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miércoles, 24 de agosto de 2011

ETNOGRAFIA DE VALVERDE DEL CAMINO (HUELVA): JUEGOS INFANTILES (IV)

Manuel Fernando Gómez Cera

Revista Jaras del CMD de Valverde,  nº 49. Marzo de 2008, 

JUEGOS DE TEMPORADA

            Los juegos que hemos recogido en Valverde podemos clasificarlos en tres grandes apartados, como ya hemos dicho:

-          Juegos y retahílas de echar a suertes.
-          Juegos sin canciones y
-          Juegos con canciones.

Los juegos y retahílas y echar a suertes son un juego dentro del propio juego, cuya función principal es establecer las reglas del mismo, pero hay también otras formulillas que se producen en el propio desarrollo del juego o al terminar.

Estas fórmulas adquieren muy diversas formas, según sean para elegir a quien se queda, para formar equipos, para decidir el orden de salida…, siendo el grupo más numeroso el de aquellas que se ejecutan mediante formulillas rimadas, pongamos por ejemplo Una, dola…

Los juegos sin canciones conforman el apartado más extenso en Valverde. Su propio nombre indica que son juegos para cuyo desarrollo no es necesaria una canción, todo lo más, alguno que otro requiere una retahíla hablada y puede dividirse en dos grandes apartados: Juegos sin instrumentos y Juegos con instrumentos.

Sin embargo, para la mayoría de estos juegos sí es necesaria una formulilla de sortear, teniendo algunos de ellos su propia fórmula.

Los juegos con canciones, ya vimos el trimestre pasado algunos de ellos, requieren esa canción que les da el ritmo necesario para el correcto desarrollo del juego. Necesitan también una formulilla de sortear y a ellos pertenecen los de cuerda, de pasillo, de comba, etc.

Pues bien, de esta somera clasificación que hemos hecho, hemos extraído dos juegos que catalogamos en Juegos sin canciones y con instrumentos. Además estos juegos solo pueden jugarse en una determinada época del año, y que suele ser aquella en que se dan las lluvias, porque la tierra debe estar, al menos, húmeda.

El tiempo propicio es otoño, invierno cuando hace sol y la tierra está reblandecida y primavera. Los dos juegos de temporada son La lima y El corta-campo; dado que el primero ya lo hemos dado de forma independiente, ofrecemos ahora el segundo:

El corta-campo. (1)

            El corta-campo es una variante del juego de la lima. Es un juego de exterior y de temporada. Para jugar al corta-campo es necesario que el terreno de juego esté reblandecido por las lluvias. El único instrumento que se necesita es una lima, que pueda clavar adecuadamente en la tierra.

            El número de jugadores no debe ser menor a tres, porque lo haría aburrido, ni tampoco muchos más para no hacer los turnos demasiado largos. Lo ideal son tres jugadores o cuatro a lo sumo.

            Las dimensiones del campo de juego deben ser como mínimo de diez metros por cinco, y será dividido en tantas partes iguales como jugadores haya, señalándose a tal efecto.

            Se sortea el orden de salida. Si hay tres jugadores, serán el mano, el tras y el pota, es decir, el primero de mano, el segundo de mano y el último. El pota siempre es el último jugador en todos los juegos.

            El mano, el jugador que va de mano tiene derecho a elegir campo. Normalmente elegirá la parte más dura del campo, ya que cada jugador no clava en la suya, sino que debe clavar la lima en las de los contrarios. De esta forma, cuando un jugador contrario intente clavar en su parte, que es la más dura, errará y no podrá clavar la lima, perdiendo el turno.

            El objeto del juego es que cada jugador intente ganar campo a los adversarios. El jugador que va de mano comienza jugando de la siguiente forma: pone los dos pies dentro del lugar que quiera de su campo, o bien uno dentro y otro fuera del terreno de juego. Desde esa posición clava la lima en el campo del adversario cercano al suyo. Si la lima no clava, pierde turno, pasando al tras, pero si clava, señala una línea que pase por agujero donde ha clavado la lima hasta su campo. Es terreno ganado. Puede mover la posición como quiera, siempre teniendo los dos pies en su campo o uno dentro y otro fuera y sigue clavando. Mientras siga clavando va trazando líneas y ganando campo, borrando las líneas anteriores. El jugador que va jugando pierde su turno cuando “hace mala”, es decir, cuando falla al intentar clavar la lima.

            El juego termina cuando uno de los jugadores ha ganado el campo de los demás y se queda con todo el campo.

NOTAS.-

 (1)      Juego recogido a José Bermejo el 26/05/06.

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