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sábado, 17 de mayo de 2025

VALVERDE DEL CAMINO Y EL PRONUNCIAMIENTO MILITAR

 

Valverde del Camino y el pronunciamiento militar.

 

La terminación del Colegio se entremezcla con la toma de la ciudad por parte de las tropas nacionales y con la acción posterior de las guerrillas republicanas.  

 

Tras el pronunciamiento militar se formó en Valverde un comité circunstancial en defensa de la República, que detuvo a las principales personalidades de la derecha local, aunque el 29 de julio sus miembros, ante la presión de la columna nacional, huyeron hacia Zalamea.

 

La situación se invierte a partir de ese 29 de julio de 1936 con la toma de Valverde por las fuerzas nacionales. Se forma una Comisión Gestora provisional compuesta por miembros de Falange, que dio paso a un Directorio formado por 4 militares retirados[1]. A principios de agosto de 1936 llegan a Valverde las fuerzas del capitán Manuel Lora Romero, y 60 guardias civiles al mando del teniente Federico Gómez Hidalgo[2]. Según Manuel Medina, es ahora, en el verano de 1936, cuando el grupo fue ocupado por una compañía del regimiento de Ávila, durante la toma de la ciudad por parte de las tropas nacionales[3]. Con posterioridad, al parecer, fue ocupado por otra compañía del regimiento de Pavía. 

 

En septiembre de 1936 Valverde era nacional. El viernes 4 visitó la localidad el Gobernador Civil y Comandante  Militar, Gregorio Haro Lumbreras, acompañado de las autoridades militares y del Inspector Jefe delegado de Primera Enseñanza, Celestino Minguela. Entre los asistentes al acto de recibimiento destacaban las niñas y niños de los colegios, con las banderas nacional y de Falange, acompañados por sus maestros, tal como comentaba el cronista Antonio Martín Mayor. El arcipreste local bendijo los crucifijos que habrían de ser entronizados en las escuelas[4].

 

A finales de enero de 1937 se forma la nueva gestora municipal[5]. Mientras los avatares políticos tensionaban las relaciones sociales del municipio, a lo largo de 1936 y 1937 se levantó el colegio a cargo del contratista Manuel Vázquez Batanero, pero la construcción en curso en poco se parecía al proyecto inicial de Pérez Carasa, aunque éste seguía firmando las certificaciones de obra. Nos inclinamos a pensar que el arquitecto fue obligado a comulgar con ruedas de molino y a mantenerse en la dirección técnica de una obra demasiado austera y simplificada respecto a su proyecto inicial.

 

Se impuso el proyecto de Lorenzo Gallego, de la Oficina técnica del Ministerio de Instrucción Pública. Constaba de seis aulas o grados con ingreso por un porche cubierto, retretes y lavabos para alumnos y profesores, además de un espacio, dedicado a  sala de profesores y dirección, museo y  biblioteca, origen de la posterior séptima unidad.  El exterior aparecía blanqueado, mientras las clases fueron  pintadas al temple.[6]  

 

Algunas fuentes orales nos refieren la presencia en las obras del Grupo Escolar de varios prisioneros de guerra, muchos de ellos naturales de la cercana aldea de El Buitrón, que dejaron su sudor en esta obra, con la promesa de conmutarles la pena de muerte, sin saber que morirían fusilados, como los hermanos Antonio, Carmelo y Candelario Vázquez García, Ignacio Bonaño García o Sacramento García Mariscal,  todos ellos ajusticiados entre septiembre y octubre de 1937[7].

 

El proyecto de Pérez Carasa, sin duda espléndido, hubiese dotado a Valverde de un centro escolar de características parecidas al Instituto Rábida de Huelva, pero la escasez de los tiempos dio como resultado un edificio ramplón, con materiales de escasa calidad y de construcción muy deficiente.

 

En febrero de 1937 se estaba ejecutando el cierre, el brocal del pozo que miraba hacia la calle Madrid y su bomba. Pérez Carasa presentó una certificación que acreditaba que el Grupo estaba en condiciones para ser utilizado con fines educativos[8]. Fue entonces cuando el gobernador, Federico Quintanilla  autorizó al ayuntamiento a hacerse cargo del edificio para ultimar la dotación  de las escuelas públicas[9].

