EL CARLISMO EN HUELVA DURANTE
EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1869-1876).
UNA
APROXIMACIÓN DESDE LA PRENSA.
Juan Carlos Sánchez Corralejo
Actas
de las VII Jormadas
de Patrimonio de
El Andévalo, págs. 172-178.
LA
GUERRA EN EL NORTE. Soldados y dinero onubenses en el frente vasco
Diversos
militares andaluces optaron por servir a Carlos María de Borbón. Los más
conocidos el granadino Carlos Calderón, el sevillano Antonio Brea, el cordobés
José María López Caracuel o los gaditanos Ramón de San Juan Irigoyen y Juan
María Maestre Lobo. También varios vecinos del Andévalo estuvieron en la guerra del norte, unos en el
ejercito Alfonsino y unos pocos en el ejercito carlista.
Manuel Mora Vizcaíno era miembro de una
conocida familia valverdeña. Conocido
como el Catedrático, era
doctor en Ciencias Naturales y seguía estudiando en la facultad de Sevilla
cuando se inició la Tercera Guerra Carlista. Con solo 17 años –la edad nos
parece muy menuda- se marchó a Logroño y
de allí a Estella, donde se enroló en el ejército carlista, en el llamado
Regimiento de los Cántabros. Al terminar la guerra, hubo de emigrar a Francia,
realizó oficios humildes y vuelto a España terminó sus estudios[1]. Fue acogido en el primer
colegio salesiano de España en Utrera, Nuestra Señora de la Consolación de
Utrera, y llegó a ser su director a mediados de la década de 1880[2]. El espadón de Manuel Mora
se conservó durante años en la casa de su hijo, José María Mora
Mora, carlista a ultranza retratado en las coplillas de Pelachingo y médico de la compañía de ferrocarril Anónima de Buitrón.
Otros, como el
valverdeño Juan Ramírez Alamillo[3], enrolado por mor del
servicio militar en el 2º batallón del primer regimiento de infantería de
marina, fue herido en la batalla o
acción de San Pedro Abanto, cuando las tropas gubernamentales atacaron las
posiciones carlistas y consiguieron romper el cerco de Bilbao entre los días 25 y
28 de marzo de 1874, con el apoyo de la artillería de la escuadra, donde se
encontraba Ramírez Alamillo.
Bilbao fue sometida a un prolongado asedio por las
huestes carlistas durante el invierno de 1874,
ya que ocuparon posiciones en altura y controlaban
los accesos. Pero al llegar la primavera, varias unidades de los
ejércitos alfonsinos llegaron desde diferentes puntos de España para reforzar
el Ejército del Norte. Entre ellas se encontraba el Primer regimiento de
Infantería de Marina, al que pertenecía Ramírez Alamillo.
El 25 de marzo de 1874, las tropas gubernamentales
atacaron las posiciones carlistas consiguiendo romper el cerco, lo que se
considera una de las primeras y más brillantes acciones de la Infantería de
Marina española. No obstante, la brillante acción no consiguió todos sus
objetivos y, aunque el sitio de Bilbao se levantó parcialmente, ambos ejércitos
sufrieron numerosas bajas (entre 2.000 y 2.200 hombres cada uno).
El diario La Iberia
–el diario de Sagasta- hablaba de un
batalla entre la libertad y el
absolutismo y de la necesidad de vengar heroicamente, el descalabro sufrido por
el ejército nacional el 25 de febrero y de
aniquilar a los famosos batallones carlistas del pretendiente. El
ejercito liberal pasó el rio Somorrostro
y avanzó en tres líneas: el ala derecha al frente del general Primo de
Rivera, que avanza hacia las montañas de Galdames, el centro con Loma avanzando
hacia hasta las Carreras y las trincheras del monte Abanto; la izquierda con Letona que avanza hacia
falda de Montaño Grande, y el apoyo de la artillería de la escuadra[4],
donde se encontraba Ramírez Alamillo.
El valverdeño fue
herido y, por ello, recibió una cruz de plata al mérito militar, pensionada con
7 pesetas y 50 céntimos mensuales, aunque una vez en Valverde tuvo que mover
cielo y tierra para poder alegar su merecida pensión. Tuvo que dirigirse al
ministerio de marina, a fin de obtener la real orden que permitiera su cobro
por parte de la administración económica de la provincia de Huelva.
