Valverde
del Camino y el pronunciamiento militar.
La terminación
del Colegio se entremezcla con la toma de la ciudad por parte de las tropas
nacionales y con la acción posterior de las guerrillas republicanas.
Tras el pronunciamiento militar se formó en Valverde un comité
circunstancial en defensa de la República, que detuvo a las principales
personalidades de la derecha local, aunque el 29 de julio sus miembros, ante la
presión de la columna nacional,
huyeron hacia Zalamea.
La situación se invierte a partir de ese 29 de julio de 1936 con
la toma de Valverde por las fuerzas nacionales. Se forma una Comisión Gestora
provisional compuesta por miembros de Falange, que dio paso a un Directorio
formado por 4 militares retirados[1].
A principios de agosto de 1936 llegan
a Valverde las fuerzas del capitán Manuel Lora Romero, y 60 guardias civiles al
mando del teniente Federico Gómez Hidalgo[2]. Según Manuel Medina, es ahora,
en el verano de 1936, cuando el grupo fue ocupado por una compañía del
regimiento de Ávila, durante la toma de la ciudad por parte de las tropas
nacionales[3]. Con posterioridad, al parecer, fue ocupado por
otra compañía del regimiento de Pavía.
En septiembre de 1936 Valverde era nacional. El viernes 4 visitó la
localidad el Gobernador Civil y Comandante
Militar, Gregorio Haro Lumbreras, acompañado de las autoridades
militares y del Inspector Jefe delegado de Primera Enseñanza, Celestino
Minguela. Entre los asistentes al acto de recibimiento destacaban las niñas y
niños de los colegios, con las banderas nacional y de Falange, acompañados por
sus maestros, tal como comentaba el cronista Antonio Martín Mayor. El
arcipreste local bendijo los crucifijos que habrían de ser entronizados en las
escuelas[4].
A finales de enero de 1937 se forma la nueva gestora
municipal[5]. Mientras los avatares políticos tensionaban las relaciones
sociales del municipio, a lo largo de 1936 y 1937 se levantó el colegio a cargo
del contratista Manuel Vázquez Batanero, pero la construcción en curso en poco
se parecía al proyecto inicial de Pérez Carasa, aunque éste seguía firmando las
certificaciones de obra. Nos inclinamos a pensar que el arquitecto fue obligado
a comulgar con ruedas de molino y a mantenerse en la dirección técnica de una
obra demasiado austera y simplificada respecto a su proyecto inicial.
Se impuso el proyecto de Lorenzo Gallego,
de la Oficina técnica del Ministerio de Instrucción Pública. Constaba de seis
aulas o grados con ingreso por un porche cubierto, retretes y lavabos para
alumnos y profesores, además de un espacio, dedicado a sala de profesores y dirección, museo y biblioteca, origen de la posterior séptima
unidad. El exterior aparecía blanqueado,
mientras las clases fueron pintadas al
temple.[6]
Algunas fuentes orales nos refieren la presencia en
las obras del Grupo Escolar de varios prisioneros de guerra, muchos de ellos
naturales de la cercana aldea de El Buitrón, que dejaron su sudor en esta obra,
con la promesa de conmutarles la pena de muerte, sin saber que morirían
fusilados, como los hermanos Antonio, Carmelo y Candelario Vázquez García,
Ignacio Bonaño García o Sacramento García Mariscal, todos ellos ajusticiados entre septiembre y octubre
de 1937[7].
El proyecto de Pérez Carasa, sin duda espléndido,
hubiese dotado a Valverde de un centro escolar de características parecidas al
Instituto Rábida de Huelva, pero la escasez de los tiempos dio como
resultado un edificio ramplón, con materiales de escasa calidad y de
construcción muy deficiente.
En febrero de 1937 se estaba ejecutando el cierre,
el brocal del pozo que miraba hacia la calle Madrid y su bomba. Pérez Carasa
presentó una certificación que acreditaba que el Grupo estaba en condiciones
para ser utilizado con fines educativos[8]. Fue entonces cuando el
gobernador, Federico Quintanilla autorizó al ayuntamiento a hacerse cargo del
edificio para ultimar la dotación de las
escuelas públicas[9].
En 20 de abril de 1937 se firmó el acta
de entrega provisional del nuevo Grupo Escolar al alcalde D. Cristóbal Mora Benítez,
quien recogió las llaves de las diferentes dependencias en nombre del
ayuntamiento[10]. El ayuntamiento se comprometía «con
dicho contratista a responder en su día de cuantos deterioros, roturas o faltas
puedan originarse en la construcción, obras de carpintería, material de
saneamiento, etc., con el uso y utilización del mencionado edificio hasta su
recepción definitiva por el Estado». El contratista manifestó que no le
habían sido abonadas en su totalidad sus derechos ni se le había devuelto
la fianza[11].
La inauguración del Menéndez Pelayo en plena
guerra civil.
