La represión de los maestros en Valverde y la inauguración
del Grupo Escolar.
El 7 de diciembre de 1937 se produjo la Orden de la Junta Técnica del Estado[1], que estableció la suspensión de empleo y sueldo de Antonio Rodríguez-Cepeda García, quien, andando el tiempo, llegaría a ser director del propio colegio.
El procedimiento
sancionador con los maestros fue básicamente igual en todas las provincias. Se
decretaba la suspensión provisional y la exigencia de solicitar el reingreso
para todos los docentes. Estuvo regulado
el Decreto 101 de 8 de septiembre de 1936 de la Junta de Defensa Nacional[2],
que estableció la obligación de todos
los funcionarios de la zona liberada de
presentarse ante la Autoridad o
funcionario de superior categoría y la orden de 5 de noviembre
de 1936 de la Junta de Burgos, que invalidaba todas las disposiciones
administrativas dictadas posteriores al 18 de julio que no hubieran dictado las
autoridades de la zona nacional. Su
incumplimiento sería sancionado en virtud del Decreto 93 de 3 de diciembre de
1936, que ordenaba que los funcionarios que no se presentaran en el plazo
debido serían declarados cesantes, sin formación de expediente[3].
La Orden de 30 de octubre de 1936, sobre depuración de responsabilidades de los
empleados públicos, estableció, además, la suspensión de empleo y sueldo.
A ello le siguió lo que Cano Bueso
llamó el goteo de disposiciones para eliminar del servicio a los funcionarios
no afectos al nuevo régimen. El decreto 108, de 13 de septiembre de 1936,
permitía juzgar los delitos políticos cometidos desde 1934; la circular de 30
de septiembre de la Junta de Defensa Nacional conminaba a todos los alcaldes a
remitir sus informes con patriotismo, pero a la par instaba a la desaparición
de casos de informes basados en resentimientos personales o en casos de lenidad,
y el decreto de Unificación de 19 de abril de 1937 estableció, además de la
propia unificación de fuerzas políticas afectas, la ilegalización del resto de partidos políticos
y la necesidad de que los funcionarios fueran corregidos, suspendidos o
destituidos, en caso de actuaciones antipatrióticas o contrarias al Movimiento
Nacional[4].
En la práctica, el procedimiento
consistía en analizar la ideología, la filiación política, actividad y cargos
políticos y sindicales desempeñados, y la conducta profesional[5].
La depuración del magisterio fue encargada a
comisiones de ámbito provincial, presididas por un director de Instituto de
Bachillerato, un inspector de Enseñanza Primaria, el presidente de la
Asociación Católica de Padres de Familia de la provincia y «dos personas de máximo arraigo y solvencia
moral y técnica»[6]. Tres años después, una Orden Ministerial añadió dos nuevos
miembros a las comisiones, designados a propuesta de la respectiva Jefatura Provincial
de Falange Española Tradicionalista y de las JONS.[7]
A
ello habría que añadir la extensión de la represión dirigida hacia personas que
regentaban escuelas privadas y a los llamados cursillistas del 36. Conocemos el
fusilamiento de José Quiñones García,
que, aunque no era maestro, regentaba un parvulario en el callejón de las
Brujas[11],
y la represión sufrida por Diego Fernández Romero y Andrés Rite Batanero.
Al
terminar la guerra, todos los cursillistas quedaron suspensos de empleo y
sueldo a efectos de la orden de 5 de noviembre de 1936. En 1960 se convocó una oposición
restringida para el ingreso de cursillistas y ex combatientes que pudieran
demostrar su afección al régimen franquista y estar libres de antecedentes
penales.
Podríamos
añadir el caso de José Castilla Limón, zapatero local, reconvertido a
profesor de francés de la Academia Virgen del Reposo. Carecía de titulación de
francés, pero aprendió el idioma durante la Guerra Civil leyendo y traduciendo Los miserables de Víctor Hugo, encerrado
en la cárcel por su condición de socialista, en la prisión central del Puerto
de Santa María, desde mayo de 1938.[17]
El zalameño José Contioso Lineros era estudiante por libre de último curso de
magisterio y había hecho las practicas de 1º y 2º en la escuela de Manuel Viso
Toscano, en el piso alto de la calle Juan González, cuando estalló la Guerra Civil y su corazón “rojo”
y libertario se vio obligado a combatir en el bando nacional en Espinosa de los
Monteros, León o Peñaranda de Bracamonte. Aunque trabajó de contable en la
fábrica de calzados de Andrés Senra gustó de ayudar, siempre de forma
altruista, además de a sus hijas a algunos vecinos y conocidos a enderezar sus
estudios, tanto de bachillerato como de magisterio.[18]
En definitiva, nos inclinamos a pensar que la
apertura del Grupo Escolar de Valverde se produjo hacia febrero de 1938, una
vez cumplidas las suspensiones de empleo y sueldo, después de que todos los
docentes hubieran de solicitar el reingreso
en el cuerpo, y que las harcas disminuyeran su actividad, debido al fin
de los maquis[19].
La Ratonera
o escuela del callejón de las Brujas, regentada Diego Fernández.
por José
Quiñones “el cojo”. Foto cedida por Antonio Garrido. Obra de M. Castilla
[1]. BOP de la provincia de 18 de
diciembre.
[2]. ABC. Sábado 9 de enero
de 1937. Edición de Andalucía, p. 14.
