EL CARLISMO EN HUELVA DURANTE
EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1869-1876).
UNA
APROXIMACIÓN DESDE LA PRENSA.
Juan Carlos Sánchez Corralejo
Actas
de las VII Jormadas
de Patrimonio de El Andévalo, págs. 146-154.
FAMILIAS CARLISTAS DE HUELVA
4.5. La presencia de Carlistas viejos y nuevos. El
carlismo fue un movimiento frágil y, a
veces, dividido, pero sus bases sociales venían de lejos. Apoyaron a Don Carlos
los herederos de los Apostólicos del reinado de Fernando VII; los denominados
“brutos” que consideraban hereje a todo aquel que rechazase la monarquía de
derecho divino, cuyo prototipo fue el Cura Santa Cruz. Muchos neocatólicos se unieron
al legitimismo carlista tras la expulsión de Isabel II con figuras como Nocedal, Aparisi, Navarro Villoslada,
Canga, Tamayo, Rada… Por
ello, un partido políticamente casi muerto hasta poco antes, se vio fortalecido
con nuevos miembros con experiencia parlamentaria y periodística. En las cuestaciones carlistas encontramos a
personas autodefinidas como carlistas, “carlistas puros”, “carlistas
tradicionales”, “legitimistas”, “monárquicos, “católico-apostólico-romano”,
“católicos a la antigua”. La historiografía, por su parte, distingue entre
apostólicos, carlistas, monárquicos, legitimistas y neocatólicos.
También en Huelva constatamos la presencia
de viejos y de nuevos carlistas. Hay carlistas octogenarios, varios de ellos de Los Marines, como
Serapio Sánchez, quien al parecer fue desprovisto de su caudal por dar vivas a
Carlos V en el año 1833, mientras el septuagenario José Jerónimo Vázquez, nacido en 1797
se definía como “católico apostólico
romano”, y con 79 años cumplidos, anhelaba al cumplir los 80, visitar a don
Carlos VII en Madrid ocupando el trono de sus mayores. La viuda
María Durán, pobre, de 81 años de edad, confesaba pedirle á Dios en sus oraciones la llegada de Carlos
VII por su condición de Rey Católico
Apostólico Romano; otros sexagenarios como Juan Nepomuceno de Cepeda Pacheco o Francisco Pacheco y Cepeda, un antiguo coronel
carlista, que transmite sus convicciones a su viuda Doña Josefa Romero;
4.6. El ideario
Entre sus fobias, estos carlistas
manifiestan su animadversión hacia el
liberalismo y hacia sus
representantes: critican con dureza las desamortizaciones y también las figuras
de Amadeo de Saboya y su padre Víctor Manuel II; entre sus filias, muestran la admiración por el Papa Pio IX y el
deseo de asistencia a sus hermanos carlistas perseguidos o reclusos.
a) Frente al liberalismo, los carlistas defienden la “santa libertad” o la libertad del Evangelio, en expresión del propio Don Carlos. Muchos de los suscriptores carlistas dicen aborrecer la libertad de los
liberales, en favor de la santa
libertad. Estas expresiones, no obstante, no las hemos visto en donantes de
Huelva. Sí aparece el recuerdo a sus correligionarios perseguidos: el padre
jesuita José Fernández, natural de Calañas, muerto en los sucesos de Madrid de
1834.
b)
La
manifestación pública del legitimismo
monárquico es una recurrente, especialmente por parte de las bases
populares. Veamos la opinión de varios vecinos de Los Marines: Melitón Sánchez
Corbacho anhelaba la entronización de Carlos VII para barrer de España tanta
inmundicia liberalesca, y prometía costear una función religiosa a la patrona
de Los Marines, la Virgen de Gracia “con
manifiesto y sermón, el día que ocupe el trono de España D. Carlos de Borbon”.
José Ginés Sánchez afirmaba haber rehusado cobrar ciertas deudas por que se las
pretendieron pagar en duros con la cara
de Amadeo I. José María Vázquez prometió no poner a sus hijos nombres que
empezaran por las letras A. y V.,
iniciales de Amadeo de Saboya y de su padre Víctor Manuel II, respectivamente.
