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domingo, 25 de noviembre de 2018

Las devociones valverdeñas del siglo XVI


VALVERDE Y SU PARROQUIA  (V):
Las devociones valverdeñas del siglo XVI


Juan Carlos Sánchez Corralejo 
Facanías. Noviembre de 2018, págs. 16-19. 


En estos años, se documenta una fuerte devoción a la vírgenes de Coronada  y del  Rosario, Santa Ana y San Sebastián, e incluso a la Virgen de Clarines. Además, se mantuvo  la costumbre de la limosna de San Antón, que ya existía en el siglo XV.


Las  Cuatro Cofradías. Devoción y mandas testamentarias 

En la década de 1580, a tenor de las informaciones emanadas de las mandas testamentarias¸ existían en Valverde cuatro cofradías: del Santísimo Sacramento -al que más tarde se unió la advocación de Nuestra Señora Santa María de Jesucristo-, de las Ánimas, del Rosario y  la Cofradía del Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia, conocida como de la Sangre o de la  Veracruz,  existente con anterioridad a 1576,  radicada en el Hospital de la Misericordia y su capilla anexa. 

Las Cofradías de las Ánimas del Purgatorio y del  Santísimo Sacramento fueron quizá las dos principales cofradías valverdeñas a lo largo de la Edad Moderna[1]. También fueron habituales las mandas testamentarias conjuntas a favor de “las Cuatro Cofradías”. 

Alonso Pérez de la Mora  era el Hermano Mayor de la Cofradía  de las Ánimas del Purgatorio en el tránsito de los siglos XVI a XVII, y su mayordomo desde 1603. Entonces se convierte en nuevo hermano mayor Antón García de la Rubia.  La práctica totalidad de testadores dedican entre 1 y 6 misas a las Ánimas  del Purgatorio. De esta forma se refuerza el altar y la propia hermandad de las Ánimas, Algunos realizaban mandas testamentarias directas. El resto pide que se paguen de la venta en almoneda de sus bienes. Para Lara Ródenas es obvio que de todas las ánimas del Purgatorio, a los ojos de los testadores destacaban las de los familiares difuntos.[2]

Juan Caballero, escribano publico de Valverde, era además el hermano mayor de la Cofradía del Rosario a fines del siglo XVI.

Esas cofradías fueron las destinatarias del cumplimiento sacramental: confesión, comunión y extremaunción,  y especialmente de las misas postmortem y de las mandas testamentarias con las que muchos testadores querían manifestar públicamente su devoción principal, incluso después de dejar la vida terrenal.


Fecha
Testador
Cofradía
Manda0
Misas anuales
1564, nov. 12 
 Juana Domínguez[3], viuda de Juan Diaz Pozo
Animas

1
1564, nov. 19 
Martin Alonso
Animas

1
1564, nov. 20 
Diego Gómez
Animas

2
1564, nov. 26
Lorenzo Pérez
Animas

1
1564, nov, 27
Marina Hernández 
Animas

1
1564, nov, 30
Juana Domínguez


4
1564, nov, 30
Francisco Pérez Calvo  
Animas

4
1564, dic., 8
Diego Díaz  Marismeño
Animas

3
1564, dic., 18
Inés Martín, esposa de Diego Bernal
Animas

3





1583
Leonor Gómez


1
1583
Pedro Díaz de el Viejo
Santísimo y Nuestra Señora
11 colmenas 
1
1583, abril, 21
Alonso García  [Caçador]
Animas

1
1583, agosto
Diego Díaz
Animas

6
1583, agosto, 21.
Isabel Pérez, viuda de Pedro Sánchez
Animas

1
1583, sep. 23
Bartolomé González


2
159?
Juan Caballero, padre de Pedro Caballero 
Ánimas
8 ducados






15??
Isabel Alonso, hija de María Gómez,

30 ducados
1
1602, dic. 11
Catalina Domínguez, mujer de Diego Márquez
Animas

2
1602, dic. 21
Juana Márquez, mujer de Juan Martin Márquez
Animas

2
1603, abril, 8
Catalina Díaz, viuda de Diego Ramírez 
Animas

1
1603, abril, 20
Juan Martín Infante
Animas

2
1603,  abril, 29
Isabel Alonso, mujer de Andrés Martín
Cofradía del Rosario
12 ovejas
4
1603,  abril, 29
Isabel Alonso, mujer de Andrés Martín
Animas
6 ovejas
4
1603, mayo, 24
Domingo González, porquero 

