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miércoles, 12 de junio de 2013

VALVERDE DEL CAMINO EN LOS AÑOS 50

El Valverde de los años 50.


Juan Carlos Sánchez Corralejo

Extraído de "El grupo Escolar y Valverde del Camino" (1937-1986.).  
    En  Del grupo Escolar al CEIP Menéndez y Pelayo, 2012. pp.     ISBN:  9788461630653
 
  En unos años en los que España se abrió a las sociedades industriales y se incorporó a los organismos internacionales, era imposible mantener un sistema escolar tan obsoleto como el del primer franquismo. 

  Pedro Rodríguez Vizcaíno, conocido farmacéutico, era alcalde de la ciudad. A mediados de aquella década de 1950, Valverde del Camino experimenta una sensible modernización. En 1955, la ciudad contaba con una población de derecho que superaba las 10.600 almas, y la industria de cortes aparados y de calzado era el ramo más importante de la ciudad y principal dinamizador de su economía. El calzado era seguido a la zaga por la industria de la madera.

   n se cultivaban en Valverde 1096 hectáreas en secano y 26 en regadío, y aún existía una cabaña de ganado cabrío, cercana a las 4.000 cabezas.


Pero ya la industria del curtido de pieles, con las fábricas de cortes aparados y de calzado, se había convertido en el ramo más importante de la ciudad[1] con empresas como «Manufactura valverdeña» -premiada en la Feria Internacional de Artesanía de Madrid de 1953-, Inval S.A. -nacida a partir de una de las pioneras del sector (Romero-Becerro y Cía., Sociedad en Comandita) y famosa por su mecanización, su producción de los botos Legión y por haber dado empleo a unos 225 empleados hacia 1933-, Calzados Cejudo, Calzados Fernández, Calzados Arroyo, Calzados Calero, Calzados Vélez, Gregorio Arrayás Feria, Andrés Hidalgo Vizcaíno, Andrés Becerro S.A., o Bartolomé Hidalgo Parreño. A estas empresas se unían otras de curtidos (Tenería Andaluza S.L. y Augusto Martínez Perea en calle Dr. Dorronsoro, 5), así como varios representantes de curtidos, hormas y tacones de otras tantas industrias nacionales -como Manuel Martínez Perea, Francisco Becerro, Antero Rodríguez o Antonio Millán Cansino, representante además de la empresa Rueda S.A, fábrica de curtidos y manufacturas de correas.

  El calzado era seguido a la zaga por la industria de la madera que, a mediados del XX, ocupaba a unas 210 personas. Una vez desaparecida una de las empresas pioneras del sector, Aurelio Parreño Bermejo[2], descollaban otras afamadas. Eran los tiempos de esplendor de fábricas de Muebles, como la de Hijo de José Franco José, que llegó a tener 150 trabajadores y se convirtió en la empresa puntera del sector maderero local,  que además de la de Valverde poseía sala de exposiciones en Huelva en la calle 18 de Julio, y en Sevilla en la calle Alfonso XII,  seguida por la fábrica de muebles de lujo Los Zarzales, propiedad de Jorge Zarza Fleming;  Florencio Salas Luiso; el taller de carpintería artística Hijos de Leonardo Domínguez, especializado en la construcción de pasos y retablos; así como representantes de herrajes para muebles -Eugenio Gómez Mantero- o el almacén de maderas y serrería mecánica de Reposo Pérez Ramírez, viuda de José María Mora. Finalmente, al calzado y al mueble valverdeños se unían -cada vez con carácter más residual- la artesanía del cobre, la forja del hierro y la propia talabartería.

La aspiración socio-laboral de muchas familias queda sintetizada en el dicho valverdeño

 “¡Tu hijo de carpinterito y tu hija de costurerita!”.

