EL CARLISMO EN
HUELVA DURANTE
EL
SEXENIO DEMOCRÁTICO (1869-1876).
UNA
APROXIMACIÓN DESDE LA PRENSA.
Juan Carlos Sánchez Corralejo
Actas
de las VII Jormadas
de Patrimonio de
El Andévalo, págs. 167-172.
Las partidas carlistas de Huelva en 1874 y la frontera
portuguesa.
La Sierra de Aracena
se inquieta, sobre todo por el temor a la exigencia de gabelas por los
insurrectos, unos facciosos, otros verdaderos carlistas. A finales de enero de
1874, ocupó la sierra de Aracena la partida
de Antonio Gallardo Fernández. El cabecilla era un desertor de presidio: Se componía de cinco hombres y
llevaba siete caballos, dos escopetas, dos pistolas, un puñal y otros efectos. Fueron sorprendidos por la guardia civil del puesto de Aracena y trasladados a
Huelva para ser procesados[1]. La prensa habla de partida
latro-facciosa.
En febrero de 1874 se formó otra
partida, la de Felipe Hidalgo, en
Fregenal de la Sierra. Era un antiguo funcionario de prisiones y “hombre de grande energía”. Estaba
formada por 17 individuos y fue localizada por los montes de Hinojales. Los
propios vecinos, organizados por su alcalde, lograron capturarlos y los
pusieron a disposición judicial[2].
Nos escriben de Extremadura, del pueblo
de Cumbres Mayores, que por los montes de Hinojales andaba una partida de 17
hombres montados, al mando de un tal D. Felipe Hidalgo.[3]
La Narración Militar de la Guerra Carlista
reduce la presencia de partidas carlistas al verano de 1874 –específicamente al
mes de julio-, y habla de una doble aparición: una guerrilla que se mueve entre Cala y Encinasola, de 200
hombres, dispuestos a lanzarse a la lucha, los que al fin se diseminaron sin
ejecutar ningún acto de fuerza; y otra en El Buitrón con 70 rebeldes
que recorrieron durante unos días varios pueblos, haciendo desmanes y
recogiendo fondos[4].
El Gobierno portugués de Fontes Pereira de Melo mantuvo excelentes
relaciones con los gobiernos del Sexenio Democrático, y se dedicó a apresar a
los miembros de partidas carlistas refugiados en Portugal y a enviar fuerzas
militares a la frontera, con ocasión de la intensificación de entradas de
partidas procedentes de España[5]. Las perturbaciones fueron
más intensas en la frontera gallega, pero también existieron
en la frontera onubense. Todo
parece indicar que se trató de una única partida, surgida en Sevilla, que
penetra en España a través de Serpa y llega a las inmediaciones de Encinasola, a principios de junio. Estuvo encabezada por el guardia civil D. Juan, y constituida
por un centenar de individuos, ante la cual tomaron precauciones las autoridades militares[6]. Fue reclutada a lo que se
parece en Sevilla[7]. José Nogales sitúa el origen en la junta
carlista sevillana y el foco insurreccional en la frontera portuguesa junto al
Chanza y cerca de las minas de Sao Domingo[8],
que vendrían a proteger la entrada de otros cabecillas llegados desde Portugal.
En la semana central de junio, del 15 al 21, los guerrilleros pasan por Almonaster, Zalamea la Real, Buitrón y
Valverde del Camino:
“Guerra Civil. El Gobernador de Huelva participa, con referencia a un
despacho del juez de Valverde, que la partida que se presentó en las minas de
Buitrón, comió en dicho pueblo, saliendo para Calañas después. Es de presumir
que se dirige a la frontera de Portugal”[9]
La presencia de partidas Carlistas en El Buitrón
inquietó la vida de los lugareños. Según la tradición oral, la facción
carlista, acampada en torno a la
aldea de El Buitrón, fue invitada por D. Vicente Linares a visitar Valverde. Al
parecer, se encontró una carta del clérigo en el zurrón o el bolsillo del jefe carlista, donde lo habría
incitado a visitar Valverde, pueblo en su opinión liberal, pero donde el
mensaje carlista tendría buena acogida.