San Sebastián
4 rs. Para la Capilla

1603, sept. 23,
Francisco Martin Moro, el moço
Cuatro Cofradias
 4 rs a cada una

1603, oct.
Catalina Martin, La Garrida,  mujer de Bartolomé Alonso
Vera Cruz
1 ducados

1603, oct.
Catalina Martin, La Garrida
San Sebastian
Unos manteles

1603, oct.
Andrés González, el viejo
Nuestra Señora de Clarines (Beas)
2 ducados

1604, agosto
Juan Caballero del Castaño
Animas Purgatorio
 2 reales



Santa Ana
2 reales



Nª Señora de Guadalupe
2 reales

Misas y mandas testamentarias a las Cofradías Valverdeñas  (1564 1604) . Archivo de Protocolos de Valverde. Elaboracio propia 
                 
La  manda pía era un encargo del testador que servía para destinar  determinados bienes de la  herencia, imponiendo al heredero o  legatario el gravamen de una donación mortis causa. A veces son donaciones, otras limosnas, otras imposiciones para pagar misas. Las Siete Partidas[4] consideraban mandas piadosas a los legados testamentarios que tenían por beneficiarios  a la Iglesia, los hospitales, los pobres o la redención de cautivos.

A menudo, las mandas testamentarias no eran altruistas. Eran cesiones al administrador de la Fábrica Parroquial o de una Cofradía con el encargo explícito de conceder cierta cantidad  de maravedís a censo y tributo para, con los réditos obtenidos, pagar el importe de las misas pro remedio animae de los impositores. Eso es lo que hizo, por ejemplo,  Juan Caballero, quien  dejó a la  Cofradía de las Ánimas 8 ducados con el cometido de repartirlos a censo y tributo y pagar las misas contenidas en su testamento. O Isabel Alonso, mujer de Andrés Martin, quien cedió 30 ducados a la Cofradía de las Ánimas  y 12 ovejas a la Cofradía del Rosario para sufragar sus misas post mortem.    


Las devociones particulares  valverdeñas. Misas de devoción a la Virgen y a los santos  taumaturgos

En el Valverde de la segunda mitad del siglo XVI, dominan las misas post mortem de Nuestra Señora, las de Luz, la de Cruz, los treintanarios de San Amador, las de las Llagas de Cristo, las de  la Pasión de Cristo y las del Espíritu Santo. Este compendio forma parte del imaginario colectivo local, pero  además es coincidente con los resultados de varios estudios de la misma cronología para otros ámbitos geográficos.   

Frente a ello, queremos destacar otras misas de devoción, unas  de amplia  extensión,  como la de la Virgen del Rosario, y otras dedicadas a cultos más locales, caso los de la Virgen de Coronada, Santa Ana y San Sebastián, que nos ayudan a delimitar un devocionario más local y especifico.

La imagen del Rosario es una de las más requeridas por los valverdeños de finales del siglo XVI, hecho  coincidente con su reforzamiento en el orbe católico,  tras el proceso que relacionó la mano de la Virgen con  la victoria de Lepanto.  Según la leyenda, la Virgen María se apareció a santo Domingo de Guzmán, en el año 1208, en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos,  le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres. En el siglo XV, la devoción al rosario había decaído, pero renace con enorme fortaleza en la centuria siguiente: San Pío V instauró la festividad del 7 de octubre, tomando como referencia el  aniversario de la Batalla de Lepanto, donde los cristianos derrotaron a los turcos que invadían Europa, victoria atribuida a la Virgen.

El Papa Pío V pidió a la cristiandad reforzar sus rezos, particularmente el rosario, para obtener la victoria,  conocedor de la desventaja en número y recurso de la flota cristiana. La armada de la Liga Santa obtuvo  un sonado  triunfo en  Lepanto, en su lucha contra los turcos musulmanes, aquel famoso 7 de octubre de 1571.​ Tras esta gesta, se  instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias, que así se llamó a aquella advocación que alentó el triunfo contra los otomanos. Pasó a denominarse Nuestra Señora del Rosario durante el pontificado de Gregorio XIII ​(1572-1585). Siglos después, Pío X (1903-1914) la fijó para el 7 de octubre y creó aquella frase convertida en lema de la cristiandad: “Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo”.