Por el contrario, el matrimonio Domínguez Villegas llamó a sus hijos Carlos Alfonso y
Margarita Blanca, en recuerdo del rey y de la reina de los carlistas.[1]
c) El Papa Pío IX y la cuestión italiana. Muchos de ellos participaron activamente en la
campaña de 1865 frente a la postura oficial del gobierno de Isabel II en la
llamada Cuestión Italiana, esto es,
la aceptación de Amadeo de Saboya y el
nuevo estatus papal, oponiéndose a los “usurpadores del Patrimonio Pontificio”;
dan vivas al Papa y satisfacen sus donativos para las arcas papales. Participó
activamente la clerecía de El Cerro de Andévalo, los curas de Alájar, el párroco de Valverde Vicente Linares…; pero también muchos fieles como Cayetana Rise, de Valverde, el abogado
Francisco Lagares Ayala,
de Almonte, junto a un nutrido grupo de vecinos de Almonte, Bollullos y El Cerro, encabezado por su ayuntamiento, el diputado provincial Bartolomé Márquez Vázquez y el juez de
paz Lorenzo Rico.
El Papa Pio IX . Estampa de familia
carlista valverdeña
d) La mística de la persecución y el Socorro a los hermanos carlistas. Se recuerda aún la “persecución del
clero” por parte de las autoridades liberales, de casos ya históricos ocurridos
en 1841, como el de Juan Mendoza Santana, párroco de Calañas, encarcelando en
mayo de aquel año por el juez de El Cerro , acusado por un feligrés –al que el
diario El Católico llama septembrino-
de haberle negado la absolución por no haber pagado los diezmos preceptivos [2], o la de Juan Bautista
Romero Gante, el joven presbítero hermano del párroco de Calañas, apresado por un sermón pronunciado en
la parroquia hispalense de S. Andrés,
por denigrar al gobierno y a las
instituciones liberales.[3]
Domingo Domínguez Brioso se definía como tradicionalista y confesaba haber
socorrido a algunos carlistas en apuros como D. Juan Illanes Figueroa, cuando
estuvo preso en Huelva en 1874 junto al resto de tradicionalistas de la
provincia, y al presbítero Félix Fernández.[4]
Otro motivo argüido de persecución es la ley de matrimonio civil, al que se
opone buena parte de la clerecía provincial[5]: varios párrocos se niegan
a dar sepultura eclesiástica a feligresas casadas civilmente. Así ocurrió con
el párroco de Cartaya[6] y con el de Santa Olalla,
en 1872[7].
e) Se oponen a la abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico. Así lo hicieron
el comité carlista de Fregenal de la Sierra y otros, al adherirse a las pretensiones del Centro Hispano-Ultramarino, en febrero de 1873. Algunos de los
miembros de la Sociedad Antiesclavista Onubense, creada en 1890 y apadrinada
por Luis Sorela, eran afectos al carlismo.
f) La mitificación
de los héroes del carlismo histórico. Los carlistas onubenses de 1869 son
cabreristas. Posteriormente, participan
en las cuestaciones en homenaje de sus reyes: la de la corona de bronce para la
reina Margarita de
Borbón,[8]
o en la de Zumalacárregui.
g) Pero, por debajo del puro legitimismo, se
vislumbran razones de orden ideológica,
económica y política. Vemos la presencia de víctimas de las
desamortizaciones, perseguidos por los gobiernos liberales isabelinos y
damnificados de la crisis económica. Otros carlistas pedían que Ruiz Zorrilla y
Enrique de Borbón no murieran impenitentes.
El valverdeño Manuel Mora Vizcaíno era
carlista por tradición familiar y por
convicción, un católico práctico,
enemigo acérrimo del liberalismo hasta el punto, que por no pactar con
liberales sufrió serios perjuicios en sus intereses[9]. Manuel Romero Gante vivió en sus carnes el proceso
desamortizador: un monje agustino calzado que pasó a ser párroco de Calañas en
1845, que se quejaba de la escasez de la
dotación del culto y clero, el principio fundamental de
indemnización de las desamortizaciones.[10]
Muchos ganaderos de Valverde, grandes y
medianos, encabezados por Cristóbal Arrayás, se quejan de las ventas de los
baldíos de Niebla por cuantía de 4.211 fanegas.