Se inician las obras de pavimentación del tercer tramo de la calle José Antonio.[3] Las empresas constructoras se abren paso, destacando la de Diego Mora Membrillo y la de Gonzalo Delgado, y con ellas la Proveedora de la Construcción, con sede en la calle Rella Kaesmacher, frente a la estación del ferrocarril, y Manuel de los Santos Martínez en Lucía Ramírez, 14.  

En estos años, Valverde se despereza y asiste a un tardío proceso de ensanche urbanístico, focalizado en el barrio de Triana. A fines de 1955, las obras de la Escuela Profesional estaban prácticamente finalizadas, con un año de retraso respecto a la promesa inicial de la Delegación Nacional de Sindicatos. En diciembre de 1956 continuaban las gestiones para la pavimentación de la llamada calle Triana y de la travesía de la carretera nacional a la vía del tren[4], punto de ingreso en el barrio trianero. En 1956 se abrió la Escuela Profesional «José Antonio», que permitió las enseñanzas profesionales en los ramos de calzado, carpintería y ebanistería, mecánica, forja y calderería. En el curso escolar 1962-63, el Colegio Libre se situó en el edificio de la antigua Tenería de Triana[5].

 Estaba en proyecto el plan de mejora del Grupo Escolar, que supondría el arreglo de sus accesos y jardinería, y la construcción de un campo de deportes. Asimismo, se inicia la obra, en las inmediaciones del Grupo, de la barriada de la Inmaculada Concepción y, por las mismas fechas, se terminó la pavimentación de la calle B de Triana –actual calle Doctor Marañón-, que daba acceso a la Escuela de Formación Profesional, así como del sector intermedio entre la carretera y la estación del  ferrocarril.    

A lo largo de la década de 1950, se procede a la modernización del alcantarillado y de la pavimentación de las calles General Franco, Jesús y María, San Isidoro, Calvo Sotelo, Lucía Ramírez, Ruiz de Alda, General Sanjurjo, D. Francisco Romero, General Fanjul, y Carretera de Calañas. Se encontraba muy avanzada la construcción del nuevo Ayuntamiento, y las obras de adaptación de la nueva cárcel del Partido Judicial valverdeño, que finalmente fueron inauguradas en 1953.   

Como cabecera comarcal, la localidad disponía de Juzgado de Primera Instancia e Instrucción, Juzgado Comarcal, encabezado por Antonio Pérez Vázquez, Registro de la Propiedad, Notaría, Instituto de Previsión, administración de Correos y servicios telefónicos y telegráficos.

Signo de modernidad era la centralita telefónica de clavijas accionada por Dolores Guerra-Librero y Santos Sánchez, quienes se sabían de memoria los números de teléfono de la localidad, y el telégrafo de la Calleja y su chicharra, accionada por José Moreno.

En 1952 se asienta en Valverde la empresa nacional ADARO, dedicada a las  investigaciones mineras -de la mano del ingeniero Juan Lizaur-, que inicia sus exploraciones en la corrida del grupo Campanario. Muchos valverdeños trabajaron en ella como sondistas, mecánicos, conductores, carpinteros, capataces o peones.[6]

A mediados de la década de 1950, se inaugura el Templete -que acogería en adelante los conciertos de la Academia de Música-, en la Plaza Ramón y Cajal, que también acababa de estrenar su nueva iluminación con luces de mercurio. Luego vendría la terraza, donde tomar un vermut, mientras los más jóvenes paseaban en busca de pareja. En estos años, la caseta de feria se sitúa ya en la Plaza Ramón y Cajal, bajo la gerencia de José Doblado Vizcaíno.

En una esquina de la Plaza se erguía, humilde pero orgullosa,  la heladería el Valenciano, que nace en 1942 de la mano de Pascual Guillén Samper, venido desde Ibi, la ciudad alicantina paraíso de los helados, del hielo producido de forma artesanal en los pou de Neu o pozos de nieve, y de los juguetes. Sus exquisitas producciones eran entonces, y han seguido siendo, una de las señas de identidad de Valverde del Camino.



