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lunes, 17 de noviembre de 2014

VALVERDE DEL CAMINO EN LA POSTGUERRA

Retales de Valverde en las décadas de 1930 y 1940.

                                                           Juan Carlos Sánchez Corralejo


Extraído de "El grupo Escolar y Valverde del Camino" (1937-1986.).  En  Del grupo Escolar al CEIP Menéndez y Pelayo, 2012. pp. 165-176.   ISBN:  9788461630653

 Facanias, noviembre de 2014.
 
Flechas y Pelayos.1937. Ramírez Copeiro del Villar, 1987.
Valverde a través de la fotografía, p. 341.

EL ADOCTRINAMIENTO
Con la desaparición de la República se recupera el tradicionalismo católico y se reavivan algunos movimientos previos tendentes al resurgimiento del espíritu cristiano.

En 1938 se rehabilitó en Valverde el Movimiento de Acción Católica de Padres de Familia, bajo la batuta del arcipreste Jesús de Mora. El movimiento, creado por el Papa Pío XI, pretendía organizar a los laicos con el fin de cristianizar todos los sectores de la sociedad y situar de nuevo a Jesucristo en la familia, en la escuela y en la sociedad. El movimiento se plasma en asambleas parroquiales, asambleas eucarísticas del arciprestazgo de Valverde, representaciones de autos sacramentales, y procesiones eucarísticas con la custodia de plata por las calles centrales de la población[1]. La Acción Católica tuvo secciones de estudiantes y obreros y poseía, asimismo, una rama infantil, dedicada a sesiones de estudio con lecciones. Eran los famosos “corros de catecismo” de después de la misa de 12 de la mano de las hermanas salesianas Sor Casilda y Sor Julia. Contó además con una Capilla Musical de la Juventud masculina que solemnizaba los actos eucarísticos celebrados en la iglesia parroquial, que en la década de los 50 dirigirá Diego Romero[2].

Además, se acuerda organizar de nuevo la Conferencia de San Vicente de Paúl[3], uno de cuyos cometidos era el Patronato de la Infancia en el comedor de las Hermanas de la Cruz[4], y otro las cuotas de los socios o hermanos protectores que ayudaban a las familias necesitadas. 

Los niños aprendían a ser Flechas o Pelayos y las niñas Margaritas. Pelayos y Margaritas fueron los nombres asignados a las organizaciones juveniles de  requetés o carlistas. Su sede estaba en los altos de Educación y Descanso, en la calle Real de Arriba. Las margaritas valverdeñas hacían ropitas para los niños pobres que entregaban a las familias necesitadas con ocasión de la fiesta de los Reyes Magos, y la canastilla completa para un recién bautizado. Los Pelayos[5], con su uniforme caqui y la boina roja, aprendían a desfilar con los sones de Adelante, boina roja:  

«Adelante boina roja  / Por la fe y el Ideal /
Adelante boina roja / Por una España inmortal.
Rojas boinas españolas / Huestes henchidas de ideal /
Que conservaron ellas solas / El sentimiento nacional.
Son fundadoras de la fe / Son fundadoras de ilusión /
Que con la vista puesta en él / Harán triunfar la tradición».

Algunos valverdeños recuerdan ciertas variantes respecto al himno oficial de Ignacio Azcárate[6]:

Requeté requeté requeté / 
España en ti confía / 
Requeté, requeté, requeté / 
España nuestra es. / 

Todos  juntos en guerrilla  /
Marcharemos en unión / 
Defiendo la bandera / 
De la Santa Tradición.
 


La sede de los Flechas estaba en la Calleja de Carpinteros, en los  altos del antiguo Casino Republicano. Los chicos vestían el uniforme azul de Falange con el “cangrejo” y el gorro azul con su cinta roja. Los niños[7] recibían la instrucción. Se les enseñaba a desfilar, a presentar armas con fusiles de madera, marcando los tiempos, y a ejecutar el saludo fascista[8]. Su himno era el Cara al Sol.

Pequeños pelayos y flechas ensayaban cantando el himno refundido de Falange y los Carlistas, mientras aprendían las virtudes castrenses, y desfilaban de manera animada. Los flechas lo hacían desde el cuartel de Falange de la Calleja hasta el Colegio María Auxiliadora, acompañados por la banda infantil de cornetas y tambores. También acudían a los oficios de Semana santa, tocaban los tambores al alzar a Dios, hacían guardia ante el Monumento el Jueves Santo, en posición de firmes, y desfilaban en las procesiones de Semana Santa: seis gastadores, un abanderado, la banda de cornetas y tambores y las tres escuadras de la localidad.[9]  

