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martes, 14 de enero de 2020

UN VALVERDEÑO EN LA GUERRA DE CUBA

EL CAPITÁN  FRANCISCO FERNÁNDEZ BERNAL 


EL CAPITÁN  FRANCISCO FERNÁNDEZ BERNAL. EL HÉROE DE MARAHUI . UN VALVERDEÑO EN LAS GUERRAS COLONIALES DEL SIGLO XIX



Antonio Rico Pérez

Juan  Carlos Sánchez Corralejo 









Foto Márquez.  Recogido por Rico Pérez Valverde en Sepia, 1999, nº 2, lam. 80





 Francisco Fernández Bernal nació en Valverde del Camino el año 1847, y vivió su juventud en la casa familiar de número 14 del valle de la Fuente, esquina con la Plaza. Era primo hermano del que  Teniente de alcalde y procurador de tribunales Manuel Márquez Bernal, del partido conservador. Fue un militar de pretigio presente en todas las guerras coloniales en lasque participó España en el siglo XIX, héroe en Cuba y Filipinas y  Capital General de las posesiones de África en los últimos años de su vida castrense. .


El general Bernal estuvo en todas las guerras del siglo XIX. Con apenas 22 años de edad estuvo en la Tercera Guerra Carlista, sabemos que 1869 y de nuevo en 1872. Desde 1887 a 1895,  fue destinada a Filipinas donde fue ascendido a general de brigada por el asalto de las costas de Marahui. De 1896 a 1898 participó activamente en la Guerra de Cuba teniendo como contrincante a Antonio Maceo, el venerado el Titán de Bronce cubano.   Desde 1902 fue nombrado comandante General de Ceuta.  

Con motivo de su muerte la edición madrileña de ABC  recogía los aspectos más significativos de su dilatada vida  militar


«Su hoja de servicio no puede ser más brillante. Ascendió a subteniente en 1865. Cuatro años más tarde operó contra los carlistas en las Vascongadas y Cataluña.

En 72 reanudó la Campaña después de un cierto tiempo de reemplazo, obteniendo el grado de capitán, la cruz roja y luego el empleo por méritos de guerra. Y por los servicios prestados recibió al año siguiente los de comandante y teniente coronel.
El 75 se le concedió e, retiro a petición propia y el 78 la vuelta al servicio. Ascendió a coronel por antigüedad.
En 1887 fue destinado a Filipinas, donde permaneció hasta fines de 1895. Por su comportamiento en la campaña de Mindanao, sobre todo en el asalto y toma de las costas de Marahui, obtuvo el empleo de general de brigada.
En 1896 pasó a Cuba, asistiendo a muchísimas acciones de guerra, entre las cuales descuellan Las Lomas de mamey y Ceja del negro. En este segunda por las circunstancias excepcionales del combate, ganó la Cruz de San Fernando.
Siguiendo otros varios encuentros en 1897 con los insurrectos, y por todos ellos e le recompensó con el ascenso a general de división. En este empleo y en nuevas acciones de guerra alcanzó la gran cruz roja, pensionada, y al terminar la campaña, la de María Cristina.
En 1902 se le nombró comandante General de Ceuta. Desde 1896 tenia la gran cruz de San Fernando. Desde 1906 la de san Hermenegildo. Desde 1896 la del m´werito militar por servicios de guerra. Poseía además la de la Orden militar de María Cristina »[1]



El General Bernal en la tercera Guerra Carlista

Bien es sabido que durante la Revolución de 1868, se asistió a la resurrección del carlismo en torno a Carlos de Borbón y Austria, quien seria conocido entre sus seguidores como Carlos VII. Tras la desaparición de la reina  Isabel II de la vida política española tras la Revolucion Gloriosa de 1868,   renacen las  esperanzas de los carlistas, y en torno a ellos se reunieron alguno de los sectores más inmovilistas de la sociedad española.  
En las elecciones de 1869, los carlistas triunfaron en el País Vasco y Navarra, pero de forma paralela  se produjo  una escisión en su seno entre los  neocatólicos de Cándido Nocedal  que aparecen como defensores del carlismos  desde la legalidad, mientras los  intransigentes se postulaban a favor de la sublevación militar. Tras la Asamblea de Vevey dominan los intransigentes. Entonces se volvió a la lucha armada,

 Carlos VII fue derrotado en Oroquieta (Guipúzcoa. 1872) y debió huir a Francia. Ya durante la Monarquía de Amadeo de Saboya, los Los partidarios de Carlos VII se lanzan a una lucha armada general en 1872. En mayo de 1872 Carlos VII llega de Francia pero fue derrotado en seguida.
      Durante la I República , en el verano de  1873), Don Carlos volvió una n vez más a España y estableció su corte en  Estella,  llegando a dominar Navarra y vascongadas. Sin embargo las principales partidas carlistas fueron derrotados, tras la restauración de Alfonso XII

Poco sabemos de los méritos del valverdeño en estas refriegas. Sí que obtuvo el grado de capitán y la cruz roja por su participación en estas campañas contra los carlistas.  