 

En 20 de abril de 1937 se firmó el acta de entrega provisional del nuevo Grupo Escolar al alcalde D. Cristóbal Mora Benítez, quien recogió las llaves de las diferentes dependencias en nombre del ayuntamiento[10]. El ayuntamiento se comprometía «con dicho contratista a responder en su día de cuantos deterioros, roturas o faltas puedan originarse en la construcción, obras de carpintería, material de saneamiento, etc., con el uso y utilización del mencionado edificio hasta su recepción definitiva por el Estado». El contratista manifestó que no le habían sido abonadas en su totalidad sus derechos ni se le había devuelto la  fianza[11].

  

La inauguración del Menéndez Pelayo en plena guerra civil.

 A decir de Francisco Romero Calleja, el Grupo Escolar se inauguró el 1º de septiembre de 1937. Así se lo comunicó años más tarde D. Manuel Medina.

                                  

Las referencias documentales son muy escasas. La primera intención fue inaugurarlo a mediados de septiembre. El 15 de septiembre de 1937 había llegado el momento de abrir el Grupo Escolar y de iniciar el nuevo curso académico, pero resultaba que «estando en la actualidad ocupado con fuerzas del ejército el nuevo Grupo Escolar, se acuerda facultar a la alcaldía para que arriende los locales que sean precisos, al objeto de que no se interrumpan las tareas escolares».[12]

 

                               Las Harcas, llegados a Valverde en el verano de 1937.  RICO PÉREZ; A: 2000, op. cit. Lam., 56


Un silencio profundo sigue a este apoderamiento. Pensamos que no hubo necesidad de arrendamientos, sino que siguieron en funcionamiento las escuelas  anteriores: la de la calle Nueva, la de la Luz, la de la Cuesta de la Estación  y la de la Zona Militar, y desde ellas se hizo el trasvase al Grupo Escolar cuando se normalizó la situación bélica.  

 

Es sabido que el verano de 1937 fue especialmente virulento en la Comarca del Andévalo Oriental, la Cuenca Minera y la Sierra. Los campos y caminos de la provincia eran inseguros, y los enfrentamientos entre guerrilleros y fuerzas nacionalistas fueron crecientes. Los guerrilleros asaltan cortijos, tiendas de comestibles, camiones y autobuses de línea, y ocupan  aldeas, como La Fuente de la Corcha, en una acción dirigida por el valverdeño Antonio Carmona Correa, y llegan a secuestrar y asesinar a algunos propietarios y falangistas que se habían destacado en la oleada represiva del verano anterior[13].

 En 1937, los fugitivos se atrincheran en las zonas más inaccesibles de Valverde, Berrocal, Zalamea y la Sierra de Huelva. Se constituyó la  partida denominada Sacauntos, que se mantuvo activa hasta los años 40, o la del Malpuro, formada en su mayor parte por fugitivos de Zalamea y Valverde, mandada por los hermanos Silgado Castilla[14]. Con la llegada de guerrilleros del 14º Cuerpo del Ejército, apodados los Niños de la Noche, aumentó la concentración de huidos, así como las esperanzas de triunfo de estos fugitivos.

 El 6 de agosto de 1937, Queipo de Llano volvió a  declarar la  comarca como zona de guerra. En octubre de 1937 fue nombrado gobernador militar de Huelva el coronel de carabineros Joaquín Ibáñez Alarcón, que impulsó la lucha guerrillera y envió la harca comandada por el capitán de la Guardia Civil, José Robles. Se instalaron en el edificio antiguo Juzgado de Instrucción, en el nº 27 del Valle de la Fuente, edificio que sirvió de comandancia durante la guerra[15].

 Las harcas[16], una decena de hombres –un alférez y nueve voluntarios-, tomaban su nombre de las expediciones militares de los indígenas del protectorado español de Marruecos; llegaron a Valverde en el verano de 1937 y se dedicaron a combatir a los republicanos huidos a los montes cercanos a la localidad, en defensa de la legitimidad democrática. En diciembre realizaron varias operaciones de limpieza en la aldea de El Pozuelo.

 Por su parte, los soldados del regimiento de Pavía estaban alojados en el Grupo Escolar[17]. Venían del Frente de Guerra, de Fuenteovejuna, Espiel y Peñarroya. Muchos valverdeños recuerdan aún la fila de camiones CHC y Studebaker[18]. Muchos de aquellos niños incluso se aprendieron las canciones patrióticas que aquellos soldados entonaban en las calles de Valverde:

 

Soy por mi suerte soldado de Pavía,

hacia el combate camino sin cesar

y mi sonrisa será siempre la muerte,

así la gloria a España nunca ha de faltar[19].