Esta formación paramilitar se hacía extensiva al toque de oración[10]. En Valverde todas las tardes se procedía a izar la bandera, en un pedestal situado frente al ayuntamiento, mientras un corneta hacía el toque de oración. Los viandantes debían detenerse, los más entusiastas se ponían firmes, mirando la bandera:

«Se arría la Bandera, e inmediatamente después, se oye el toque de oración. Nadie ordena ni vigila. Y cada militar, jefe, oficial, suboficial o soldado, se vuelve hacia el sol que se esconde y saluda en posición de firmes mientras dura el toque de oración, el recuerdo a nuestros muertos, el homenaje a sus sacrificios. Un minuto milagroso donde no se oye ni el viento».[11]

El Frente de Juventudes fue instituido por ley de 6 de octubre de 1940 y desde entonces sus miembros son distribuidos en tres grupos, los Pelayos, de siete a once años, los Flechas de 11 a 15 y los cadetes de 15 a 18, y gozaron de sus propias publicaciones.[12]

Los chiquillos acudían en masa el Sábado Santo a la rotura del velo. Desde el domingo de Ramos el Altar Mayor aparecía cubierto por un inmenso velo negro desde el suelo hasta la bóveda del presbiterio. La rotura del velo correspondía al rasgado de la cortina del templo ocurrido al expirar Jesús, narrado en los  Evangelios[13]. Terminada la función, al tiempo que tronaban las campanas de la Iglesia, los  niños salían a correr en pandilla por las calles, con latones amarrados por cuerdas.

Las chicas no debían escapar del control de la dictadura y para ellas el régimen  creó la Sección Femenina, dependiente de FET y de las JONS. La organización, fundada por Pilar Primo de Rivera en 1934, se ocupó, una vez acabada la Guerra Civil, de preparar a la mujer en el aspecto cultural, de economía doméstica, labores artesanas y tareas culinarias, además de gestionar el llamado servicio social, diseñado como la contribución femenina obligatoria para acceder al funcionariado y a la universidad, parangonable con el servicio militar masculino. De una manera muy sencilla lo describía la conocida Enciclopedia Álvarez: su misión era doble «servir a la Patria en quehaceres propios de la mujer y preparar a ésta para que el día de mañana pueda formar una familia cristiana, patriótica y ejemplar»[14]
 

     La centuria Viriato formada en el patio    de la Escuela Profesional.    



LA ECONOMÍA

Valverde seguía siendo un pueblo agropecuario. Hasta la década de 1950, un grupo ingente de familias seguían apegadas al cultivo de cereales en las tierras del alfoz valverdeño, al tiempo que disponían, cada una de ellas, de una piara de cabras. Se distribuían desde las Cumbres de los Ballesteros hasta el Fresnajoso y el Calvito, pasando por Los Campillos y el Cabezo «Mauro»; desde el Lagarejo y las Sierpes hasta la Corte Elvira, Sierra León y el Coto de Villar Bajo. Mantenían en explotación los pagos de Citolero, Las Damas, el Alamillo, el Castillo, Carabales y Valdegrosa, así como la dehesa de los Machos, los Ballesteros, el Cabezo de las Mateas, Los Ramos, La Cerca del Villar, el Pozo del Gamo, el Garduño, Las Lagunitas, el Barranco del «Grucio», las Veguitas o el Collado de la Palma.[15] Se seguían explotando los baldíos de Niebla: muchos valverdeños seguían sembrando y construyendo chozas en La Aldehuela, Tumbalejo, Raboconejo y la Peñuela.

Pero el sector del cuero gana terreno a pasos agigantados. Destacaban entonces cuatro fábricas mecanizadas de calzado,  INVAL S.A., Manuel Romero Pérez, Hijo de Diego Romero Bernal y Andrés Becerro Romero; otras siete, calificadas de semi-mecánicas: las de Alejandro Calero Sánchez, Cirilo Arroyo Hidalgo, Juan Fernández Cejudo, Rafael Arroyo Arroyo, Alejandro Calero Bermejo, Manuel Boniquito Chaparro y José Morián Contioso, y 73 fábricas manuales o banquillas[16], destacando el, para muchos de los expertos, mejor zapatero de Valverde, José Parreño Lineros, el creador del boto rociero, en su taller de la calle Italia, que fabricó muchos de los pedidos de este género que llegaron tanto a INVAL S.A. como a la Culmen. Además, por aquellas calendas había en la población ocho talleres fabricantes de cortes aparados[17] y varios representantes de lacas y pinturas, como Eduardo Senra Contioso.