A. Fernández de los Ríos habla del combate de las
Cabezas –que sitúa en las cercanías de la aldea del Pozuelo- y de la
desbandada de los casi inofensivos voluntarios de la libertad ante una descarga
de escopeta de los carlistas[10].
Arroyo Valero habla de un registro
tumultuoso de la casa del cura Linares Bejarano, al que se habría encontrado
escondido en un montón de trigo[11].
Tras la huida de los
guerrilleros, el 25 de junio, fueron inculpados y detenidos el cura de Valverde, Vicente Linares, y el de
Minas de Riotinto:
CARTAS DE LA GUERRA.
Sevilla 26. Dicen de Valverde del Camino que perseguida y derrotada una facción
que vagaba por aquellas inmediaciones, por los papeles ocupados y de la sumaria
que se instruye, resultan complicados el cura párroco de dicho pueblo, que se
halla detenido, y el de Minas de Riotinto, al que se ha mandado prender. Aquí
se asegura que dicha partida salió de Sevilla con el propósito de proteger la
entrada desde Portugal de cuatro cabecillas y que, habiendo conseguido su
objeto, regresaba al punto de su procedencia. Los tribunales entienden en el
sumario y no creo prudente decir una palabra más por hoy.[12]
La persecución vino de la guardia civil y los carabineros,
asentados en Paymogo, que constantemente estaban recorriendo la frontera portuguesa y la formación de milicias de voluntarios en los pueblos de
Almonaster, Zalamea, Valverde, Tarsis y
Alosno. El hecho fue recogido por la Gaceta
de Madrid y algún que otro periódico provincial: Contrarrestaron dichos movimientos las columnas de guardia civil y
carabineros; alguna otra que salió hacia
los sitios en que la agitación fue mayor, y los vecinos de Tharsis y Alosno,
que al sólo anuncio de la salida de los de Buitrón, se unieron á una columna,
con la que consiguieron que parte de aquéllos se internaran en Portugal, y aprehendieron á otros que no pudieron
efectuarlo.
Cuerpo de carabineros
El domingo 21 de junio la partida
llegó a Cabezas Rubias[13]. Un par de días después se encuentra en Alosno en su supuesta huida hacia Portugal,
mientras el Gobernador militar de
Huelva daba parte de haber marchado más de 120 hombres a caballo y otros tantos
a pie, dependientes y operarios de las minas de Tharsis, en persecución de los
individuos que se sublevaron pocos días antes en sentido cantonal[14].
A principios de julio,
la partida que supuestamente huía a Portugal permanecía en tierras onubenses.
Participaron en su persecución los voluntarios de Almonaster y Zalamea, quienes lograron coger varios prisioneros y
requisar caballos y armas: «Los
voluntarios de Almonaster y Zalamea la Real (Huelva) han dado una buena batida
a la facción que por allí vagaba, causándoles varios heridos y cogiéndoles
prisioneros, armas y caballos. Se cree que el resto se habrá internado en
Portugal »[15];
o entre Tharsis y la frontera de Portugal, según otras
fuentes[16].
En septiembre continuaban huidos un pequeño grupo junto
al arroyo de Malagón:
«En Mazarrón [sic[17]]
han sido detenidos cinco carlistas que por la parte de Alosno trataban de ganar
la frontera portuguesa, siendo conducidos a Gibraleón y de allí
trasladados a la capital».[18]
¿Carlistas o
cantonalistas? La prensa se hace eco de esta dualidad:
La partida era carlista, según los partes de Gobernación, y cantonalista según La Gaceta. La Correspondencia de España
habla de 35 individuos pertenecientes a la única
partida carlista que vagaba por aquella provincia, y entre los cuales había
algunos agitadores cantonales extranjeros[19].