El 1º de Mayo, las tropas del general Letona
tomaron los reductos de San Fuentes, San Pedro Abanto y Santa Juliana, y las
crestas de la sierra de Galdames. Los carlistas abandonaron Portugalete y su intento de toma de Bilbao.
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|
A finales de marzo todavía mantenían las tropas carlistas posiciones de privilegio en la zona. No sería hasta finales de abril cuando el ejército republicano consiguiera lanzar una mayor ofensiva, con más de 17.000 hombres, y dejar libre el paso a Bilbao provocando la retirada carlista definitiva el 2 de mayo. El 1º de Mayo las tropas del general Letona tomaron los reductos de San Fuentes, San Pedro Abanto y Santa Juliana y las crestas de la sierra de Galdames. Los carlistas abandonaron Portugalete y su intento de toma de Bilbao.
Cuatro años después, el 1 de marzo de 1878, el valverdeño Juan
Ramírez Alamillo logro su licencia absoluta por parte del coronel del Batallón Reserva
de Huelva nº 38.
LA DERROTA DEL CARLISMO: Burla y
escarnio público
En
julio de 1875, el diario El Pabellón Nacional -adscrito , tras el golpe militar de Martínez
Campos a la causa Alfonsina- incluía a las juntas carlistas de Huelva y Aracena
entre los comités desterrados a Estella y
sus bienes embargados.[5]
Alfonso
XII decidió ponerse al frente de sus tropas, y ante esta ofensiva don Carlos
cruzó con sus tropas la frontera con Francia (28 de febrero de 1876). Así
terminaba la guerra que ponía fin a las pretensiones del candidato carlista al
trono español.
Tras la derrota del bando carlista,
un grupo de valverdeños
encabezaron una manifestación representando una parodia en la que en lo alto de un burro se paseaba un retrato
de Don Carlos. Justo detrás, la muchedumbre cantaba “quisiera ver a Don Carlos /montando en un
borrico / con sangre en el hocico / y el burro respingón”. Al final de la
manifestación, el grupo se dirigió a la casa
de un carlista confeso, participante en las suscripciones a favor del ejército
carlista. Para unos fue Gregorio Hidalgo Mantero, el espartero[6],
que vivía en la calle del Duque Chica, aunque todo parece indicar que se trató
del cura Vicente Linares, que vivía en el Valle la Fuente[7],
quien, por miedo a represalias, estaba escondido en el doblado de su casa en un gran montón de trigo, valiéndose de un tubo para respirar. La primera
vez que lo buscaron consiguió engañar al grupo, pero en otro intento fue
descubierto en el trigo y recibió unos azotes.
|
Las elecciones de enero de 1876 significaron el
dominio conservador y la vuelta a los representantes nobiliarios. En marzo de 1876, el diputado Manuel Martín
de Oliva[8], marqués pontificio de Oliva, elegido por el distrito de
Valverde fue comisionado por el ayuntamiento de Valverde del
Camino, y entregó a Alfonso XII una
exposición de su corporación municipal y vecindario, felicitando al rey y al
ejército por el triunfo sobre los carlistas[9].
A esas alturas, el carlismo beligerante estaba
derrotado. De manera inmediata, los ayuntamientos de la provincia hicieron sus
contribuciones –siempre inducidas- para el fondo nacional destinado a los
mutilados y huérfanos que participaron en la 3ª Guerra Carlista. El cuadro
adjunto muestra la generosidad de los pueblos de Huelva:
Ayuntamiento
|
Pesetas
|
Ayuntamiento
|
Ptas
|
Ayuntamiento
|
Ptas
|
Ayuntamiento
|
Ptas
|
Partido Judicial de
Aracena
|
Partido de Ayamonte
|
Partido de La Palma
|
Partido de Valverde
|
||||
Alajar
|
25
|
Ayamonte
|
175
|
La Palma
|
150
|
Almendro, El