En Filipinas (1887-1895)

En Filipinas existían movimientos nacionalistas desde 1870, contra la tiranía de los ricos terratenientes españoles. En 1892, los nacionalistas son organizados por José Rizal. En 1896 estalló una rebelión que fue fácilmente sofocada por España.


En este orden de cosas, sabemos que el General Bernal participó en la campaña de la isla de Mindanao, y destacó por su valor  en la toma de las costas de Marahui, en marzo de 1895, por lo que  obtuvo el empleo de general de brigada

En la Guerra de Cuba (1895-98)

Su carrera militar cobro especial lustre en la Guerra de Cuba y destacó de manera especial  en la persecución de los guerrilleros cubanos Maceo y Gómez..


En 24 de febrero de 1895 tras al grito de Baire, comenzó la insurrección independentista en la parte oriental de la isla. José Martí contó con el apoyo de prestigiosos guerrilleros que habían adquirido experiencia en la Guerra de los Diez Años (Maceo y Gómez) cuyo primer cometido fue extender la guerra a la parte occidental, tradicionalmente menos rebelde. Martí murió en combate en mayo de 1895, pero sus tropas siguieron hostigando a las tropas españolas.

A veces se ha dicho que la última guerra hispano-cubana, de 1895 a 1898, fue una continuada sucesión de fracasos militares españoles que culminaron en el consabido Desastre. Otros investigadores matizan este parecer. Si  la contienda comenzó de manera muy desfavorable para los españoles,  desde 1896  se observa una poderosa recuperación  que hizo  presumible una victoria final española en los primeros meses de 1898[2]


 -El gobierno de Cánovas envió un ejército de 37.000 soldados al frente del general Martínez Campos (nombrado gobernador de la isla), pero no logró sus objetivos. Fracasadas sus tentativas de negociación, después de la victoria de Peralejo, no pudo impedir la progresión de los rebeldes hacia Occidente. En diciembre de 1895, la larga batalla de Las Villas fue el verdadero desastre de Epaña en Cuba.

En 1896  Martínez Campos fue sustituido, por general Valeriano Weyler, con un nuevo ejército de 140.000 hombres (para un total de 200.000 soldados). Weyler practicó severos sistemas de represión: practicó la táctica de tierra quemada y obligó a los campesinos a concentrarse en aldeas cerradas para aislarlos de las tropas rebeldes (morían sin cesar) y poder así vencer a las guerrillas. Una comisión norteamericana protestó en España por estas medidas.

Pese a ello, las tropas españolas no eran capaces de dominar la rebelión. Sólo en 1897 el ejército español tuvo 25.000 bajas y son bien conocidas y repetidas las críticas de Unamuno a este guerra colonial en sus artículos ¡Paz, paz, paz! o  «Pero qué hace Weyler»

 Tras el asesinato de Cánovas del Castillo (agosto 1897), el nuevo gobierno liberal de Sagasta sustituyó a Weyler por el general Blanco, y concedió cierta autonomía a Cuba (nov. 1897): Pero ya era demasiado tarde: La debilidad española animó a EE.UU. a intervenir en la guerra. En 1898 envió el acorazado Maine a la bahía de La Habana con el pretexto de salvaguardar los intereses norteamericanos y las vidas de sus súbditos. EL resto de la historia es bien conocido

Pero vayamos por partes.
 El  ejército de Maceo se ocultaba en lugares donde residía la población civil, según un informe del por entonces General de División, Francisco Fernández Bernal.  Maceo prohibió acudir a los campos a todo campesino y l es conminó a no acercarse ni tratar con tropas españolas, éste hecho obligó a los ciudadanos a vivir reconcentrados, muchos de ellos evitaron esa reconcentración marchando a ciudades controladas por el ejército español.