Los botos de Valverde participan en las Exposiciones de Artesanía organizadas por la Delegación Provincial de Educación y Descanso.[18]

A las fábricas de zapatos  se unían los talleres de carpintería. Desde mediados de la década de los 20 existían en la población ocho talleres de ebanistería[19], los de Aurelio Parreño Bermejo, José Hidalgo Matías, Manuel Villadeamigo Castilla, Jerónimo Asuero Santos, José Manuel Domínguez Sánchez, Eduardo Asuero Núñez -en Rella Kaesmacher-,  Manuel Crejo Arrayás y Miguel Carrillo Becerro.

Contó la población, además, con talleres artesanos de objetos de cobre, como el de Manuel Cera Batanero, de la calle Rella Kaesmacher, 8 y las manufacturas dedicadas a la talabartería, que aumentaron a 12 a lo largo del siglo, con los de Manuel Borrero Bermejo, José María Borrero Bermejo, Rafael Borrero Gómez, Josefa Mantero Batanero, el de la familia Sánchez Domínguez, el de María Jesús Carrero (heredado más tarde por sus hijos Domingo y Francisca), el de los hermanos Carrero, el de Domingo Bermejo Carrero, y el de Manuel Flores Maestre. El sector llegó a disponer, al menos, de 35 telares verticales, 12 horizontales y 10 mesas de talabartería. Estos talleres dieron trabajo a más de cien valverdeños durante el siglo XX.[20]

La Fábrica de la Luz de Rafael Fleming Zarza, de Triana, se ocupa del suministro eléctrico de la población.


LA VIDA SOCIAL
Es el Valverde de los cuatro casinos: La Peña Liberal Casino Obrero[21], El Republicano, El Católico y El Recreo. Pronto el Casino Obrero se convirtió en sede del Auxilio Social durante la Guerra Civil, y poco después dio paso a Educación y Descanso y al Hogar del Productor. El Casino Republicano fue cuartel de Falange, antes de convertirse en el Bazar de Alberto Domínguez Almeida.

La fábrica de aguardientes y anisados de Pedro Zarza Batanero destilaba coñac de una, dos y tres moras, finos, soleras y amontillados, mistelas, moscateles y vinagres[22]. Varios agentes se dedicaban a la venta de matalahúga: Manuel García Ramírez vendía  matalahúga de Benamejí y Jorge Zarza Fleming decía vender matalahúga de calidad superior. Se usaba para producir dulces exquisitos, los pestiños. De entonces son también los piñonates y alfajores de Obdulia Rite, y de Benita y Josefa Borrero, las celebres manzanas.

Fábrica de aguardientes y bebidas espirituosas de la familia Zarza


 Los bancos Español de Crédito e Hispano Americano monopolizaban el sector financiero local. Como pueblo de viajantes, emergen con fuerza las fondas de la Vizcaína en Valle de la Fuente 15, y la de Genoveva Perea en la Calleja, por encima del antiguo Casino Republicano. El hospedaje local se completaba con La Posada de la familia Castilla, la hostería de la familia Sánchez Moya, y la de la familia Valderas en la Calle Real de Abajo.

Desde 1938 se celebra la fiesta del 18 de Julio para la conmemoración anual del Alzamiento Nacional y como fiesta de Exaltación del Trabajo[23]. Diez años después, Juan Parreño, alcalde de Valverde y Jefe Local del Movimiento, recibió, coincidiendo con la referida festividad, la cruz de la Orden de Cisneros[24].

Valverde recibe las visitas de destacados miembros del régimen franquista. El ministro de Trabajo, José Antonio Girón, estuvo en la localidad en septiembre de 1941 y «recorrió las dependencias de una fábrica de calzado»[25]. Por su parte, los trabajadores recibían ese día una de las pagas extra a que tenían derecho y que era conocida como «paga del 18 de julio», establecida por el ministro falangista  José A. Girón de Velasco, poseedor  de la cartera de Trabajo entre 1941 y 1957, el fanático joven vallisoletano del que habla Paul Preston. Además, el diario ABC de Sevilla abrió una suscripción en memoria del general Mola. En ellas participaron activamente los miembros del Centro de Propaganda Católica de Valverde del Camino, del Recreo y del Cuartel de FET y de las JONS.

Eran los años del hambre, de las cartillas de racionamiento. Las cartillas eran el reflejo de una economía autárquica que encontraba el apoyo de los comercios de la localidad: la Sociedad Cooperativa la Económica; el llamado Economato, con su doble sede, la primera en el nº 13 de la Calleja de Carpinteros, dedicada a la venta de pan, chacinas y ultramarinos, pero también de vestidos, y la segunda su panadería, ubicada en la calle Calvo Sotelo 107, frente al antiguo matadero; la Sociedad Cooperativa La Prosperidad, ubicada inicialmente en la calle Cánovas 5, actual Calleja de Carpinteros, dedicada a la venta al por menor de utensilios de hierro para la cocina. Al final nació la Sociedad Cooperativa La Unión, que absorbió a las dos anteriores y añadió la tienda de la calle D. Pedro Castilla, dedicada a la venta de comestibles, ferretería, loza, cristal, accesorios para motos y bicicletas, y un largo etcétera.