Ese malestar se convirtió en desafección en muchos casos. José
Ginés Sánchez tuvo un desencuentro judicial con el alcalde de Los
Marines, José Sánchez: en diciembre de 1855 lo acusó de prevaricación, por no haber administrado
justicia ante su denuncia de robo de los frutos de su huerta. El Consejo Real
exoneró al alcalde de cualquier responsabilidad.[11]
Encontramos a antiguos progresistas y demócratas reconvertidos al carlismo como
Federico Guerra Librero o Miguel Font Llopis[12], creemos entender que por
desencuentros con su ideología inicial. En las cuestaciones pro- carlistas
presos y pobres aparecen algunos liberales
arrepentidos y algún que otro republicano
desengañado. Más frecuente fue, sin embargo, que antiguos carlistas, visto el
nulo éxito electoral, apostaran por una
solución más prometedora, el conservadurismo. Ahí podrían situarse a algunos
miembros de la familia Pizarro Íñiguez de Gibraleón[13], de los Burgos moguereños
y los Domínguez Villegas de Huelva .
4.7. El entorno familiar como depositario de valores y elemento de
transmisión ideológica es otro elemento recurrente. Muchos
carlistas dicen serlo desde la cuna, ya que sus padres también lo habían sido.
Varias familias onubenses están muy
vinculadas al carlismo, si no de manera total –siempre hay excepciones, si de
manera dominante: los Mora y los Vizcaíno de Valverde del Camino; los Romero
Gante de Calañas; los Domínguez Brioso y Domínguez Villegas de Huelva; las
familias Cepeda, Salas y Zambrano de Villalba, los Burgos Bueno de Moguer; los
Ayala de Almonte y de Bollullos[14]; y algunos Cepeda de La
Palma; los Vázquez de Los Marines; los Fuentes de Aracena, los Fal asturianos,
afincados en Higuera de la Sierra o los León Gragera, a medio camino entre
Santa Olalla y Badajoz[15]. Este fenómeno también se
observa a nivel, nacional, con ejemplos como la familia Izurzun de Lacunza
(Navarra) o los Paniagua de Úbeda. Se habla de la importancia de la madre como
eje de propagación de las ideas carlistas y, en cualquier caso, del respeto a
los valores familiares inculcados desde la cuna.
Junto a una mayoría de miembros nativos,
llaman la atención otros elementos
foráneos: los Fal oriundos de Asturias; varias familias riojanas como los
Burgos Bueno de Moguer y los Toresano de Lepe;
algún miembro de la familia
Santamaría procedente de Soria pero establecidos en San Juan del Puerto.
También eran foráneos varios miembros de la Junta Provincial, como Font Llopis,
Escobedo Sociats, o Valladares Ordóñez.
Los Burgos
Bueno de Moguer, viticultores oriundos de la comarca riojana de Tierra de
Cameros, ricos propietarios enriquecidos con la compra de bienes desamortizados[16], representados por el
sacerdote Cayetano (†1883), Manuel (1812-1888), juez de la Audiencia de Canarias y fiscal de la
de Barcelona, jubilado en 1872, y
Comendador de la Orden de Carlos III, que murió
en su pueblo natal Moguer, en 1888; o Juan Ramón, administrador
principal de la hacienda pública de Huelva, cosechero, primer contribuyente de
Moguer y padre de Manuel Burgos y Mazo[17]. Burgos y Mazo, carlista
temprano, en expresión de M.A. Peña Guerrero y autor de La
Cuestión Tradicionalista (1882), donde defiende el carlismo y critica la
política de Cánovas, por más que desde 1892 fuera el reorganizador del Partido
Conservador en Huelva. Según Peña Guerrero al
menos su padre y dos de sus tíos habían desempeñado
cargos de singular relevancia casi siempre al amparo de las ideas progresistas. Su tío