[3]. CANO BUESO; J., 1985,
117. Se establece la sanción de declarar
cesantes sin necesidad de apertura de expedientes a los funcionarios ausentados de su
residencia desde el 18 de julio.
[4]. CANO BUESO, J., 1985,
117-121.
[5]. Por similitud con la
Ley de 10 de febrero de 1939 de la Jefatura del Estado sobre depuración del
personal en las zonas recientemente liberadas, podemos intuir el proceso
aplicado con anterioridad. Por esta ley se exigía una declaración jurada en la
que, además de sus datos personales, contestarían si prestaron adhesión al
Movimiento Nacional o al gobierno rojo, si cotizaron a partidos o sindicatos, o
si habían pertenecido a la masonería.
[6]. Decreto de 8 de noviembre de 1936, Boletín
Oficial del Estado del 11.
[7]. MORENTE VALERO F.
2001, 666 y 674-675. Vid. BOE del 8 de noviembre de
1939.
[8]. REYES SANTANA y PAZ SÁNCHEZ, J.J. 2009, pp. 312 y
siguientes.
[9]. REYES SANTANA y PAZ SÁNCHEZ, J.J. 2009,
[10]. Miguel Rasero Pardo, por pertenencia a un sindicato de enseñanza; Antonio
Rodríguez Cepeda, por tendencias políticas de izquierda y pertenencia a
sindicato de enseñanza. Manuel
Viso Toscano, por tendencias políticas
de izquierda y pertenencia a sindicato de enseñanza. Gregorio Romero Bogado fue el que recibió más
acusaciones de izquierdista: tendencias izquierdistas, familiaridad con
personas de izquierda y desempeño de cargos. REYES
SANTANA y PAZ SÁNCHEZ, J.J. 2009, 594.
Sin embargo, la única suspensión que nos
consta fue la impuesta a Antonio Rodríguez Cepeda, suspendido de empleo y sueldo por un mes a
partir del 18 de Diciembre de 1937 por
Orden de la Junta Técnica del Estado de 7 de Diciembre de 1937 (BOP de
18 de diciembre de 1937). La explicación
familiar, que pasó de la esposa, Ana Marín de Sardi, a los hijos es la
siguiente: a pesar de que Antonio era hombre de vocación religiosa, se habría
negado a acudir a algún acto, ante la acumulación de fiestas y misas. Para
evitar lo que él consideró una perdida excesiva de clases de sus alumnos no
acudió a un acto, celebrado bien en la Iglesia parroquial, bien en la Plaza. A
partir de ahí, los recuerdos se difuminan. Ese sería el origen del expediente.
Eran los tiempos de la alcaldía de D. Cristóbal Mora.
[11]. SÁNCHEZ CORRALEJO,
J.C. 2006, 41. Con apenas 28 años fue fusilado en Beas un
triste 5 de agosto de 1937, al decir de los papeles franquistas «por su
significación marxista». Vivía en el número 13 de la calle Triana.
Regentaba la escuela del callejón de las Brujas. Era hijo de Santos García, más
conocida como Santos «la garrocha». Era primo hermano de Dolores Quiñones
Callejas, viuda con apenas 30 años. En
su acta de defunción consta la profesión de obrero, ya que no fue maestro
nacional. Según Mª Jesús Domínguez Batanero, también dio
repaso en la calle del Duque a niñas como Rosenda o las hermanas Reyes, Petra y Josefita Corralejo Batanero.
[12]. Entrevista a Daniel
Bermejo Ponce.
[13]. El alcalde en cuestión fue detenido por la guardinha al
intentar pasar por Portugal a zona republicana. Probablemente murió en los
acontecimientos de la Plaza de Toros de Badajoz, aunque no se tiene certeza
absoluta de ello.
[14]. Entrevista a sus
hijos, Magdalena y Paco Andrés Rite.
[15]. ABC de Sevilla. 15 de
diciembre de 1937, p. 16. El mismo artículo establece que quedaba en suspenso
la colocación de varios maestros hasta la resolución de la Comisión Depuradora
del Magisterio, pero Andrés Rite no aparece en esa relación
[16]. CARRASCO, Bel, “Los maestros de la República quieren que sus
derechos profesionales sean reconocidos”, en EL
PAIS, 8 de noviembre de 1977.
[17]. ANTEQUERA LUENGO, J.J,
y LUENGO JIMÉNEZJ.J. Expedientes
carcelarios de Huelva. Naturales y vecinos. 1938, p. 17. Fue apresado en agosto
de 1937 junto a una veintena de valverdeños. Vid. ANTEQUERA LUENGO, J.J, y LUENGO
JIMENEZJ.J. Expedientes carcelarios de
Valverde del Camino. Sevilla, 2008, Facediciones, pp. 8, 11-13
[18] Entrevista a su hija
María Dolores Contioso y a sus alumnos
José Antonio Pérez Rite y Mª Jesús Ramos, todos ellos
maestros del Menéndez y Pelayo.
[19]. Las medidas represivas privaron al maquis de sus enlaces. Los
guerrilleros se entregan o prefieren morir. A decir de P. J. Feria Vázquez, la
actividad guerrillera fue debilitándose desde el otoño de 1937, hasta
casi desparecer en la primavera de 1938. Entre
marzo y abril fueron asesinados, capturados o se entregaron la mayor
parte de los guerrilleros. Algunos supervivientes optaron por huir a la zona
republicana en pequeños grupos para no levantar sospechas. Terminó así la época
de las grandes acciones guerrilleras en Huelva.
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