Alfonso Ramos en la puerta de la Cooperativa,
Calle Calvo Sotelo, frente a la sacristía.

La pobreza se dejaba notar en los colchones de lana[26] y en una dieta basada en la patata, los higos y las algarrobas, compradas en el Economato y el Almacén de José María Mantero Vizcaíno en el Punto, en los cocidos de garbanzos, lentejas, y las almejas con harina de maíz -sustituto del escasísimo arroz-  y las tortas de maíz que servían como sucedáneos del pan.

Muchos niños acudían al colegio con alpargatas de suela de esparto, fabricadas en el taller de Rafael Marín del Valle de la Fuente, sandalias de goma e incluso no pocos con los pies descalzos.

Los hortelanos ofrecían en sus tableros de la Plaza de abastos manojos de hojas de coles, hortalizas y frutas, procedentes de las huertas de las Adelfillas, de  Pérez Caro, del Correo, de la Becerra, de Pedro López o de la Juncia. No faltaba la «cebá tostá», fabricada en el biombo perforado, en el fuego de carbón, en muchas casas particulares, o comprada en las tiendas de ultramarinos, ni las molinetas domésticas que molturaban el  trigo de estraperlo. El Servicio Nacional de Trigo trataba de monopolizar su distribución y acabar con esta venta declarada fraudulenta por el régimen de Franco. Tenía su sede local en la Hermandad Sindical de Labradores, en el viejo edificio de la CNS, bajo la secretaría de Manuel Pernil Cortés.

Desde mediados de la década de 1940, Valverde se embellece. Se pavimentan el contorno de la Iglesia parroquial y la calle Sevilla, y se inicia la construcción del colector del barrio de Triana. A mediados de 1944 se comienzan las gestiones para la construcción de una nueva barriada por parte de la Obra Sindical del Hogar, en los terrenos anexos al Pilar Viejo, situados entre la carretera de San Juan a Cáceres y el trazado del ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto, en terrenos donados por el ayuntamiento: se trata de las 24 viviendas protegidas que llevaron el nombre de Barriada Nuestra Señora del Reposo, construidas por Carlos Reyes Martín[27], e inauguradas en julio de 1946.[28]

A mediados de la década se reparaba la carretera que conducía a la frontera portuguesa, a fin de restablecer el servicio de viajeros de Valverde a Calañas[29], aquella célebre camioneta del Moreno, propiedad de Francisco Moreno Romero, que obtuvo la concesión del servicio público regular de transporte de viajeros por carretera entre Valverde del Camino y el Cerro de Andévalo, con sus dos vehículos de las marcas Ford y Chevrolet, además del Fiat de siete plazas del diputado, José Limón Caballero,  conducido por Pedro Moreno.  

Junto a él destacaban los coches de alquiler de Braulio Contioso, Manuel  Morián Mora[30], el Fiat Balilla de Manuel González Rey y el de Manolillo de Aracena.

Los coches particulares eran privativos de las fábricas: el Dodge de la INVAL S.A o el Renault y el Austin de la Culmen,  los dos coches de Juan Zarza, el Dodge y el Ford de 17 caballos que luego pasaría a propiedad del notario D. Diego Romero Pérez, el  camión de la destilería de Pedro Zarza conducido por M. Gómez Mantero o el de la fábrica de Muebles los Zarzales.[31] 

El tren de las 8 de la mañana –que llegaba a Valverde tras dejar a los trabajadores de la Fija- permitía llegar a San Juan del Puerto y hacer transbordos en la línea Huelva-Sevilla. El de las 3 de la tarde regresaba de San Juan tres horas después y continuaba hasta Zalamea. Volvía a las 9, ya sin viajeros, para recoger a los operarios de la Fija a la mañana siguiente.[32]  

Durante la efímera alcaldía de D. Diego Romero Pérez, entre febrero de 1949 y junio de 1950, se urbanizó el Valle de la Fuente, con sus típicos naranjos, se impulsaron las obras de la Escuela Nacional de Zapatería, y se resolvió, al menos parcialmente, el problema jurídico de la Dehesa de los Machos, haciendo que su Junta Administradora, bajo su presidencia, cediera al Ayuntamiento el Dique de los Silillos, base del proyecto de abastecimiento de aguas y saneamiento que redactó el ingeniero José Ramón Sánchez Fuentes. En diciembre de 1949 se crea la Biblioteca Municipal José Nogales[33] y se contrata como maestro de la Academia Municipal de Música a D. Manuel Lama, en lo que algunos han calificado como la primera piedra del renacimiento musical de Valverde.[34]

La vida social gozaba de estrechos márgenes. Los niños se ayudaban del  pelón de los bautizos[35], para financiarse alguna película en el Cine San Fernando, después de mover ruidosos los pies en espera del comienzo de la función. Durante los años 40 y 50, todos los domingos eran esperadas las películas de cow boys, sobre todo las de Tom Keene.

