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miércoles, 15 de junio de 2011

HISTORIA DE VALVERDE DEL CAMINO: LA ADORACION NOCTURNA Y LA IDEOLOGIA CONSERVADORA (V)

Juan Carlos Sánchez Corralejo

Procede de  "LA ADORACIÓN NOCTURNA  DE VALVERDE DEL CAMINO EN LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN (1904-1921): Instituto religioso y escuela de pensamiento católico-conservador". En  Anuario de Investigaciones de Hesperides, XII.  XVII Congreso de profesores investigadores (Aracena). Historia de las mentalidades. Ideología e Iglesia.  pág. 265.

Sacrificio de expiación, espíritu penitencial y búsqueda de indulgencias.

        Los adoradores parecen imbuidos de un espíritu de sacrificio y mortificación. Para servir de víctimas expiatorias a los ojos de Dios, se multiplican las penurias durante los actos cultuales. Así, en la década de 1910 las vigilias se prolongaban hasta el amanecer y los adoradores se incorporaban al trabajo directamente desde la iglesia. Durante estas noches, descansaban en el templo las horas que les quedaban libres. Por ello, se instalaron camas para reparar el cansancio en la Casa de Ejercicios y más tarde, los catres fueron instalados en la antigua sacristía parroquial.


Estas pequeñas camas plegables junto a sus colchones de paja de maíz, y las mantas  o cobertores de lana, adquiridos por la sección, permitían echar una cabezada hasta el momento asignado para los rezos. Igualmente se pertrecharon de esteras que eran colocadas entre los reclinatorios.

        La búsqueda de indulgencias era otra de las aspiraciones de los adoradores.  El movimiento contó con varias indulgencias parciales, que parecían aliviar el alma de estos devotos: en mayo de 1909, el arzobispo hispalense, D. Enrique Almaraz, concedió 100 días de indulgencias a todos los fieles de la sección por el rezo de «alguna oración de las aprobadas por la Iglesia en las vigilias que celebra la expresada asociación».

      Igualmente, en marzo de 1911 el Consejo directivo valverdeño –a instancias del Consejo Diocesano de Sevilla- instó al Consejo Supremo a solicitar al Papa Pío X la «gracia de misa votiva del Santísimo Sacramento para todas las vigilias» de la A.N.E., aprovechando la celebración en Madrid del XXII Congreso Eucarístico Internacional.

 

 

       En definitiva, los adoradores buscaban acelerar el premio celestial. Como afirmaba el presidente de honor  de la sección en 1913 «al final de esta vida recogeremos el premio allá en el Cielo».

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