Cayetano, en cambio, era carlista confeso y suscriptor de El
Siglo Futuro, igual que parte de la familia de su segunda esposa, Carmen
Domínguez Santamaría: Juan Santamaría Morales, hermano de la madre de Carmen,
fue vocal de la junta carlista provincial; otros pulularon entre el carlismo y
el conservadurismo; otros fueron liberales.[18]
La familia Mora Vizcaíno de Valverde y sus derivaciones. Era una importante familia de labradores. Simón de Mora Vizcaíno, vecino de la calle de la
Fuente y rico propietario, era suscriptor de El Siglo Futuro. Algunos de sus hermanos eran afines al liberalismo[19]; otros carlistas como
Manuel, “el catedrático”, quien se marchó voluntario a la guerra carlista, y
seguramente el juez Juan José Mora Vizcaíno, padre de doce hijos. Los tres mayores, Simón, José
María y Reposo, eran Mora Moya, hijos de su primera esposa, Catalina Moya
Romero. Los 9 restantes eran Mora Mora, fruto de su matrimonio con Isabel Mora
Bada, el más conocido Jesús de Mora y Mora, arcipreste de Valverde.[20]
Los Mora Moya son
tradicionalistas, hombres de iglesia con una estrecha vinculación con
movimientos de devoción y más tarde con el Centro Católico. José María Mora
Moya recibió órdenes menores en 1889[21] y falleció en 1924. Simón
de Mora Moya (1850-1908) fue socio fundador de la Buena Muerte, diputado de la
Hermandad Sacramental y uno de los 42 socios fundadores de la Adoración
Nocturna en 1904, su primer presidente hasta 1908 y otro de los artífices de la
llegada a Valverde de las Salesianas[22]. Rafael Mora Moya fue un
hombre clave en los primeros años de la Cofradía de la Buena Muerte.[23]
Manuel José Vizcaíno Vázquez (1820), patriarca de otra familia
carlista, era un destacado
ganadero. Sus 8 hijos, los hermanos Vizcaíno
Moya[24],
continúan la tradición familiar, destacando el papel de José Manuel, profesor
del seminario conciliar de Sevilla y arcipreste de Valverde, conocido por sus
sermones enardecidos durante la Restauración[25].
El juez Juan José Mora Vizcaíno y sus doce hijos
Pedro Vizcaíno
y tres de sus hijos, los hermanos
Vizcaino Moya, José Manuel,
Josefa y Juan
En Calañas destacó la familia Romero Gante. Eran suscriptores de La Esperanza desde la
década de 1860 y participan en sus cuestaciones Auxilium Christianorum. Todos
ellos estuvieron vinculados al tradicionalismo y al Andévalo: Manuel Romero Gante era un monje
agustino calzado exclaustrado, reconvertido
en párroco de Calañas desde 1845[26] y carlista confeso, igual
que sus hermanos José
María, Joaquina y Rosa quienes participan también en las cuestaciones del
diario La Esperanza[27].
Era una familia de curas, monjas y abogados, en la diáspora. Sor María del Carmen de Santa Teresa de Jesús Romero Gante era carmelita calzada,
novicia del suprimido convento de Belén en Santa Ana; Sebastián Romero Gante, presbítero, carmelita
calzado y posteriormente cura de Carrión de los Céspedes; Juan Bautista Romero
Gante, canónico de Coria (Cáceres) y
candidato carlista por el distrito de Valverde. José María Romero Gante (1811-1887), abogado, inversor en negocios mineros[28], fue miembro de la Junta provincial
Católico-Monárquica de Huelva y “consecuente tradicionalista”[29].
Rafael Romero Gante (†1893) era abogado[30], calificado como
excelente cristiano por El Siglo Futuro,
participó en la cuestación, iniciada en 1883, para erigir un monumento a Zumalacárregui
en la iglesia de Cegama[31] e inaugurado en 1886.
Vivió en Coria y en Cádiz desde febrero de 1867, como oficial del cuerpo de
administración civil.