En 1940 se inician las obras previas del Teatro de la Victoria, por parte de un grupo de empresarios locales capitaneados por el alcalde José Rodríguez Varón, y desde principios de 1941 se pone en marcha el proyecto del arquitecto sevillano José Manuel Benjumea, ejecutado por el contratista local Manuel Vázquez Batanero. La euforia inicial hizo que muchos zapateros se unieran a la sociedad constructora, y el Centro Cultural Católico actuó como catalizador del proyecto. Los muros se levantaron a enorme altura, pero nunca llegó a techarse.

Por entonces ya estaba en marcha la empresa de cine sonoro establecida en el ruedo de la plaza de toros[36]. Además, el coso taurino sirvió para  organizar eventos de boxeo. El domingo 22 de diciembre de 1946 se celebró una velada[37]  cuyos beneficios sirvieron para montar la primera cabalgata de Reyes de la historia de Valverde.

Todos los sábados y domingos había bailes a puerta cerrada en La Goya, con Ildefonso Valero al piano. Las hermanas Reposo y Juana Contioso se ocupaban de la cantina, situada al fondo del amplio salón. Reposo Contioso Arrayás lo hacía junto a su marido Ignacio Romero Domínguez.

Eran los tiempos de “La Favorita”, aquella exquisita gaseosa fabricada por Ramón Mora junto al Pocillo Requena, y de los “Espumosos Morián”. Más  tarde, vendría la fábrica de Gaseosas San José. Eran gaseosas con  cierre de chapa, los famosos platillos con los que los niños jugaban al hoyo, mucho antes de que llegara a Valverde La Casera, en aquellas botellas de litro con su tapón mecánico de porcelana. Estos espumosos se tomaban bien como refresco, bien para combinar el aguardiente y darle forma de lechón, o bien para aquilatar el vermut con el sifón; vermut, por cierto, procedente de las bodegas Pichardo de La Palma del Condado, consumido en Valverde mucho antes que el sofisticado Martini italiano.

La feria valverdeña de agosto comenzaba con la diana y se componía de grandes conciertos en los centros de sociedad, especialmente en El Católico, durante las mediodías. Destacó el cantante onubense Urreta, a los sones de “La Vaca Lechera“ y “El dedo gordo del pie”; o la orquesta Molero, cuyos cantantes repetían actuación por la noche en la caseta, situada delante de la casa del  Diputado. A dichos actos se unían los conciertos de la banda municipal, la elevación de globos grotescos, los espectáculos taurinos[38], concursos de trajes regionales y funciones de cine. Las casetas poco a poco se convierten en el centro de la actividad festiva.

Las  atracciones del real de la feria eran la delicia de la chiquillería: «Viendo el montaje de los cacharritos nos llevábamos todo el día, las caballitos, las voladoras chicas y las grandes, delante de la casa del arcipreste, D. Jesús de Mora»[39].

Pero la diversión tenía su complemento con la feria del ganado en El Rollo, en torno a La Charca. La  feria de agosto aunó con gran éxito, desde sus inicios, la velada celebrada en el Valle de la Fuente y el mercado de ganado, con gran número de transacciones de ganado mular, vacuno y de cerda, viéndose favorecido, desde el siglo XIX, con la construcción del pilar del Rollo, modernizado con la colocación de una bomba en el pozo El Paraíso y la reserva de rastrojos y pastos para los ganados que se traían a la feria.[40]

La batuta de la banda municipal la lleva Diego Lazo Ramos. Tras su muerte en 1949, es nombrado director accidental su sobrino Pedro Lazo Borrero, hasta que el alcalde Don Diego Romero Pérez contrata al músico oriundo de Coria,  Manuel Lama Romero. Desde 1957, Pedro Lazo Borrero volvió a hacerse cargo de una Banda Municipal que multiplica sus actuaciones en procesiones, dianas, ferias y espectáculos taurinos.