Las referencias documentales son muy escasas. La
primera intención fue inaugurarlo a mediados de septiembre. El 15 de septiembre
de 1937 había llegado el momento de abrir el Grupo Escolar y de iniciar el
nuevo curso académico, pero resultaba que «estando en la actualidad ocupado
con fuerzas del ejército el nuevo Grupo Escolar, se acuerda facultar a la
alcaldía para que arriende los locales que sean precisos, al objeto de que no
se interrumpan las tareas escolares».[12]
Las Harcas, llegados a Valverde en el verano de 1937. RICO PÉREZ; A: 2000, op. cit. Lam., 56
Un silencio profundo sigue a este apoderamiento. Pensamos que no hubo necesidad de arrendamientos, sino que siguieron en funcionamiento las escuelas anteriores: la de la calle Nueva, la de la Luz, la de la Cuesta de la Estación y la de la Zona Militar, y desde ellas se hizo el trasvase al Grupo Escolar cuando se normalizó la situación bélica.
Es sabido que el verano de 1937 fue especialmente
virulento en la Comarca del Andévalo Oriental, la Cuenca Minera y la Sierra. Los
campos y caminos de la provincia eran inseguros, y los enfrentamientos entre
guerrilleros y fuerzas nacionalistas fueron crecientes. Los guerrilleros
asaltan cortijos, tiendas de comestibles, camiones y autobuses de línea, y
ocupan aldeas, como La Fuente de la
Corcha, en una acción dirigida por el valverdeño Antonio Carmona Correa, y
llegan a secuestrar y asesinar a algunos propietarios y falangistas que se
habían destacado en la oleada represiva del verano anterior[13].
Las harcas[16], una decena de hombres –un alférez y nueve voluntarios-, tomaban su nombre de las expediciones militares de los indígenas del protectorado español de Marruecos; llegaron a Valverde en el verano de 1937 y se dedicaron a combatir a los republicanos huidos a los montes cercanos a la localidad, en defensa de la legitimidad democrática. En diciembre realizaron varias operaciones de limpieza en la aldea de El Pozuelo.
Soy por mi suerte soldado de Pavía,
hacia el combate camino sin cesar
y mi sonrisa será siempre la muerte,
así la gloria a España nunca ha de faltar[19].
Otros regimientos ocuparon temporalmente el resto de
escuelas de Valverde entre 1936 y 1938: la escuela de la de la calle Nueva, la
de la Zona Militar y la Escuela de la Luz.
En estos meses, el comandante militar Federico
Alcázar tuvo una actividad funesta en Valverde. Llegó destinado a mediados de
1937, en sustitución del teniente de la Guardia Civil Federico Gómez Hidalgo.
Era partidario de la eliminación física
de los opositores en lugar de los para él lentos consejos de guerra. Se cree
que fue el responsable directo de las grandes sacas de los días 5 y 6 de
agosto de 1937, cuando, de madrugada, fueron sacados de sus camas un
buen número de presuntos opositores al régimen y, hacinados en camiones,
llevados a Beas, fusilados en el cementerio y enterrados en una fosa común[20].
Alcázar dirigió personalmente los fusilamientos, y su brutalidad le llevó a ser
apodado como La Guadaña de Valverde. Sus desmanes terminaron cuando el
antiguo diputado conservador, José Limón, molesto por el poder del comandante,
consiguió, gracias a sus contactos con el general Cabanellas, destituir a
Alcázar, en octubre de 1937, y que se
liberara a buena parte de los detenidos de la cárcel municipal. La represión
continuó, si bien no con el salvajismo que alcanzó bajo el mandato de la Guadaña.[21]
[1]. El Comité
Circunstancial estuvo formado por Tomás Lorca Malavé y Juan Manuel Alcaría
Borrero, del Partido Republicano Federal; Manuel Pérez Porras y Cristóbal
Blanco Oso, de la U.G.T.; Manuel Arroyo Rufé y Juan Manuel Feria Chaparro, de
la C.N.T.; presidido por el alcalde Juan Fernández Romero. Por su parte, la Comisión Gestora estuvo
formada por José Pérez Romero, Jefe Local de Falange, Luis Arroyo Valero y
varios destacados falangistas. ESPINOSA MAESTRE; F., 1996, 170-171.
[2]. ESPINOSA MAESTRE, F.,
1996, 171.
[3]. Carta de D. Manuel
Medina a Francisco Romero Calleja. 5 de junio de 1990.
[4]. ODIEL. Sábado 5 de
Septiembre de 1936. El Gobernador en Valverde. Valverde aparecía adornado con
arcos de follaje, banderas y colgaduras. Hubo misa en la Plaza Ramón y Cajal,
donde había sido instalado un altar, presidido por la imagen del Sagrado Corazón
de Jesús.
[5]. ODIEL. Domingo 31 de
enero de 1937. Estuvo formada por el alcalde Cristóbal Mora Benítez, como
gestor primero Francisco Llanes Llanes,
y como gestor segundo Felipe Mantero Rite.