La Plaza Ramón y Cajal y la banda de música sobre el Templete.

Valverde del Camino gozaba de «campo municipal de deportes, plaza de toros, dos cines confortables, tres círculos de recreo, amplias terrazas, numerosos bares y cafés, y otros centros de esparcimiento»[7]. Propios y visitantes se veían atraídos por los ricos aperitivos y chacinas del «Bar los Pinos Casa Baquero», o por las comidas caseras de otro de los clásicos de la hostelería valverdeña, «Casa Elvira». Los lugareños frecuentaban la taberna de Pinto, regentada por José Bermejo, El Bar Gallístico en el cercano Matadero, la taberna de la Estación, de Manuel Duque Contioso, y más tarde de José María Arroyo Blanco “el Temprano”,   el bar de la Plaza de Toros con Cornelia Canto, el Templete de Francisco Domínguez, y el bar del Cine, a cargo de  Manuel Marín.   

Esta década, la Goya pasa a ser regentada por Porfirio Veiga Mendoza y su esposa, Reposo Sánchez Contioso, sobrina de la dueña primigenia. Entonces  vinieron los billares, los futbolines y las mesas de ping-pong, exclusivos de la población masculina, cuyo acceso estaba vedado a las chicas, que debían ir a jugar o pasear a la Plaza. 

  En 1953, Diego Romero Álvarez funda y dirige el Orfeón Parroquial de Valverde, en colaboración con el organista Nicomedes Mora, coro de voces masculinas que participó en el acto de entrada en la Catedral de Huelva, en marzo de 1954, de su primer obispo, D. Pedro Cantero Cuadrado, y poco después, en la misma capital, con motivo del Año Santo Mariano, además de desarrollar actuaciones en varios  pueblos de la provincia[8].

Valverde vive una constante expansión urbanística. Se pavimentan las calles Menéndez Pelayo, su Placita, y San Isidoro, y ya estaba a medio acometer la de Calvo Sotelo[9]. Las calles estaban alumbradas por 367 lámparas. La barriada de 24 viviendas de Los Piloncillos, camino del Matadero Municipal, contó con su placita, pozo común y alcantarillado[10]. El caserío de Los Pinos se limitaba aún a apenas 98 chalets o casas de recreo.

El Casino El Católico era el lugar de cita y diversión. Allí se congregaba la juventud valverdeña, después de salir de la preceptiva misa de doce del domingo, y allí Ildefonso Valero interpretaba al piano las músicas de actualidad, como El Último Cuplé de Sara Montiel. Por la noche se hacía necesaria la visita al Cine Zarza Mora, posterior Cinema Valverde, edificio esplendoroso, envidia de toda la comarca, para asistir a la proyección de películas como Lo que el Viento se llevó, con la bella y caprichosa Scarlett O'Hara (Vivien Leigh), historia de amores, ambiciones y derrota en el marco de la Guerra de Secesión Norteamericana; Levando Anclas de George Sidney y protagonizada por Gene Kelly y Frank Sinatra, o Escuela de Sirenas de Esther Williams, superproducción en Technicolor de la llamada sirena de América.

El domingo 23 de Marzo de 1952 se celebró el acto de bendición de la primera piedra de la que sería la nueva Ermita de San Sebastián, erigida en  el cabezo del Santo, donde existía con anterioridad otra ermita más humilde. En 1958 se estaba construyendo el camarín de planta octogonal, al que siguieron las vidrieras de Carmen Laffón. En 1959 llegaron las maderas antillanas del general Trujillo para las cuatro puertas del crucero, labradas por maestros carpinteros de Valverde[11]. El domingo 12 de marzo de 1961 se produjo la ceremonia de consagración de la ermita del Señor del Santo. El sábado anterior se procedió al traslado de las Reliquias, desde la parroquia al templo. La procesión la presidió el arzobispo Juan Manuel González Arbelaiz, quedando depositadas en el atrio, donde la hermandad celebró vigilia nocturna, a lo que siguió la ceremonia de consagración.[12]

La Virgen del Reposo, patrona de Valverde, recibe anualmente su novena previa a la festividad del 1 de noviembre, y la lectura del voto que hicieron los cabildos eclesiástico y secular de Valverde el 19 de septiembre de 1756, por preservar a Valverde y a sus habitantes de las secuelas del Terremoto de Lisboa de 1755[13].