         
                                   Pio V                                            
b






Gregorio XIII



 Aparición de la Virgen del Rosario en la batalla de Lepanto. Lucas Valdés. Iglesia de la Magdalena. Sevilla

F. Arroyo Navarro documentó en su día varias mandas a favor de la Virgen de Rosario en la década final del siglo XVI[5]: en 1593 un testador le cede un ducado, otro pedía una misa post morten en el altar del Rosario; otra le cede 10 reales para el fuego de cuatro hachas durante su enterramiento, y un cuarto  testador le cedía una colmena. En 1597, otro testador pide dos misas de Nuestra Señora del Rosario, junto  a otras  9 misas a las nueve fiestas de Nuestra Señora.[6]

Por nuestra parte, identificamos las siguientes misas en su devoción: 

Fecha del testamento
Testador
Nº misas
1602, dic. 31
Juana Márquez, viuda de Gonzalo Martin Baco
2
1603, abril, 20
Juan Martín Infante
1
1603, abril, 29
Isabel Alonso, mujer de Andrés Martin 
4
1603, mayo, 21
Pedro Sánchez, el Viejo, tendero
1
1603, julio, 8
Isabel ´Martin, mujer de Pedro Alonso
1
1603, sept., 24
Marina Díaz, de Gonzalo Martín            
1
1603, octub, 11
Catalina Martín, mujer de Bartolomé Alonso
2
1603, octub, 27
Juana Domínguez, mujer de Juan Martin
1
1603, dic., 10
Isabel García, la Chaparra
1
Enero de 1604
Isabel Alonso, mujer de Antón Pérez
1
1604, febrero, 24
Inés García, esposa de Alonso Martín
1
1604, mayo
Diego Díaz
1
1604, sept. 14
Pascuala Domínguez
1
1604, oct, 3
Hernando Alonso
1
1604, oct
Lucas Martín 
1
1604, dic. 3
Alonso Simón 
2
Misas postmorten a la Virgen del Rosario. Protocolos de Valverde.  Elaboración propia

Igualmente, la Virgen de Coronada se encuentra entre las advocaciones preferidas en las misas post morten, y podría decirse que su devoción fue in crescendo desde la década de 1580.

Peticinario
1583
Alonso García  [Caçador]
1
1583, abril, 21
Leonor Alonso, mujer de  Alonso  Lorenzo
3
1583, agosto, 5
Isabel perez, viuda de Pedro Sánchez
1
1583, agosto, 21.
Bartolomé González
1
1583, sept. 23
Alonso Rodríguez
1
1583, sept.



Juana Márquez, mujer de Juan Martin Márquez
1
1602, dic. 21
Juana Márquez , viuda de Gonzalo Martin Baco
1
1602, dic. 31
Isabel Alonso, mujer de Andrés Martin 

1603, abril, 29
Isabel Martin, mujer de Pedro Alonso
1
1603, julio, 8
Marina Díaz, de Gonzalo Martín
1
1603, sept. 24
Juana Domínguez, mujer de Juan Martin

1603, octub, 27
Isabel García, la Chaparra
1
1603, dic., 10
Inés García, esposa de Alonso Martin
1
1604, febrero, 24
Diego Díaz
1
1604, mayo
Lucas Martín
1
1604, oct., 8
Misas pro remedio animae a la Virgen de Coronada. Elaboración propia

El santo de la ermita del cabezo de San Sebastián, construida para cobijar la imagen del centurión de la guardia pretoriana de Diocleciano, concitaba el fervor y la piedad de los feligreses ante la inminencia del último viaje,  como emblema de aliento de los martirizados. 

Fecha del testamento
Testador
Nº misas /mandas
1603
Isabel Ramírez, moça (1)
1
1603, mayo, 24
Domingo González, porquero 
4 rs. para la Capilla
1604, mayo
Diego Diaz
1
1604, sept. 14
Pascuala Dominguez
1
1604, sept., 18
Manuel Rodriguez
1
1604, oct, 8
Lucas Martín 
1
Misas por remedia animae a San Sebastián

Otros testadores se decantan por misas a Santa Ana que parecen incrementarse desde el año 1583,  seguramente coincidiendo con la finalización de su ermita. Observamos además como varios testadores se decantan por una misa a la trilogía formada por La Coronada, Santa Ana y Santa Caterina.