[6] A.M.V. Huelva, 3 de febrero de 1937. Certificación acreditativo de que el Grupo
Escolar de Valverde del Camino es apto para sus propios fines. Sin catalogar. Documento facilitado por Juan
Carlos Castilla Soriano
[7]. Entrevista a Carmen Martínez Vázquez. Carmen cree recordar
que no llegaron a terminar la obra, que
los mataron antes, aunque por las fechas no debió ser así. Candelario fue
fusilado el 21 de Septiembre de 1937, junto a Sacramento García; Carmelo el 3 de Octubre de 1937, junto a
Ignacio Bonaño. Antonio Vázquez fue fusilado en el Buitrón.
[8]. A.M.V.
Huelva, 3 de febrero de 1937.
Certificación acreditativo de que el Grupo Escolar de Valverde del
Camino es apto para sus propios fines.
Sin catalogar.
[9]. A.M.V. Huelva. 13 de
febrero de 1937. Oficio del gobernador,
Federico Quintanilla. Sin
catalogar
[10]. A.M.V. Acta de entrega
provisional. 20 de abril de 1937.Sin
catalogar
[11]. A.M.V./L.A.C. de 1937,
10 y 24 de febrero.
[12]. A.M.V./L.A.C. de 1937, 15 de septiembre.
[13]. FERIA VAZQUEZ P.J.,
2006.
[14]. FERIA VAZQUEZ P.J.,
2006. Uno de sus miembros fue Juan
Ramón Maestre Bobero, nacido en 1886 en
Valverde. Barrenero de profesión, poseía gran experiencia con
explosivos. Fue movilizado en julio de
1936 por el ayuntamiento republicano de Valverde para realizar voladuras de
puentes y entorpecer el avance nacional.
Los falangistas lo detuvieron en agosto de 1936 y lo encarcelaron. Después de
quince días fue puesto en libertad, pero no regresó a su casa y huyó al monte
junto con su yerno y varios compañeros. Un año después, durante la oleada
represiva contra la guerrilla, volvió a ser detenido y encarcelado. Entonces,
la noche del 5 de Agosto de 1.937, fue llevado en la primera “saca” de
hombres. Todos los prisioneros fueron
pasados por las armas, excepto Juan Ramón y otro compañero que, tras saltar del
camión, se unieron a una partida de
fugitivos, formada por Ignacio Silgado Castilla, su hermano Juan, “el Pinche” y
el hijo de éste, Pepe “el Roncha”, junto con varios huidos de Zalamea la Real,
siendo en total algo más de una veintena de hombres. La presión de los
nacionales les hizo dirigirse hacia la sierra. Un día, en un puente de Zufre,
sufrieron una emboscada. Tras un violento tiroteo huyen a Peñarroya, en
Córdoba, desde donde pudieron alcanzar la zona republicana. Una vez allí, se
integraron en el ejército regular republicano y participaron, entre otras, en
la batalla de Teruel.
[15]. Entrevista a Manuel
Tejero Membrillo (1925)
[16]. Las “harcas”, eran grupos de voluntarios milicianos, a menudo
lugareños conocedores del terreno, y a veces
antiguos fugitivos convertidos al bando nacional, dirigidos por un mando
militar profesional. Realizaban “batidas”, muchas de ellas con gran éxito.
Según Antonio Rico llegaron a Valverde
en el verano de 1937 y montaron su cuartel en las escuelas de la calle Nueva.
RICO PÉREZ, A., 2000, Op, Cit, lámina
56.
[17]. Entrevista a Manuel
Tejero Membrillo (1925)
[18]. Véase MORENO GÓMEZ, Francisco. La Guerra Civil en
Córdoba (1936-1939). Ed. Alpuerto. 1985.
Queipo de Llano lanzó su primera ofensiva el 6 de marzo de 1937, atacando
con varias columnas desde Peñarroya, Espiel y Villaharta. El día 10 los
franquistas entran en Villanueva del Duque. En Pozoblanco, Pérez Salas
consigue formar varios batallones que, apoyados por la aviación republicana y
pequeños carros blindados, repelen a las fuerzas franquistas y recuperan en
abril el terreno perdido. Durante el resto del año se suceden los combates
entre los franquistas, parapetados en sus posiciones iniciales de Peñarroya,
Espiel y Villaharta, y los republicanos.
En junio de 1938 se produjo una nueva ofensiva franquista con la toma de localidades del Valle del Guadiato, respondida con el "Plan
Córdoba", una contraofensiva del VII Cuerpo del Ejército que consigue
avanzar hacia Villafranca, Espiel y Bélmez. El 7 de noviembre de 1938, la
aviación republicana bombardeó Cabra, causando más de un centenar de
muertos y doscientos heridos. La vecina localidad de Baena fue bombardeada por
la aviación republicana el 28 de octubre
de 1938. Ese mismo año Baena también fue bombardeada los días 9 y 30 de marzo
por la Patrulla Vultée.
[19]. Entrevista a Laureano
González Prieto (1929).
[20]. ESPINOSA MAESTRE;
1996, 663. Recogido por FERIA VAZQUEZ
P.J., 2006,
[21]. FERIA VAZQUEZ P.J:,
2006, 9.
¿pronunciamiento militar?.... ni en violencia ni en consecuencias es equiparable a los del siglo XIX.... más acorde con la realidad me parece Golpe de Estado, Rebelión Militar
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