Los Cepeda de Villalba, una
familia de hidalgos procedentes de Astorga y Tordesillas y restablecida en
Osuna hasta llegar a la rama de los Cepeda de Villalba del Alcor[32]. Varios hijos de la familia
Cepeda Ortiz de Villalba son carlistas acérrimos: Juan Nepomuceno de Cepeda Pacheco
(1805-), hijo de José Cepeda Ortiz y de
la sevillana Concepción Pacheco, capellán del Convento de Santa María de las
Dueñas (Zamora), se declaraba católico, apostólico, romano y
carlista rancio. Su primo hermano Francisco Pacheco Cepeda (1805?), hijo de Álvaro Pacheco
Barreda y de Carmen de Cepeda Ortiz, sirvió en el ejército carlista. Por su
parte, Carmen Cepeda de los Reyes se declaraba carlista de corazón.[33]
El grupo carlista capitalino acogió a
uno de los pioneros de la minería onubense del XIX, Francisco de
la Corte Silvera, hermano de Vicente; la familia Corte Delgado, representada por José
María, escribano[34]
y Rafael de la Corte Delgado[35]; y los Corte Hernández representados por José
María, notario en Huelva, y Juan, inversor minero y vocal de la Junta Provincial Católico-Monárquica.
Domingo Domínguez Brioso fue un firme defensor de la unidad católica[36], participó en las
suscripciones carlistas y en las campañas de limosnas para el Papa[37] y muestra su adhesión al manifiesto de
la prensa tradicionalista[38].
Vive entre
San Juan del Puerto, a fines de la década de los 60, y Huelva, a
mediados de los 70 y 80. Varios de sus hermanos eran asimismo carlistas,
especialmente su hermana Margarita Blanca Domínguez Brioso. Poco sabemos de
Antonio, y de Isabel. En cambio, su hermano José era miembro y vicepresidente
del Comité progresista de Huelva en
época de Isabel II, secretario del
Comité republicano en 1873 y su vicepresidente en 1891.
La familia Fal Vázquez, devenida en Fal
Reyes en el siglo XIX, se compone de varios médicos: Juan
Fal Reyes era médico de Higuera y suscriptor de El Siglo Futuro. Manuel Fal
Reyes era médico en Zalamea. Domingo Fal Sánchez era productor de corcho,
alcalde de Higuera entre 1900 y 1905, y padre de Manuel Fal Conde. La familia Vázquez de los Marines, con sus diversas variantes, los
Vázquez-Sánchez, Sánchez-Vázquez y los
Moya-Vázquez, son elementos muy presentes ahora y en la Restauración; igual que los Guerra-Librero de Aracena y Zufre o los Labrador de El Cerro de Andévalo, tradicionalistas y muy
vinculados a la iglesia, no sabemos si exactamente carlistas.
Otras familias carlistas fueron los Toresano llegados desde La Rioja y
asentados en Lepe[39]; y los Padilla y Vargas de Escacena del Campo, encabezados por Francisco de Padilla
y Toro (†1885), casado con María Dolores de Vargas en 1850, “uno de los tradicionalistas
más caracterizados de la provincia y querido de las personas de todos los
matices” en opinión del El Siglo Futuro[40], y continuado por su hijo Francisco Padilla Vargas.
Continuará (…)
[1] La Esperanza. 7/11/1872,
p. 1. Une los nombres de Carlos y su hermano Alfonso Carlos, futuro
pretendiente y los de Blanca de Borbón, primogénita
de Margarita
de Borbón-Parma, su madre. Su hija se metió a monja con el
nombre de Sor Inés Patrocinio de San José, en el convento de agustinas calzadas
de Santa María de Gracia.
[2] El Católico
(Madrid). 12/7/1841, p. 2.
[3] El Corresponsal. 7/4/1841, p. 3. El Correo nacional. 27/7/1841, p. 4.
[4] El
Tradicionalista: diario de Pamplona.
6/09/1888, p. 2. “Cartas al Director”.
[5] Vid. El
Imparcial. 20/10/1870, p. 3. La Discusión. 21/10/1870,
p. 3.
[6] Gil Blas. 8/6/1871, página 4.
[7] El Consultor de los
párrocos. 16/5/1872, n.º 3, página 2.
[8] El Correo español:
diario tradicionalista. 25/2/1893, p.1., donde participa el valverdeño.
Manuel de Mora Vizcaíno
[9] Semblanza post mortem
del corresponsal Manuel Ramos. El Correo español. 7/5/1906, p. 2.