Además, el año de 1954 la imagen estuvo presente en Huelva, en la magna procesión mariana organizada por el obispado en la festividad de la Inmaculada[14]. La Virgen, debido a la intensa lluvia, tuvo que refugiarse y no llegó a desfilar. Otras fueron más valientes[15].El Domingo 12 de diciembre, ya de vuelta, Valverde recibió a su patrona, con representación de todas las hermandades de gloria y penitencia de la localidad, con sus insignias y estandartes, en el Punto. Fue traída, en traje de gala en su paso, desde la ermita de San Sebastián  en construcción, a los sones de la Marcha Real o “A la madre de Dios del Reposo”, interpretada por la banda municipal.[16]

Se mantenía con fuerza la celebración del Día de la Ascensión: día de  encuentro familiar en el que nunca faltaba la carne asada en espetos con leña de jara y el gazpacho “majao” en el dornillo de madera. Los valverdeños se distribuían en los campos aledaños: El Ladrón y el Pilarillo de Juan Mora -a donde se accedía por el camino de la huerta de la Alosnera-, los Pinos del Manano o los parajes de las  Adelfillas: la Cerca del Peca y los Pinos de Sandala.      

Tres jueves hay en el año
Que relucen más que el sol
Jueves Santo, Corpus Christi
Y el Día de la Ascensión.


En la Semana Santa de 1962 se inauguró la barriada de la Inmaculada Concepción, de 180 viviendas de renta limitada[17], diseñada por el arquitecto Morales Lupiáñez. Muchas familias ocuparon sus nuevas viviendas nada más recibir las llaves, sin luz eléctrica, pero a la postre la nueva barriada fue signo de modernidad, ya que vio nacer las primeras instalaciones domésticas de suministro de agua, cuyos grifos se alimentaban de dos pozos abiertos en las Adelfillas que bombeaban el agua a las recién estrenadas viviendas. Igualmente, la barriada de las Casas Baratas supuso la llegada de la Compañía Sevillana de Electricidad, y  el declive de la fábrica de luz de la familia Fleming.  

El abastecimiento de agua a la población seguía siendo un caballo de batalla permanente pero irresoluble. «Fue ofrecido el embalse de Los Silillos y aunque aceptado en principio por el Estado, informaron los técnicos que quizá pudieran captarse las aguas subterráneas más cerca de la población, economizando así, en una cantidad no despreciable, el costo de las obras de la traída del agua a los depósitos distribuidores; fue aceptada esta sugerencia por la Dirección General de Obras Hidráulicas del Ministerio en el mes de febrero [de 1955[18], pero el propio alcalde reconocía no creer poder captar toda el agua necesaria para poder abastecer a un pueblo como Valverde.

Entre 1956 y 1958 hubo un intento de renacer la antigua Hermandad del Rosario. Para ello, además de una nueva junta directiva, presidida por José Mariano Vizcaíno, encargada del cobro de las cuotas de los hermanos, se procedió a la rifa de un cerdo de 10 arrobas en el mes de octubre, coincidiendo con la festividad de la titular, para subvenir a los fondos de la congregación, para pagar al predicador de la novena, la banda de música y los gastos de la procesiones.[19]   