La hermandad del Rocío de Valverde toma fuerza. Había nacido en 1935, siendo su primer hermano mayor José María Boza Domínguez, y hermanos mayores honorarios Juan Vides Álamo y Luis Arroyo Valero. El Domingo de Pentecostés de 1936 acude por vez primera en peregrinación a la Aldea del Rocío, siendo apadrinada por la de Trigueros. Tras el paréntesis de la Guerra Civil se reanuda la visita al Rocío, desde las puertas de la ermita de la Santísima Trinidad.[41]

En 1947 se produjo en la ciudad la primera cabalgata de Reyes Magos de su historia. La comitiva salió de la plaza delantera del Cine-Teatro Zarza Mora. Entre las carrozas destacaba el cisne elaborado por el artista local Francisco Arroyo. La comitiva bajó la Avenida José Antonio, repartiéndose numerosos caramelos, se dirigió al colegio de María Auxiliadora, donde los reyes se apearon de sus caballos para rezar en la capilla, de donde pasaron a la Casa Consistorial, donde procedieron a la entrega de juguetes a los niños. Por la calle Calvo Sotelo la comitiva volvió al punto de partida[42]. Anteriormente, desde fines de los años 30, las margaritas valverdeñas hacían ropitas para los niños pobres que entregaban a las familias necesitadas con ocasión de la fiesta de los Reyes Magos.