Fecha del testamento
Testador
Reales
Nº misas
1583, abril, 21
Alonso Garcia  [Caçador]

1
1583, agosto, 5
Leonor Alonso, mujer de  Alonso Lorenzo 

1
1583, sep. 23
Bartolomé González

1
1603, mayo, 21
Pedro Sánchez, tendero

1
1603, julio, 8
Isabel Martín, mujer de Pedro Alonso

1
1604, mayo
Diego Díaz

1
1604, agosto
Juan Caballero del Castaño
2 

Misas pro remedio animae a Santa Ana. Elaboracion propia

Nuestra Señora de Clarines. Según la tradición popular, de nuevo recogida por el incombustible Fray Felipe de Santiago[7], la Virgen de Clarines se apareció a principios del siglo XIV al pastor Juan Bautista García, cuando éste se hallaba con su ganado por tierras que serían propiedad de monjes benedictinos. Un día, al amanecer, oyó un sonar de clarines y al acercarse encontró una imagen de la virgen. Después de que la virgen obrara el milagro de curarle la mano que tenía manca, los vecinos decidieron construirle una ermita[8]. 

La ermita beasina de Nuestra Señora de Clarines fue construida junto al arroyo del Naranjal, a media legua de distancia del vecindario y en las cercanías de una antigua población -en estado de ruinas desde el siglo XVIII-, denominada San Benito del Álamo, pero en cuyas proximidades vivieron algunos valverdeños de los siglos XVI y XVII. La ermita sufrió obras de reparación en el año 1598. Las obras, rematadas a pregón, fueron adjudicadas a un albañil de Trigueros llamado Cristóbal Rodríguez por un monto total de 90 ducados.

Varios valverdeños aparecen vinculados a esta aldea y arriendan los diezmos de la misma desde mediados del siglo XVI[9]. Otros de los devotos valverdeños de la Virgen de Clarines, como Andrés  Gónzález,  el viejo, son  arrieros que se  mueve por Manzanilla e Hinojos y posiblemente tambien por Beas. Otros fueron seguramente propietarios y labradores de los baldíos.     

Fecha del testamento
Testador
Nº misas /mandas
20 de octubre de 1603
Andrés González el viejo
2 ducados
1604, oct, 8
Lucas Martín
1
Misas postmorten a Nuestra Señora de Clarines

 Santa Caterina o Catalina de Siena (1347-1380) fue una monja del Tercer orden de Santo Domingo, venerada como santa. Fue canonizada por Pío II en 1461, por parte de este pontífice natural de Siena, al igual que la Santa. Su festividad litúrgica se incluyó en el calendario romano desde 1597, y tuvo bastante aceptación por estos lares.


Fecha del testamento
Testador
Nº misas /mandas
1564, nov. 12 
Juana Domínguez, viuda de Juan Diaz Pozo
1
1583, abril, 21
Alonso García  [Caçador]
1
1583, agosto, 5
Leonor Alonso, mujer de  Alondo, Lorenzo 
1
1583, agosto, 21.
Isabel Pérez, viuda de Pedro Sánchez
1
1583, sep. 23
Bartolomé González
1
1583, sep.
Alonso Rodríguez
1
1603, sep., 
María Rodríguez, mujer de Juan Sayago  
1
1604, sept., 18
Catalina Alonso, viuda
1
Misas de devoción a Santa Caterina de Siena

Los testamentos nos informan de otras devociones más particulares y por ello menos extendidas, aunque también presentes, como la de Santa Marina[10] , Nuestra Señora de Guadalupe[11],  San Jacinto[12] o Santa Úrsula y las once mil vírgenes.[13]


Las limosnas de San Antón. Valverde y la Encomienda Mayor Antoniana de Sevilla desde el Siglo XV. 

Las limosnas de San Antón son otro elemento recurrente de la vida valverdeña desde el siglo XV.

La encomienda mayor antoniana de Sevilla fue una de las 23 Casas Hospitales de la encomienda antoniana castellana, dependiente de la encomienda mayor de Castrojeriz[14]. La Orden Hospitalaria de San Antonio Abad, los Antonianos, auxiliaba a los peregrinos y caminantes, inicialmente en los pasos alpinos, pero además se ocupó de albergar a los enfermos que padecían dolencias cutáneas contagiosas: peste, lepra, sarna, enfermedades venéreas, y, particularmente, el llamado fuego de San Antón. Durante el reinado de los Reyes Católicos, se dictaron varias disposiciones reales que favorecieron la situación económica de la Orden de San Antón española: se garantizaban todos su privilegios para pedir limosna y  para que puedan andar libremente por el Reino acompañados de cochinos, recorriendo las ciudades y villas sin temor a ser prendados, heridos ni matados.[15]

El 2 de junio de 1492, los Reyes Católicos, desde Córdoba, confirmaron los privilegios y exenciones de la encomienda mayor antoniana de Sevilla[16]. La monarquía reforzó la autoridad del comendador mayor, amplió los privilegios de la Orden de San Antón y permitió que los frailes antonianos pudieran postular acompañados de cerdos y beneficiarse con el producto de la venta de los cerdos criados en las calles y alimentados por los vecinos.