 

 

Otros regimientos ocuparon temporalmente el resto de escuelas de Valverde entre 1936 y 1938: la escuela de la de la calle Nueva, la de la Zona Militar y la Escuela de la Luz. 

 

En estos meses, el comandante militar Federico Alcázar tuvo una actividad funesta en Valverde. Llegó destinado a mediados de 1937, en sustitución del teniente de la Guardia Civil Federico Gómez Hidalgo. Era partidario de la  eliminación física de los opositores en lugar de los para él lentos consejos de guerra. Se cree que fue el responsable directo de las grandes sacas de los días 5 y 6 de agosto de 1937, cuando, de madrugada, fueron sacados de sus camas un buen número de presuntos opositores al régimen y, hacinados en camiones, llevados a Beas, fusilados en el cementerio y enterrados en una fosa común[20]. Alcázar dirigió personalmente los fusilamientos, y su brutalidad le llevó a ser apodado como La Guadaña de Valverde. Sus desmanes terminaron cuando el antiguo diputado conservador, José Limón, molesto por el poder del comandante, consiguió, gracias a sus contactos con el general Cabanellas, destituir a Alcázar, en octubre  de 1937, y que se liberara a buena parte de los detenidos de la cárcel municipal. La represión continuó, si bien no con el salvajismo que alcanzó bajo el mandato de la Guadaña.[21] 

  Al decir de Francisco Romero Calleja, el Grupo Escolar  se inauguró el 1º de septiembre de 1937, como indicábamos más arriba. Nosotros nos inclinamos a pensar que abriría sus puertas a fines del primer trimestre del curso académico 1937/1938, o incluso a principios del año 1938, cuando se logró normalizar la situación. Otro dato que nos lleva a pensar en el retraso de las inauguraciones es la actividad represora contra algunos maestros que fueron los primeros inquilinos del grupo. 



[1]. El Comité Circunstancial estuvo formado por Tomás Lorca Malavé y Juan Manuel Alcaría Borrero, del Partido Republicano Federal; Manuel Pérez Porras y Cristóbal Blanco Oso, de la U.G.T.; Manuel Arroyo Rufé y Juan Manuel Feria Chaparro, de la C.N.T.; presidido por el alcalde Juan Fernández Romero.  Por su parte, la Comisión Gestora estuvo formada por José Pérez Romero, Jefe Local de Falange, Luis Arroyo Valero y varios destacados falangistas. ESPINOSA MAESTRE; F., 1996, 170-171.

[2]. ESPINOSA MAESTRE, F., 1996, 171.

[3]. Carta de D. Manuel Medina a Francisco Romero Calleja. 5 de junio de 1990.

[4]. ODIEL. Sábado 5 de Septiembre de 1936. El Gobernador en Valverde. Valverde aparecía adornado con arcos de follaje, banderas y colgaduras. Hubo misa en la Plaza Ramón y Cajal, donde había sido instalado un altar, presidido por la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

[5]. ODIEL. Domingo 31 de enero de 1937. Estuvo formada por el alcalde Cristóbal Mora Benítez, como gestor primero Francisco Llanes  Llanes, y como gestor segundo Felipe Mantero Rite.

[6] A.M.V.  Huelva, 3 de febrero de 1937.  Certificación acreditativo de que el Grupo Escolar de Valverde del Camino es apto para sus propios fines.  Sin catalogar. Documento facilitado por Juan Carlos Castilla Soriano

[7]. Entrevista a  Carmen Martínez Vázquez. Carmen cree recordar que  no llegaron a terminar la obra, que los mataron antes, aunque por las fechas no debió ser así. Candelario fue fusilado el 21 de Septiembre de 1937, junto a Sacramento García;  Carmelo el 3 de Octubre de 1937, junto a Ignacio Bonaño. Antonio Vázquez fue fusilado en el Buitrón.

[8].  A.M.V.  Huelva, 3 de febrero de 1937.  Certificación acreditativo de que el Grupo Escolar de Valverde del Camino es apto para sus propios fines.  Sin catalogar. 