En su lucha contra la guerrilla de Maceo cayó herido el 10 de marzo de 1895  Murieron su ayudante Nieto, un teniente coronel, un oficial y 27 soldados, entre ellos algunoss reservistas valverdeños del 91 que le acompañaron en esta empresa bélica: Francisco Arrayás Mariano, Ildefonso Mora Quintero, Manuel Bermejo Ramírez y Antonio Lorca Domínguez[3]. EL propio General lo relataba así en una misiva: :

«Salí a buscar a Maceo con setecientos hombres y ellos eran  más de 4000, supe vencerlos , muriendo mi ayudante Nieto, un Teniente Corone y veintisiete soldados»[4]


El 19 de Noviembre de 1895 el General se encuentra en patria chica y según nos cuenta Antonio Rico toda la población, incluidos, los miembros  del Pleno Municipal acudieron a esperarle a la estación del ferrocarril con hachones de esparto llenos de brea ya que caía la noche y se ahuyentaba la claridad y lo acompañaron desde la estación al ayuntamiento[5].  Se hospedó en la casa de su primo, el procurador Manuel Márquez Bernal en el número 25 –posterior numero 23- de la Calle Real de Arriba

Fernández Bernal pasó solo tres días en Valverde, acompañado de su hijo, por entonces teniente Coronel en África.  Desde  entonces el valle de la Fuente pasó a denominarse calle Fernández   Bernal y  el, 14 de noviembre de 1896 se colocó la placa. Con esa intitulación permaneció hasta agosto de 1936. 


Tras su paso por Valverde de nuevo volvió a la isla caribeña y estará presente en la batalla de Ceja del Negro, una de las más cruentas de la Guerra  

La batalla de Ceja del Negro.-.

En 1896 pasó a Cuba, asistiendo a muchísimas acciones de guerra, entre las cuales descuellan Las Lomas de Mamey, donde falleció  el cabecilla Basilio Guerra[6].  Y sobre todo en el combate de Ceja del negro que en opinión de Miró Argenter fue a acción más sangrienta de la guerra y por las que el general valverdeño ganó la Cruz de San Fernando, aunque la victoria decayó de parte de los cubanos.  .

 Antonio Maceo Grajales, recogió en la Península de Guanahacabibes el 18 de septiembre de 1896, el cargamento de armas que trajo el patriota puertorriqueño Juan Rius Rivera. El alijo de armas permitió a las fuerzas mambisas  un cierto  rearme  de las unidades de combate  que operaban en la región occidental de la Isla. El traslado del cargamento se realiza de forma exitosa por los territorios de Guane, San Juan y Martínez y Pinar del Río, para internarse en las zonas montañosas de Viñales en los primeros días de octubre.

  

La batalla tuvo lugar el 4 de octubre de 1896:

 « La batalla de Ceja del Negro se desarrolló en un área de 20 kilómetros cuadrados que comprende los sitios y veguerí­os de El Guao, Cayo del Toro, Loma Blanca y Murguí­a; el sitio de Ceja del Negro ocupa un sector marginal del teatro de operaciones, que tuvieron su centro en Loma Blanca, altura erróneamente denominada "Ceja del Negro" por el cronista.

Esta acción alcanza el rango de batalla, a pesar de que sólo duró un dí­a, por el gran número de combatientes de ambos mandos, porque fue previamente concebida, intervinieron fuerzas de las tres armas (Infanterí­a, Caballerí­a y Artillerí­a) y sus resultados influirí­an notablemente en el curso ulterior de la guerra. Comprende los combates parciales de El Guao y Cayo del Toro, Loma Blanca y Murguí­a. Las fuerzas cubanas, de alrededor de 800 hombres, pusieron fuera de combate a dos columnas españolas combinadas que duplicaban su número, a costa de 227 bajas y de disparar 50 000 tiros. Fue "Ceja del Negro" uno de los pocos encuentros sostenidos por las tropas mambisas al mando del general Antonio Maceo con las tropas españolas durante la invasión a occidente. El teatro de operaciones fue declarado Monumento Nacional por resolución de 10 de Octubre de 1978.

La historiadora cubana Yolanda Díaz Martínez nos relata la dura lucha:

La acción comenzó al despuntar el día, y se inició contra fuerzas del regimiento español de Cantabria en el lugar conocido como Bodega del Guao. Maceo dispuso que la Brigada Occidental ocupara una elevación cercana, manteniéndose allí hasta nueva orden, en espera de ver el desarrollo de los acontecimientos.  Las  fuerzas españolas se retiraron,  pero llegaron refuerzos  españoles desde Pinar del Río, encabezadas por el coronel Granados y el general Fernández Bernal.  Ell combate duró seis horas y Maceo,  se situó en un punto estretegico, la Ceja del Negro.