|
50
|
Almonaster
|
100
|
EL Almendro
|
50
|
Almonte
|
125
|
Alosno
|
500
|
Aroche
|
125
|
El Granado
|
50
|
Bollullos
|
200
|
Berrocal
|
20
|
Arroyomolinos
|
50
|
Isla Cristina
|
125
|
Chucena
|
80
|
Bollullos
|
200
|
Cala
|
50
|
Lepe
|
125
|
Escacena
|
150
|
Cabezas Rubias
|
25
|
Campofrío
|
35
|
Sanlucar de Guadiana
|
75
|
Hinojos
|
50
|
Calañas
|
125
|
Corteconcepcion
|
22’5
|
San Silvestre
|
25
|
Manzanilla
|
200
|
Cartaya
|
500
|
Cortagana
|
150
|
Villablanca
|
60
|
Paterna
|
250
|
El Cerro
|
125
|
Cumbres Mayores
|
100
|
Vª Castillehjos
|
80
|
Rociana
|
104
|
Granado, El
|
50
|
Cumbres de En medio
|
25
|
Villalba
|
150
|
Manzanilla
|
200
|
||
Cumbres de San Bartolomé
|
125
|
Villarrasa
|
125
|
Minas de Riotinto
|
150
|
||
Encinasola
|
300
|
Partido de Huelva
|
Partido Moguer
|
Paimogo
|
100
|
||
Fuenteheridos
|
50
|
Huelva
|
1.000
|
Moguer
|
Paterna del Campo
|
250
|
|
Galaroza
|
125
|
Aljaraque
|
50
|
Bonares
|
250
|
Santa Bárbara
|
125
|
La Granada
|
25
|
Beas
|
25
|
Lucena
|
125
|
Valverde del Camino
|
250
|
Honojales
|
30
|
Cartaya
|
500
|
Niebla
|
150
|
Villanueva de las Cruces
|
37’50
|
Jabugo
|
40
|
Gibraleon
|
100
|
Palos
|
80
|
Villanueva Castillejos
|
80
|
Linares de la Sierra
|
25
|
San Bartolomé
|
115
|
100
|
Zalamea la Real
|
250
|
|
Los Marines
|
25
|
San Juan Puerto
|
100
|
||||
La Nava
|
50
|
Trigueros
|
250
|
||||
Santa Ana la real
|
25
|
||||||
Valdelarco
|
50
|
||||||
Aracena
|
100
|
||||||
Zufre
|
50
|
||||||
Higuera
|
25
|
||||||
Santa Olalla
|
100
|
Fuente. Lista de donativos para los
inútiles y huérfanos de la Guerra
Civil. Gaceta 14 de julio.
Recogido por B.O.P de Logroño. 18 y 20/07/1876.
El
carlismo no murió con la entronización de Alfonso XII, ni con la derrota
militar. Desde
1881, una vez consumado el acceso al poder de los liberales, y demostrado el
turnismo como base del sistema político de la Restauración, se produjo un nuevo reforzamiento del carlismo: se suceden nuevos suscriptores a
los periódicos carlistas, se refuerzan las juntas carlistas, tanto locales como
de distrito y provincial, y nacen otros
movimientos religiosos muy vinculados al integrismo. Esa serán algunas de las
claves del carlismo en la provincia de Huelva durante la Restauración.
[1] Utilizamos como
fuente El Correo
español. 7/5/1906. Semblanza post mortem del corresponsal Manuel
Ramos p. 2. Fuentes locales hablan de la pérdida de una cátedra universitaria
que nunca existió.
[2] Guía de Sevilla, su provincia.
1886, p. 312. SÁNCHEZ CORRALEJO (2004): La escuela y los maestros de nuestros abuelos (I). en
Raíces, 7, p. 43.
[3] Casado con Juana
Marín, seria padre de José Ramírez Marín (1889).
[4] La Gaceta.
26/3/1874. La Gaceta. 26/3/1874 La Iberia. 26/3/1874, página 1. “Dia de Gloria”. La Discusión. 27/3/1874, p. 1.
[5] El Pabellón nacional.
23/7/1875, p. 3.
[6] PARREÑO BERMEJO, A, (1991), Carlismo. Facanias, 219 p. 9. La
noticia llega por tradición familiar a este valverdeño, nacido en 1896, quien
afirma que se los relataba su abuela, pero no cita al protagonista “por respeto
familiar”. Manuel
Cayuela Mora Dice basarse en unos apuntes del investigador local Antonio Rico
Pérez. Gregorio Hidalgo, de profesión
espartero, estaba casado con María del Reposo Contioso
[7] Tradición oral
de la familia de Reposo Arrayás Arrayás (1878-1975).
[8] Uno de los
apoyos de sus triunfos electorales fue el valverdeño Gregorio Arrayás Vizcaíno (1816-1892).
[9] La Correspondencia de España. 25/3/1876, p. 6.
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