La demanda de San Antón en Valverde

Fray Juan de Haro fue comendador de San Antón de Sevilla y uno de los personajes de mayor relevancia de la familia antoniana en España. Quiso que la Casa Hospital de San Antón de Sevilla extendiera su radio de acción hacia la actual provincia de Huelva.  En el año 1503 documentamos la presencia en Valverde de un tal Alonso Lorenzo, que había logrado una franquicia de vecindad por su condición de bacinador de San Antón.

A lo largo del siglo XVI, continuó la presencia de un bacinador en nuestro pueblo, en nombre de la Casa de San Antón de Sevilla, que recogía limosnas todos los domingos, y la tradición continuó en el siglo XVII.  En la primavera de 1604 llega a Valverde un tal Benito Gómez, procedente de Sevilla. Era procurador de la Casa del bienaventurado Santo Antón con poder del padre Fray Juan Martínez de Rojas, comendador de la Orden de Santo Antón de Salamanca, y administrador de la de Sevilla, y se produce su nombramiento como hermano mayor de la casa de San Antón

«Y que por ser tan notorio no va aquí inserto firmado y signado de Pascual de Miranda, escribano de la ciudad de Sevilla, su fecha, en ella en diez  y nueve días del mes de henero de mil y seiscientos y quatro años, y dixo que por virtud del dicho poder que tiene para la cobranza de la limosna que pide del dicho bienaventurado Santo Antón  y para remover el bacín que en este dicho lugar se pide y limosna  por quanto el que hasta agora lo a pe-//dido a muchos años y esta fatigado de el trabajo, con acuerdo de la  justicia deste dicho lugar que para ello se aconsejó con los alcaldes del dicho lugar, nonbraba e nonbró para  pedir la dicha limosna en el dicho lugar los domingos  de todo el año y lo más que conviene a la bendita casa del bienaventurado santo Antón  a Diego Martin mesonero, vezino deste dicho lugar, todo el tiempo que fuere voluntad del dicho Fray Juan Martínez de Rojas, comendador y procurador mayor  de la dicha casa”  [17]     .  

El mesonero local, Diego Martín, se obligó a pedir la limosna de San Antón y “la tendrá guardada  y dará buena quenta della con pago cada y quando que le fuere pedida y demandada por la persona que para ello traxere poder bastante de la dicha casa del santo bendito, y ante mi el presente escribano hizo el dicho Diego Martín el juramento que se requiere”. [18]     

Algunas devotas, como Isabel Alonso, mujer de Antón Pérez, dedican una misa a San Antón en su testamento, fechado en enero de 1604.

Esta tradición limosnera se continúa en otros testamentos. Varios testadores dejan pequeñas cantidades de maravedís “a los santuarios e baçines”.  Unos como María Domínguez  dispensan  cuatro maravedís a cada uno[19]; otros varios mandan a los santuarios, a cada uno la “limosna acostumbrada”.[20]

Estas alusiones a santuarios e baçines  se observan  asimismo en otras partes de España, como Murcia:

        Iten mando a los baçines y santuarios que andan los domingos y fiestas por la iglesia a cada uno de ellos ocho maravedís de mis bienes”. [21]

Continuará  (…)



