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domingo, 20 de julio de 2014

LAS SIAMESAS VALVERDEÑAS DE 1660 (III)

De mensajeros de desgracias al derecho a una vida normalizada.-

        A lo largo de la historia, los siameses han sido considerados por muchos pueblos de la Antigüedad como mensajeros de desgracias. Esto no debe extrañar en exceso, ya que incluso la moderna ciencia médica los ha catalogado reiteradamente de monstruosidades, siguiendo la nomenclatura de la fisiología y la teología de la Edad Moderna. En este sentido, los siameses de Bangkok tuvieron que ser escondidos por sus familiares, ya que según las costumbres de Siam debían ser sacrificados públicamente para ahuyentar al diablo, aunque lograron salvar sus vidas  y finalmente murieron solidariamente en 1874, a los 63 años de edad, con apenas dos horas de diferencia.

        Del mismo modo, los Algonquinos, tribus norteamericanas situadas entre los lagos Hurón, Míchigan y Superior preferían matarlos al nacer al considerar que eran una fuente de desgracias para la tribu. Incluso las comunidades actuales de los U'was que habitan la selva oriental de Colombia abandonan a sus gemelos al considerarlos mensajeros de malos augurios.

        No debemos olvidar, empero, que también los siameses fueron considerados por algunas culturas indígenas como dioses. Fueron adorados como tales en varias culturas indígenas africanas. De la misma manera, los gemelos Quetzalcoalt y Tezcatlipoca formaron la base del panteón de los dioses aztecas, mientras que los gemelos, hijos de Sabná, fueron los creadores del hombre Maya. Si acaso, sería conveniente seguir el ejemplo del rey siamés Rama, quien inicialmente condenó a muerte a los siameses de Bangkok al considerarlos un mal augurio, pero que finalmente recapacitó -gracias a la intercesión de la princesa Xenga, quien los halló encantadores- y los mantuvo a su lado como signo de prosperidad para el reino.

        El tema de los siameses ha sido tratado como cuestión bioética, ha sido analizado desde el campo de la antropología filosófica. Nosotros no pretendemos ir tan lejos. Sólo queremos hacer constar que los siameses no constituyeron nunca ninguna monstruosidad. Las aberraciones las produce la propia Humanidad.


 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
Referencias médicas
-LEÓN J. (1959): Tratado de Obstetricia. Buenos Aires: Ed. Científica Argentina. Tomo III, págs. 229-246 y 642-643.
-LÓPEZ GÓMEZ J. R. RIVAS M. ALVARADO S. Y CASTRO J. (2000):  Gemelos Unidos: presentación de un caso de malformación fetal. Revista de Obstetricia Ginecológica de Venezuela, nº 60, págs. 59-61.
-PÉREZ AGUDELO E. (1976): gemelos unidos simétricos (siameses): Revista Colombiana de Obstetricia Ginecológica, nº 5.
-RIESCO LE-GRAND I. Mª (1848): Tratado de Embriología Sagrada. Capítulo II: De las razas.
-TOVAR J. A. (1998): Gemelos unidos (siameses). Boletín de Pediatría, págs. 259-263.
-URANGA IMAZ, F. A. (1981): Obstetricia práctica. Buenos Aires. Editorial Intermédica, págs. 361-370.
-WALLACE I. y WALLACE A. (1978): Los siameses: la verdadera historia de los hermanos siameses. Barcelona: Ediciones Grijalbo.


Referencias teológicas:
-FEIJOO, B. J. (1742): Cartas eruditas y curiosas. Tomo primero. Carta sexta
-RIESCO LE-GRAND I. M: (1848): Tratado de Embriología sagrada. Ediciones digitales. Proyecto de Filosofía.
-SANTA TERESA, M. de (1805): Compedio Moral Salmaticense. Imprenta de Josef de Rada. Formato digital. Proyecto Filosofía en español.
-SANTIDRIÁN P. R. (1994): Diccionario de las Religiones. Biblioteca Temática Alianza. Madrid: Alianza




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