[10] El Católico. 26/5/1845,
p. 5.
[11] La España 3/1/1857.
Boletín de Segovia,
19/01/1857
[12] Miembro de la Junta
Progresista de Huelva en 1863. El Clamor público. 11/10/1863, p. 2.
[13] José María
Pizarro era firme defensor de la unidad
católica
[14] En Bollullos destacan
los Ayala Penillos, productores de vino.
[15] En junio de 1872 fue
apresado un José María León Gragera por “atribuírsele que iba a ponerse al
frente de un movimiento carlista en Badajoz”. La Esperanza. 25/6/1872, p. 3.
[16] PEÑA GUERRERO; M.A.
(2007): “Manuel de Burgos y Mazo o el cacique ante si”. Estudio preliminar.
Fondo documental de Burgos y Mazo.---- (2009): “El cacicato conservador de
Manuel de Burgos y Mazo”. AH., octubre. pp. 28 y 32.
[17] Peña Guerrero afirma
que “aunque en el ambiente familiar predominaba la orientación hacia el
liberalismo progresista, lo cierto es que el joven moguereño se inició en la
política con una inclinación católica y conservadora que le hizo decantarse,
tempranamente, por el carlismo”.
[18] En cambio su suegro
era el senador liberal Francisco Domínguez Santamaría.
[19] Gregorio, abogado y
registrador de la propiedad. Suscriptor del diario Las Novedades (1850-72).
Jubilado el 29 de diciembre de 1891.
[20] COPEIRO DEL VILLAR, J
(1987): Valverde a través de la
fotografía.
[21] Diario de Córdoba. 22712/1889.
[22] SANCHEZ CORRALEJO,
J.C., (2005): “Los primeros corazones blancos…
[23] Ibídem.
[24] Hijos de María Josefa
Moya Vázquez
[25] El resto eran Juan,
médico casado con Mª Magdalena Pérez Vizcaíno y Pedro María, y las hermanas Mª
Bella, Mª Dolores, Mª Magdalena y Josefa.
[26] El Católico. 26/5/1845,
p. 5.
[27] La Esperanza. 15/12/1866,
p. 3.
[28]Desde1855, denunció
varias minas de cobre en Calañas. A.H.P.V. Expedientes de concesiones mineras
caducadas.
[29] Vid. Nota de su
fallecimiento. En El
Siglo futuro. 22/3/1887, p. 3.
[30] Anuario-almanaque del comercio… 1880, p. 937.
[31] El Siglo futuro. 25/4/1883,
p. 1.
[32] Víd. RAMOS COBANO;
Cristina (2013): Familia, poder y
representación en Andalucía: los Cepeda entre el antiguo y el nuevo régimen
(1700-1850). Memoria para optar al
grado de doctora.
[33] Descartamos a Carmen
de Cepeda Ortiz (1788), casada con Álvaro Pacheco Barreda en 1799. Nos
inclinamos por Carmen de Cepeda Reyes, nacida al parecer en 1815.
[34] Era hermano de Rafael, presbítero y
director del colegio Santo Tomás de Aquino de la Plaza de los Terceros de
Sevilla y cura de La Concepción de Huelva a fines de la década de 1880; Francisco, profesor de música, y Manuel, responsable
de las ampliaciones mineras de Sotiel.
[35] El Siglo Futuro. 13/5/1885,
p. 1.
[36]El Siglo Futuro 22/06/1889. “Nuestro Gran Centenario”, donde
narra los sermones del jesuita padre Cárdenas en la Iglesia de la Concepción en
conmemoración del 13º Aniversario de la unidad católica de España.
[37] El Siglo Futuro. 1/8/1876, p.1. y 23/05/1877, p. 1.
[38] La fidelidad
castellana: diario tradicionalista. 1888 octubre 23, p. 1.
[39] GARCÍA FERNÁNDEZ, E
(2003); Los
Toresano en Lepe: historia de una familia (1800-2000). Sevilla. Baltasar Toresano era un destacado cosechero, y
exportador de higos, almendras y piñones, y fabricante de anisados y
aguardientes.
[40] El Siglo futuro. 18/5/1885,
p. 3.
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