[1]. ARROYO NAVARRO, Francisco (1989): La Acción Católica y otras celebraciones. En Historia de la Parroquia de Valverde del Camino (Huelva). 1469-1950. Una espiritualidad y un esfuerzo.  Valverde del Camino, el autor.
[2]. Estaban presentes en los cultos, novenario y misa solemne del Voto del Terremoto de Lisboa.  ODIEL. 10 de noviembre de 1954, p. 7. 
[3]. ABC de Sevilla. 9 de diciembre de 1938, p. 17.
[4]. SÁNCHEZ CORRALEJO, J.C. (2004) p. 270.
[5]. El nombre de Pelayos aludía a San Pelagio, un cristiano martirizado durante el califato de Abderramán III, y canonizado por la Iglesia Católica, como ejemplo de castidad juvenil. Coincidía con otro modelo o referencia tópica muy utilizado: el de Don Pelayo, descrito como caudillo providencial que comenzó la Reconquista, comparado a menudo al propio Franco.
[6]. Entrevista a Jesús Bermejo Doblado. Con 10-11 años fue inicialmente Pelayo, y más tarde se hizo Flecha.
[7]. Algunos de aquellos zagales fueron Manuel Tejero Membrillo, los hermanos Francisco y Jesús Bermejo Doblado, Julián Caro Esparrago, Juan José Domínguez Lineros, Cayetano Parra Vizcaíno, los hermanos Francisco y Jesús Castilla Bermejo.
[8]. En cambio los requetés mantuvieron  el saludo militar, llevando la mano derecha con los dedos juntos hacia la sien o a la visera de la gorra. 
[9]. Entrevista a Jesús Bermejo Doblado. Los tambores fueron fabricados en la localidad por Jesús María Parra Vizcaíno en su casa-taller de la Calle Nueva. 
[10]. El toque de oración es un elemento militar, un  toque tradicional del Arma de Caballería del Ejército Español reconvertido en homenaje a todos los soldados caídos con honor por España.
[11]. USSIA, Alfonso. “Toque de oración”.  La Razón, 15 de octubre de 2010.
[12]. Flechas y Pelayos fue una revista infantil, auspiciada por Falange Española Tradicionalista y de las JONS, publicada semanalmente desde 1938 hasta 1949, editada por la Delegación Nacional del Frente de Juventudes, y estuvo dirigida por fray Justo Pérez de Urbel. Fue la publicación infantil-juvenil más característica del franquismo durante los años cuarenta.
Vid. OTERO, Luis (2000). Flechas y Pelayos. Moral y estilo de los niños franquistas que soñaban imperios, Madrid: Edaf.  MARTÍN MARTÍNEZ, Antonio (02/1968). Apuntes para una historia de los tebeos III. Tiempos heroicos del tebeo español (1936-1946). Madrid: Revista de Educación, nº 196.
[13]. ARROYO NAVARRO, F. (1989).  Tradiciones y fiestas religiosas de Valverde. En Historia de la .., .p. 531. Entrevistas a Daniel Mantero Castilla.
[14]. ALVÁREZ, A., Enciclopedia. Tercer Grado. 1966. Ed. Miñón. p. 625. Véase también Nueva enciclopedia escolar. Iniciación profesional, págs. 951-952. 
[15]. Estas familias seguían utilizando mulos para la carga de útiles de labranza, agua y el transporte del trigo, la cebada o la avena. Tras el trillado, aventado y cernido del cereal en las eras, el grano era envasado en costales de lona con una capacidad que oscilaba entre media y una fanega. Por su parte, la paja de la trilla era transportada sobre cangallas o bien sujetada con grandes redes de esparto -llamadas barcinas-, antes de ser almacenada en los «doblaos» valverdeños.  
Vïd. ROMERO PÉREZ, 1956.
[16]. Los de Isaías Mora y Mora, El Crédito Obrero S.A., Josefa Salas Calero, José Antonio Laz Ramos, Juan Batanero Arcas, Bartolomé Hidalgo Parreño -en Menéndez Pelayo 9-, Juan Fiscal Santos, José María Carrero Mojarro, Antonio Arrayás Calle, José Dolores Castilla Lorca - en la calle Portugal 8-, Juan Arcas Torres, Juan Becerro Romero, Rocío Llanes Pérez, Juan Jiménez Calero, José Mantero Valero  (hoy Manuel Corralejo Vera), José Parreño Lineros, José Alcaría Blas, Manuel Tirado Domínguez, María Josefa Domínguez, Pedro Lazo Ramos, Federico Arroyo Arroyo, Celestino Domínguez García, Francisco Becerro Feria, Rafael Ramírez Mantero, Viuda de Ildefonso Macías, Andrés Duque Arrayás, Francisco Parreño López, Francisco Contioso Moya, Pedro Chaparro Márquez, Agustín Parra Varón, Juan Duque Arrayás, Juan Arrayás Santos, Ángel Rico Mora, Nicolás Morián Domínguez, Antonio Parreño Carrero, Gregorio Rentero Limón, Juan Macías Parreño, Viuda de Francisco Carrero, Pedro Sánchez Cruz, Manuel Chaparro Márquez, Manuel López Mora, Manuel Calero Bermejo, Manuel López Parreño, José Cejudo Arroyo, Pedro Arrayás Becerro, José Ramos Macías (Hoy Gregorio Hidalgo), Manuel Duque Contioso, Viuda de Pedro Domínguez Marín, Gregorio Gallardo Mora, Francisco Arauz Martín, Manuel Arroyo Ramírez, Ildefonso Pérez Vizcaíno, Juan Sánchez Ruiz, Blas Batanero Arrayás, Antonio Parreño Lineros, Francisco Gutiérrez Marín, Gregorio Alcaría Borrero, Antonio Salas Gómez, José Rivera Jiménez, Juan Parra Santos, Felipe Cantos Mantero, Francisco Mora Ramírez, José Pedrero Romero, Juan Santos Pérez, Gregorio Arrayás Feria, Teodoro Domínguez  Vélez, Viuda  de Ildefonso Jiménez, Isidoro Blanco Vera, Blas Mora Jiménez, Francisco Blas Calleja, Manuel Vizcaíno Delgado, Manuel Cejudo Santos y José Rivera Montes.
[17]. Hijos de  José Malavé Arca, que dispondrá además de subsede en la calle San Pablo 9 de Sevilla;   Manuel Hidalgo Salas; Manuel Domínguez Bermejo, en Queipo de Llano, 9;  Ildefonso Cejudo Parreño; Juan Parreño Ramírez; Juan Lorca Domínguez; Cirilo Arroyo Hidalgo; y José Parreño Sánchez. Más tarde se unirá Tenería Andaluza S.L., en la Barriada de Triana.
[18]. “ABC en Huelva. II Exposición de Artesanía”. ABC de Sevilla, viernes 14 de agosto de 1942, p. 10.