[9]. A.M.V. Huelva. 13 de febrero de 1937.  Oficio del gobernador, Federico Quintanilla. Sin catalogar

[10]. A.M.V. Acta de entrega provisional.  20 de abril de 1937.Sin catalogar

[11]. A.M.V./L.A.C. de 1937, 10 y 24 de febrero.

[12]. A.M.V./L.A.C. de 1937, 15 de septiembre.

[13]. FERIA VAZQUEZ P.J., 2006.

[14]. FERIA VAZQUEZ P.J., 2006.   Uno de sus miembros fue Juan Ramón Maestre Bobero, nacido en 1886 en  Valverde. Barrenero de profesión, poseía gran experiencia con explosivos. Fue  movilizado en julio de 1936 por el ayuntamiento republicano de Valverde para realizar voladuras de puentes y  entorpecer el avance nacional. Los falangistas lo detuvieron en agosto de 1936 y lo encarcelaron. Después de quince días fue puesto en libertad, pero no regresó a su casa y huyó al monte junto con su yerno y varios compañeros. Un año después, durante la oleada represiva contra la guerrilla, volvió a ser detenido y encarcelado. Entonces, la noche del 5 de Agosto de 1.937, fue llevado en la primera “saca” de hombres.  Todos los prisioneros fueron pasados por las armas, excepto Juan Ramón y otro compañero que, tras saltar del camión, se unieron  a una partida de fugitivos, formada por Ignacio Silgado Castilla, su hermano Juan, “el Pinche” y el hijo de éste, Pepe “el Roncha”, junto con varios huidos de Zalamea la Real, siendo en total algo más de una veintena de hombres. La presión de los nacionales les hizo dirigirse hacia la sierra. Un día, en un puente de Zufre, sufrieron una emboscada. Tras un violento tiroteo huyen a Peñarroya, en Córdoba, desde donde pudieron alcanzar la zona republicana. Una vez allí, se integraron en el ejército regular republicano y participaron, entre otras, en la batalla de Teruel.

[15]. Entrevista a Manuel Tejero Membrillo (1925)

[16]. Las “harcas”, eran  grupos de voluntarios milicianos, a menudo lugareños conocedores del terreno, y a veces  antiguos fugitivos convertidos al bando nacional, dirigidos por un mando militar profesional. Realizaban “batidas”, muchas de ellas con gran éxito. Según Antonio Rico  llegaron a Valverde en el verano de 1937 y montaron su cuartel en las escuelas de la calle Nueva. RICO PÉREZ, A., 2000, Op, Cit, lámina 56.

[17]. Entrevista a Manuel Tejero Membrillo (1925)

[18]. Véase MORENO GÓMEZ, Francisco. La Guerra Civil en Córdoba (1936-1939). Ed. Alpuerto. 1985.

Queipo de Llano lanzó su primera ofensiva el 6 de marzo de 1937, atacando con varias columnas desde Peñarroya, Espiel y Villaharta. El día 10 los franquistas entran en Villanueva del Duque. En Pozoblanco, Pérez Salas consigue formar varios batallones que, apoyados por la aviación republicana y pequeños carros blindados, repelen a las fuerzas franquistas y recuperan en abril el terreno perdido. Durante el resto del año se suceden los combates entre los franquistas, parapetados en sus posiciones iniciales de Peñarroya, Espiel y Villaharta, y los republicanos.

En junio de 1938  se produjo una nueva ofensiva franquista  con la toma de localidades del Valle del Guadiato, respondida con el "Plan Córdoba", una contraofensiva del VII Cuerpo del Ejército que consigue avanzar hacia Villafranca, Espiel y Bélmez. El 7 de noviembre de 1938, la aviación republicana bombardeó Cabra, causando más de un centenar de muertos y doscientos heridos. La vecina localidad de Baena fue bombardeada por la aviación republicana el  28 de octubre de 1938. Ese mismo año Baena también fue bombardeada los días 9 y 30 de marzo por la Patrulla Vultée. 

[19]. Entrevista a Laureano González Prieto (1929).

[20]. ESPINOSA MAESTRE; 1996, 663. Recogido por  FERIA VAZQUEZ P.J., 2006,

[21]. FERIA VAZQUEZ P.J:, 2006,  9.

1 comentario:

  1. ¿pronunciamiento militar?.... ni en violencia ni en consecuencias es equiparable a los del siglo XIX.... más acorde con la realidad me parece Golpe de Estado, Rebelión Militar

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