estado ruinoso del tejado de la casa habitación
de la escuela unitaria de niños nº 3 de la calle General Mola 7, se le ofrece a su inquilino las dos
dependencias antiguas separadas por un tabique del Grupo Escolar. Era el
llamado cuarto de las ratas, que en alguna ocasión sirvió de reclusión de los
alumnos más díscolos. En el proceso de deliberación se vio además la utilidad de
unificar en un mismo edificio las siete escuelas de niños de Valverde.
Por ello, se acordó por unanimidad el derribo del tabique separador y el
acondicionamiento de la cubierta situada frente a la fachada, y poder disponer
así de luz y ventilación suficientes para la labor docente.[16]
La séptima unidad era el lugar asignado al maestro de última incorporación en el centro, ya que era muy fría e incómoda. Por ella pasaron Francisco Romero Calleja, Fernando Gómez y Pedro Márquez. El maestro de turno de la séptima unidad, además de soportar las estrecheces de la edificación, era el encargado de accionar el mandoble, que servía para abrir el depósito de 200 litros de agua que servía para la limpieza de los servicios[18]. Delante de ese espacio existió una fuente o surtidor para calmar la sed de la chiquillería, aunque casi siempre estaba estropeada.
1]. Datos
extraídos de su carnet de identidad, expedido por el Ministerio de Educación
Nacional.
[2]. Orden de
27 de mayo de 1942, por la que se aplican las nuevas plantillas de personal del
Magisterio Nacional primario en su quinta categoría (Maestros): BOE nº 158, p. 4094.
[3].
A.M.V.C./L.A.C. de 1945, 3 de enero.
[4]. El SEM
era un organismo corporativista que, al igual que el sindicalismo vertical, era
de afiliación obligatoria. Su misión era representar al magisterio en los
organismos del estado, y era el responsable de las actividades de formación,
adoctrinamiento y control de los maestros. En la etapa del tardofranquismo
encabezó dos reivindicaciones señeras: el control de la segunda etapa de EGB
por el cuerpo de magisterio y la exigencia de retribuciones como titulados de
grado medio. Se ha afirmado además que trató de mantener bajo control al
descontento del profesorado y que para ello permitió las asambleas de maestros,
mucho antes de la muerte de Franco.
[5]. En la
elección de Aracena influyeron, sin duda, los ánimos de su primo, Pedro Mejías
Rodríguez, director a la sazón del Grupo Escolar de Aracena.
[6]. Orden de
27 de mayo de 1942, por la que se aplican las nuevas plantillas de personal del
Magisterio Nacional primario en su quinta categoría (Maestros): BOE nº 158, p. 4094.
[8]. José
Bermejo Mora lo recuerda arrojando un tintero en la Escuela de la Luz que llegó
a la carretera de Calañas.
[9]. Doña
Clarines es una obra de teatro de los Hermanos Álvarez Quintero, estrenada en el Teatro Lara de Madrid el 5 de noviembre de 1909. Doña Clarines es una
vieja a la que todos tienen por loca, ya que dice lo
primero que pasa por su cabeza. Vive con su hermano, Don Basilio, y sus
rarezas. Doña Clarines monta en cólera al descubrir los amoríos de su sobrina
con el hijo del que antaño fue su pretendiente desleal. Sin embargo, Doña
Clarines finalmente dará su bendición al noviazgo, y los jóvenes terminan
contrayendo matrimonio. Valverde
contaba entonces con una agrupación teatral de aficionados “Los Amigos del
Arte”.
[10]. Orden de
27 de mayo de 1942, por la que se aplican las nuevas plantillas de personal del
Magisterio Nacional Primario en su quinta categoría (Maestros): BOE nº 158, p. 4174.
[11]
Certificación
del alcalde Pedro Vizcaíno Rodríguez . 8 de septiembre de 1964. Leg. 360.
[14].
Sustituyó en el cargo a Francisco Llanes
Llanes. Fue alcalde de una gestora formada inicialmente por José Mª Mantero Vizcaíno, Juan Mora Arroyo,
Manuel Romero Pérez, Fernando Vizcaíno
Marín, José Garrido Ramírez, Eugenio Domínguez Morián, José Mantero Valero,
Fernando Borrero Vizcaíno, Pedro Pérez Romero y Ramón Arroyo Domínguez. El último pleno que presidió lleva fecha de
29 de mayo de 1945. Al día siguiente ya actúa como alcalde local D. Juan
Parreño Romero.
[15]. A.M.V.C. Libro de actas de la Junta Local de
Primera enseñanza. 12 de diciembre de
1946.
[16]. A.M.V.C. Libro de actas de la Junta Local de
Primera enseñanza. 29 de abril de 1949.
[17]. Ibídem.
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