La Gaceta, órgano oficial del Estado y base de las
informaciones periodísticas, habla de partidas carlistas, pero a la par de
presencia de agitadores extranjeros y de movimientos de sentido cantonal. ¿Cómo
interpretar esta cuestión? La Narración Militar habla de ligeros desmanes de algunos grupos, más
bien de malhechores que de carlistas.[20]
Por lo que sabemos, era una partida carlista, cuyo cabecilla era D. Juan,
un oficial retirado de la guardia civil, y al parecer había otros miembros de
la benemérita entre sus integrantes: Dicha
partida va mandada por un tal D. Juan. Se ha aprehendido a un paisano con
uniforme nuevo, que parece es el que usa aquel cuerpo[21],
aunque también pudo haber presencia de agitadores
obreros, acusados por la prensa de extranjeros o internacionalistas.Ya el año
anterior hubo huelga en Tharsis y en 1874 nació en Riotinto El Minero, el primer periódico obrero de la provincia
de Huelva.[22]
José Nogales retrata una partida de 35 efectivos,
reducida a tan solo 14 por las deserciones y mandada por un general de
todos desconocidos. Se asentaron en los alrededores de Valverde, enviaron
un emisario al cura Linares Bejarano, y fueron rendidos por los voluntarios, “gente dura y fogueada del Andévalo”.[23]
La represión vino de la mano de
las fuerzas militares regulares, el batallón
provincial nº 45[24]
y la comandancia de Carabineros del Reino. Huelva disponía además de su propio Gobierno
Militar, perteneciente a la Capitanía General de Andalucía desde 1874. Las fuerzas del gobernador militar se dirigen al Andévalo,
pero se vieron reforzadas por la formación de milicias ciudadanas en varios
pueblos, controlada por sus respectivos ediles, cuyo cometido era impedir la entrada de las partidas carlistas. La prensa refiere
la actuación resuelta de los alcaldes de Calañas, El Cerro, Alosno, Tarsis,
Puebla de Guzmán, Cabezas Rubias y Paimogo: Los
alcaldes de Puebla Paimogo, Calañas, Cabezas Rubias y el Cerro (Huelva), han
impedido con su resuelta actividad la entrada en dichos pueblos de los
facciosos.[25]
«El
ayuntamiento, juzgado y vecinos de Alosno se reunieron con aquellos para
perseguir sin tregua a dichos perturbadores, y los alcaldes de la Puebla de
Guzmán, Cabezas Rubias y El Cerro han seguido la misma patriótica conducta[26],
por
lo cual, hacen que aquella no tenga un momento de descanso».[27]
El caso de Alosno fue
paradigmático. Una fuerza vecinal de 240 componentes hace de cordón sanitario.
El papel de los voluntarios de la libertad de Tharsis y Alosno, que al solo anuncio de la salida de los de
Buitrón, se unieron a una columna, con la que consiguieron que parte de
aquellos se internaran en Portugal, y aprehendieron a otros que no pudieron
efectuarlo. Otros lo narran así: El juzgado y alcalde de Alosno, al frente de 240 vecinos, se han unido a
las fuerzas del gobernador militar para la persecución de los rebeldes.[28]
La partida portuguesa de
1875.
En octubre de 1875 se
detectó una nueva partida de unos 40 individuos en el triángulo comprendido
entre Paymogo, Alosno y Puebla de Guzmán,
ignorándose
si han levantado bandera política La mayoría de fuentes coinciden en que procedían de Portugal, aunque no queda claro si eran carlistas o simples bandoleros. Asesinaron a un propietario de Paimogo, Pablo Macías, quien iba acompañado
de un sobrino y dos criados, y atacaron a otros tres vecinos de
Alosno. El informante es el cronista
valverdeño del diario La Iberia: El
objetivo parece solo el robo de las caballerías y el dinero[29]. Ha salido tropa,
Guardia Civil y carabineros en su persecución, por más que se crea hayan vuelto
á internarse en Portugal[30].
Otros diarios hablan de simples
bandoleros o salteadores[31].