En 1960 nace la O.J.E., Organización Juvenil Española, en sustitución del anticuado Frente de Juventudes. Era una institución dependiente de la Secretaría General del Movimiento Nacional, cuya función, al igual que la de su antecesora, era coordinar y organizar la formación ideológica y moral de los niños y jóvenes entre 10 y 21 años. Tuvo un gran desarrollo en la Escuela Profesional José Antonio, ya que Juan Antonio Tirado Andrino, profesor de educación física de este centro, era el jefe provincial de la OJE en los años 1962-63, y contribuyó al reforzamiento de la institución en nuestro pueblo. Se articuló en torno a la Centuria Viriato, formación paramilitar de jóvenes balillas, y los juegos deportivos de la OJE. Además, con ocasión de la festividad del 2 de noviembre, Día de los Difuntos, los chicos de la OJE debían hacer guardia junto a la Cruz de los Caídos, turnándose durante toda la noche[20]. Más tarde, ya en los inicios de la década de 1970, situó su sede en la antigua escuela de Dª María Ruiz, en la calle Sor Ángela. Entonces fue su presidente Juan Miguel Bando. Pero el sentido ya era otro. Allí se realizaban bailes los domingos a 6 pesetas la entrada, juegos de ajedrez y ping-pong, disponía de biblioteca en el piso alto y de su propio equipo de fútbol, que se desplazaba a los pueblos cercanos.




[1]. Vid. MOLA, F., 1955.
[2]. PARREÑO BERMEJO, A. 1992.
[3]. Odiel. 12 de Octubre de 1952, p. 15.
[4]. A.M.V./L.A.C. de 1956, 6 de diciembre.
[5]. SÁNCHEZ CORRALEJO, J.C.  (2006), La escuela profesional  en los años del franquismo.
[6] RAMÍREZ COPEIRO DEL VILLAR, Jesús, “Presencia de la empresa Nacional ADARO en Valverde. Treinta años de Historia”. En FACANIAS, nº 108, junio de 1982, p. 3.
[7]. Noticia de Valverde del Camino. En Valverde en Fiestas. Año 1955.
[8]. ROMERO BOZA, Marcos (2007). “Diego Romero Álvarez”. http://www.devalverde.es/val/notables-de-valverde/diego-romero-alvarez-5.html
[9]. Entrevista con el alcalde.  En Valverde en fiestas. Año 1955. .
[10]. Entrevista con el alcalde.  En Valverde en fiestas. Año 1955. .
[11]. Los artistas locales fueron Diego Palanco, Alejandro Lorca, José Quintero y José Ramírez.  El dictador dominicano regaló las maderas por el excelente acogimiento que varios seminaristas de su país tuvieron en Valverde.
[12]. VV.AA. Historia de una ermita.
[13]. ODIEL. 10 de Noviembre de 1954, p. 7.
[14]. Estuvieron presentes la Virgen de la Estrella de Chucena,  la Virgen de la Peña de Puebla de Guzmán, la Virgen de Coronada de Calañas, la Virgen del Carmen de Isla Cristina, La Virgen de las Angustias de Ayamonte, La Inmaculada Concepción de Bonares, Nuestra Señora del Valle de Manzanilla, La Virgen de Gracia de Alosno, la Virgen del Valle de Hinojos, la Virgen de la Esperanza de Cumbres Mayores, Nuestra Señora de los Ángeles de Alájar, o Nuestra Señora de los Clarines de Beas. El diario Odiel dedicó un amplio seguimiento  a los preparativos y traslados de las principales vírgenes de la provincia. ODIEL. 16,  23,  27 y 30 de noviembre.4,  5, 7, 8, 9, 18 de diciembre de 1954.
[15]. Entrevista a Jesús Bermejo.
[16]. ODIEL. 15 de diciembre de 1954.  “Valverde tributa un recibimiento apoteósico a su patrona”.
[17]. Tenían la calificación legal de viviendas protegidas.
[18]. Entrevista con el alcalde.  En Valverde en fiestas. Año, 1955. .
[19].  Libro de Caja de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario (1956-1958). El anterior presidente había sido Ildefonso Mora. 
[20]. SÁNCHEZ CORRALEJO, JC. 2006 c,  “La vida cotidiana…, pp. 58-60

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