[1] Así en 1804, el ayuntamiento valverdeño, ante la  desolación en que vivían muchos vecinos y labradores de la villa restringió la petición de limosnas por parte de las cofradías locales, exceptuando a  la Cofradía del Santísimo Sacramento «por ser de primitiva fundación» y la Cofradía de las Animas «por el sugragio que de las limosnas reciben en eterno descanso». A.M.V./L.A.C. de 1804, 19 de agosto. Leg. 26.
[2] LARA RODENAS, Manuel J. (1999): La Muerte Barroca: Ceremonia y sociabilidad funeral en Huelva durante el siglo XVII. Universidad de Huelva, p. 422.
[3] Madre de 4 hijos, a saber, Leonor Díaz, Catalina Domínguez, Juan Díaz y Marina García y una ya fallecida, Juana Domínguez. Fueron sus albaceas testamentarios su hermano Luis Pérez y su suegro, Gonzalo Martín.
[4] Vid. Las Siete Partidas del Sabio Rey Don Alonso el Nono, glosadas por el licenciado Gregorio López  del Consejo real de Indias (1789). Tomo III. Sexta partida. Titulo IX. “de las mandas que los omes fazen en sus testamentos”.
[5] No las hemos localizado en el archivo de Protocolos. Desconocemos la causa
[6] ARROYO NAVARRO; F., Op. Cit,  pp. 25 y 26
[7] SANTIAGO, Felipe de:  Op. Cit., fols  88 v-89 r. La referencia es de GONZÁLEZ GÓMEZ, J.M. y. CARRASCO TERRIZA, M.J., Op. Cit,.,  p. 431
[8] RUÍZ GONZÁLEZ, J.E. Huelva, según las relaciones enviadas al geógrafo real Tomás López en el siglo XVIII. Diputación de Huelva, p. 69
VÁZQUEZ LEÓN, A. (1997), Ermitas rurales de la provincia de Huelva, Diputación Provincial, pp. 107-116.
[9] Pedro Lorenzo de la Fuente y Benito Hernández Herrero, Juan Martín Camacho, Alonso Pérez de la Mora, Diego González  Camacho, el mozo, Alonso Pérez Blanco y Pedro Lorenzo del Valle.  
[10] Le dedica una misa específica  Juana Domínguez, esposa de Juan Martin. Octubre de 1603. Leg. 1
[11] 1604, agosto. Juan Caballero del Castaño concede 2 rs  a Nuestra  Señora de Guadalupe.
[12]  María Rodríguez, mujer de Juan Sayago  (septiembre de 1603);  Diego Díaz (mayo de 1604).
[13] La vemos  en el testamento de Leonor Alonso, mujer de  Alonso  Lorenzo  (1583, agosto, 5). 
[14] Las restantes se situaron en Castrojeriz, fundado en el año 1230, Valladolid, Medina del Campo, Toledo, Sevilla, Cuenca, Murcia, Salamanca, Plasencia, Segovia, Córdoba, Toro, Benavente, Atienza, Talavera, Cadahalso, Ciudad Real, Iruela, Albacete, Baeza, Cuevas, Alcalá la Real y México. 
[15] Vid relación completa de privilegios en Víd RODRIGUEZ MASA, Juan C.: “Puercos, campanillas, bacines y atabaques” para la demanda de San Antón”. En CHDE Trujillo. Asociación Cultural Coloquios Históricos de Extremadura. http://www.chdetrujillo.com
[16] SÁNCHEZ DOMINGO, Rafael (2016): “Una institución hospitalaria en el Camino de Santiago: la ciencia médica de la Encomienda antoniana de Castrojeriz (Burgos)”. Estudios Superiores del Escorial. La Iglesia Española y las Institucionesde Caridad. Actas del Simposium 1/4-IX-2006. Colección del Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas. Ediciones Escurialenses (EDES). Servicio de Publicaciones. Madrid, 2006. Página 547. A.G.S., R.G.S., Confirmación real de privilegios a la cabeza de las encomiendas de la orden de San Antón. Privilegios de 1364, 1371, 1379 y 1391 respectivamente, f. 13”. SÁNCHEZ DOMINGO, Rafael. Op. Cit., p.  186.  En dicho texto constan insertas la carta de Enrique II, a favor de la orden de San Antón de Castrojeriz, así como las confirmaciones del propio monarca y de sus sucesores otorgadas los años 1364, 1371, 1379 y 1391, respectivamente, en las que se hace referencia al rey don Alfonso, padre de don Enrique, benefactor de la orden “que era hospital en el que se recogían enfermos y plagados del fuego infernal”.
[17] Nombramiento de hermano mayor en Valverde de la casa sevillana de San Antón. 18 de abril de 1604, f 134 y ss. Leg. 1
[18] Ibídem.
[19] A.P.C. Codicilo de María Domínguez. 30 de agosto de 1604. Leg. 1
[20] A.P.V. Testamento de Alonso Simón, viudo de María de Mora de 3 de diciembre de 1604. Leg. 1
[21] Vid. por ejemplo Testamento de Leonor Vicente. Legajo: 1C-1. Año 1589.  Documentos jurídico-notariales del siglo XVI (1534-1590) del archivo de protocolos notariales de Yecla, p. 42.

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