Francesco Pappalardo ya alertó de la contaminación historiográfica capaz de
reducir a simples bandoleros a autenticas fuerzas guerrilleras[32],
aunque en este caso todos los diarios apuntan en la misma dirección. También
fueron facinerosas las partidas aparecidas en Cumbres de San Bartolomé en los
años siguientes.[33]
Gregorio Hidalgo Mantero
|
[1] La Discusión.
1/2/1874,
3. La
Correspondencia de España.1/02/1874, 1. Diario oficial de avisos de Madrid. 2/2/1874, 3. La Iberia. 3/2/1874, 3.
Crónica Meridional. 5/02/74 p. 1 .
[2] Narración militar, p. 448. La noticia es
recogida por La
Época. 13/2/1874, 3., que transcribe equivocadamente “Pedregal” por
Fregenal”; El
Mundo. 13/2/1874, p. 3. Diario oficial de avisos de Madrid. 14/2/1874, p. 4; La Discusión. 14/2/1874,
p. 2.
[3] La Época. 9/6/1874,
p. 3.
[4] Narración militar de la Guerra Carlista,
Vol.14, p. 452.
[5] MEDINA, Joäo:
“Ecos de la tercera Guerra carlista en Portugal” (1872-1876). Paralelismo y
sincronía En La contrarrevolución legitimista, 1688-1876, p. 190.
[7] El Gobierno. 27/06/1874., p 3.
[8] NOGALES, José.
“Episodios Nacionales”. El Liberal,
2-04-1906.
[9] La Gaceta se hizo eco el domingo 21 de
junio. La fuente de información de la Gaceta es un despacho del juez de
Valverde, Enrique Íñiguez Pinzón, a través del gobernador provincial. Fue
recogida por La
Correspondencia de España. 21/06/1874, 3; El
Gobierno. 22/06/1874, 2., y El Constitucional.23/06/1874,
3.
[10] La Ilustración Española y Americana.
[11] ARROYO VALERO,
L., (1963): Breve Historia de Valverde, pp. 80-82.
[12] El bien público Año II Número 402.
04/07/1874, p. 2 En parecidos términos
se expresa El Gobierno. 27/06/1874., p 3.
[14] Procede de La Gaceta. Recogida por La Correspondencia y El Imparcial. 25/6/1874,3; La Discusión. 26/6/1874,3;
El Gobierno.25/06/1874,2;El Constitucional, 27/061874, 2 y Diario de Córdoba.
27/06/ 1874, 3.
[15] La Correspondencia de España. 2/71874,
2, p. 3.
[16] El Gobierno 25/06/1874, p. 3.
[18] El Gobierno.11/09/1874, p. 3.
[19] La Correspondencia de España. 27/06/1874, p. 3,
[20] Narración Militar…, 453.
[21] El Gobierno 25/06/1874, p. 3.
[22] DÍAZ
DOMÍNGUEZ, M.P. (2011): “La revolución
a través de la imprenta. Los comienzos de la prensa obrera de Huelva en el
siglo XIX”. De Re Metallica,
17, pp. 67-74.
[23] NOGALES, José .
“Episodios Nacionales”. El Liberal, 2-04-1906.
[24] Bernardo Tárrega era su primer jefe. La Esperanza 12/3/1872, p. 3.
[25] El Gobierno. 25/06/1874, p. 3.
[26] La Correspondencia de España.
25/06/1874, 3. Recogido por El Imparcial y El Gobierno
25/06/1874; La
Discusión. 26/6/1874, 3; El Constitucional y Diario de Córdoba.
27/06/ 1874.
[27] La Correspondencia de España.
25/06/1874, p. 3.
[28] El Gobierno. 25/06/1874, p. 3.
[29] El periódico
transcribe erróneamente Álamo.
[30] La Iberia. 23/10/1875,
p. 3.
[31] El Imparcial. 23/10/1875,
p. 2. El Siglo
futuro. 21/10/1875, p. 2.
[32] PAPPALARDO,
F. El
bandolerismo, pp. 339.
[33] El Siglo futuro. 26/3/1878,
nº 721, página 3.
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