[19]. A.M.V. Matrícula de la Contribución Industrial.
[20]. SÁNCHEZ CORRALEJO, 2011, 131.
[21]. La Peña Liberal seguía el paradigma de los Círculos de Instrucción y Recreo que, en palabras de Pere Sola, fueron el modelo asociativo de culturización popular de la Restauración. Se dotó de una biblioteca de quinientos volúmenes y se convirtió en un foco de educación popular. Al decir de Jesús  Ramírez  Copeiro, la Peña Liberal se disolvió en 1921. Desde entonces, el inmueble fue ocupado por los miembros del Casino Obrero.
[22]. ABC. 23 de junio de 1940, p. 8. Anuncios por palabras. Clasificados en secciones.
Creada en 1.820, Anisados Zarza Mora, S. L., es posiblemente la empresa más antigua de bebidas espirituosas de España.
[23]. El 18 de julio simbolizó el momento fundacional del régimen franquista. Aunque el pronunciamiento comenzó el 17 de julio en el Protectorado Español en Marruecos, fue el  18 de julio cuando se extendió al resto de España. Se trató de levantamientos en casi todas las comandancias militares, que triunfaron en Canarias, con Franco; Navarra, con Emilio Mola; Álava, León, Galicia, y las Islas Baleares (excepto Menorca) gracias a Goded, y que significaron el inicio de la Guerra Civil.  
Desde entonces, el día 18 de julio fue designado para la conmemoración anual del Alzamiento Nacional y declarado fiesta nacional en el Fuero del Trabajo, en  marzo de 1938. El régimen  franquista le  asignó además la consideración de «fiesta de Exaltación del Trabajo». Esta doble faceta de la festividad fue mantenida por la orden de 15 de julio de 1939 del Ministerio de la Gobernación, que refundía el precepto del Fuero del Trabajo con el decreto de 7 de julio de 1937 y la orden de 16 de julio de 1938.
El 18 de julio siguió celebrándose durante toda  la dictadura y se prolongó hasta 1976. Se celebraba con numerosos actos conmemorativos y festivos en todo el país: el dictador recibía en el palacio de La Granja de San lldefonso (Segovia) al cuerpo diplomático y a personalidades y autoridades; además, se incluían recepciones oficiales en los Gobiernos Civiles de cada provincia, celebración de misas -aunque no era una fiesta de precepto religioso-, a las que acudían las autoridades, dianas, desfiles militares, bandas de música, programación especial en radio y televisión, al tiempo que el Frente de Juventudes, por orden de 20 de febrero de 1943, recibió el encargo de manifestarse en la fecha señalada también como «Día del Valor».
[24]. ABC de Sevilla, 18 de julio de 1948.
[25]. “El viaje del ministro de trabajo por Andalucía”. ABC de Sevilla, jueves, 18 de septiembre de 1941, p. 9.
[26]. Tras esquilar lana, se lavaba en los arroyos de la huerta de Pérez Caro. Entrevista a José Berrocal.
[27]. ODIEL. 23 de julio de 1944, p. 2 y 16 de febrero y 29 de marzo de 1946. 
[28]. ODIEL. Domingo, 16 de julio de 1948.
[29]. ODIEL. 28 de febrero de 1946.
[30]. Manuel Morián Mora, dueño de la ferretería de la Plaza, poseía tres taxis o coches de alquiler, un Plymouth conducido por  Paco Barranca, un Dodge que conducían de forma alternativa Diego Morián y el sobrino Manuel Cartes Morián, y un Fiat balilla conducido por su hermano Fernando Morián Mora.  
[31]. Entrevista a Diego Félix Romero.
[32]. Entrevista a Daniel Bermejo Ponce, jefe de línea e inspector de movimientos.
[33]. La Comisión  Gestora Provincial había decidido en 1946 crear bibliotecas comarcales en Ayamonte, Aracena, La Palma del Condado. Moguer, Valverde, Minas de Riotinto y Huelva. Para allegar fondos deciden participar en el concurso abierto por el Ministerio de Educación Nacional de cuatro dotaciones de 10.000 pesetas cada una para otras tantas Diputaciones Provinciales. Vid. ABC de Sevilla, jueves, 30 de mayo de 1946, p. 27.
[34]. VV.AA.  Homenaje a nuestro mayordomo perpetuo D. Diego Romero Pérez. Boletín de la hermandad de Nazarenos de N.P.J. de las Tres Caídas y Primitiva Cofradía de JHS del Santo Entierro y María Santísima de la Soledad. Año II, nº 3, Primavera de 1991.
[35]. La chiquillería perseguía a los padres y padrinos a la puerta de la iglesia y saltaban delante de ellos al grito de “pelón, pelón, que se muera la cría si no”.    
[36]. ODIEL. 10 de agosto de 1940, p. 4.  14 de enero de 1941, p. 4.
[37]. ODIEL. 20 de diciembre de 1946, p. 2.
[38]. Véase el magnífico libro de SANCHEZ BORRERO, J. Y ROMERO DOMÍNGUEZ, J. A.,  1994.
[39]. Entrevista a Daniel Mantero Castilla.
[40]. Para más información víd. SÁNCHEZ BORRERO, J., «La primera feria», en FACANIAS. Extra feria de 1993., p. 41; RICO, A., «La primera feria», en FACANIAS. Extra de feria de 1982. RICO, A., «Una feria de hace cien años», en FACANIAS. Feria de 1983.
[41]. En 1941 estrenó carreta de madera de nogal, fabricada en el taller del carpintero y hermano mayor Miguel Carrillo Becerro y tallada por el escultor onubense Gómez del Castillo.  En 1942, siendo Hermano Mayor Jorge Fleming Rodríguez estrenó la carreta cuatro candelabros de plata repujada, donación de Hugo Maidment y Guillermo James, miembros destacados de la compañía Inglesa - Minera Alkali Limited. Los hermanos mayores cambian de forma anual. En la década de 1940 la hermandad se robustece, el baúl guardaba el dornillo del gazpacho, las ollas y el costo. Algunas familias se hospedaban en viejas chozas, otras alquilaban casas en la aldea almonteña. Son años de consolidación, aunque aún los romeros acudían de forma desordenada.  
[42]. ODIEL. 10 de enero de 1947, p. 3.

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