 El general valverdeño atacó en varias ocasiones la posición de Maceo, pero no pudo tomar la posición. Por ello, el general Bernal se replegó  para establecer un hospital donde atender a los numerosos heridos. Maceo contraatacó sobre la columna de Granados, que recibió, además, el embate del ultramoderno  cañón neumático que recibió de la expedición de Cabo Corrientes el 8 de septiembre de 1896.
Inmediatamente se concentró el ataque sobre las fuerzas de Bernal que, a pesar de disponer de dos piezas de artillería, muy poco pudieron hacer contra la arremetida mambisa. A pesar del esfuerzo de Bernal por reorganizar sus fuerzas estas se replegaron y fueron a refugiarse en un fuerte, de difícil acceso para los cubanos por carecer de artillería pesada con que atacarlo. De esa forma, el general Antonio dio por terminado el combate.

Las bajas españolas, entre muertos y heridos, ascendieron a más de 500, mientras los mambises tuvieron unas 200, y lograron apropiarse de más de cien fusiles y elevada cifra de proyectiles. Al decir de los cronistas cubanos, la victoria, que en algunos momentos se mostró difícil y escurridiza, finalmente se inclinó del lado cubano gracias a la bravura y constancia de los soldados libertadores[7]


A lo largo de 1897, Fernández Bernal enfrentó en numerosas refriegas  a los nsurrectos, y por todos ellos e le recompensó con el ascenso a general de división. En este empleo y en nuevas acciones de guerra alcanzó la gran cruz roja, pensionada, y al terminar la campaña, la de María Cristina.

En noviembre de 1896, el General Bernal  recibió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar y la pensión a ella asociada: 

«En atención á las circunstancias que concurren en el general de brigada Don  Francisco Fernández Bernal, á los servicios que lleva prestados como jefe de una columna de operaciones del ejército de Cuba, y muy especialmente en consideración al mérito que ha contraído tomando parte en diferentes hechos de armas habidos desde febrero último hasta el nueve de agosto próximo pasado; en nombre de Mi Augusto Hijo El  Rey Don Alfonso XIII, y como Reina Regente del Reino,  Vengo en concederle, á propuesta del General en Jefe de dicho ejército, y de acuerdo con el Consejo de Ministros , la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar, designada para premiar servicios de guerra, con la pensión que determina el último párrafo del artículo segundo del reglamento de treinta de diciembre de mil ohocientos ochenta y nueve. Dado en Palacio á veintisiete de noviembre de mil ochocientos noventa y seis). María Cristina. El Ministro de la Guerra, Marcelo de Azcárraga[8]

Tal concesión fue recogida asimismo por La Vanguardia de Barcelona, quien se refería a sus servicios de guerra: «La Gaceta del 39 publica. Reales decretos concediendo la gran cruz del Mérito Militar por servicios de guerra al general de división don Francisco Loño y Pérez, al general d« brigada don Francisco Fernández Bernal»[9]

  

El historiador militar español  Emilio Reverter Delmas  nos dejo en su recreación de la guerra de cuba algunas líneas interesantes sobre la labor del general Fernández Bernal.



Fue uno de los más destacados Generales de división[10] de la Guerra Cubana.
Con ocasión de una  estancia en  La Habana el  general Bernal analizó la situación cubana en torno a la batalla de Lomas de Pinar (Noviembre)  en la provincia de Pinar del Rio, donde los rebeles se habían hecho fuertes en las lomas y terrenos más quebradizos: 

«El general Bernal contestóle que era necesario que se supiese que  desde hacía algún tiempo los rebeldes se habían refugiado 
en las lomas,  fortificándose en varios sitios y haciendo siembras para alimentarse.  Allí habían procurado reunir pertrechos, lográndolos en abundancia,  reforzándose con grupos que se habían corrido de la provincia de la Habana, pudiendo asegurar que existían al tomar él el mando de la provincia lo menos 2000 rebeldes avezados á la campaña. En los duros combates que se libraron se defendieron con tenacidad  contra las fuerzas del general Hernández de Velasco, que ascendían á  1.200 hombres»
El cronista militar Reverter Delmas lo siguió en Vuelta Abajo, caminos de Las Lomas : 
 
«En Occidente tomaban la ofensiva nuestras columnas. El general Bernal, para dar la última mano á la 
insurrección en Vuelta Abajo,  ponía en movimiento las fuerzas de su mando, y sé dirigía hacia las  lomas. El general Pando, con Salcedo, Segura y Ruíz iban por Arroyo  Blanco y Espíritus en busca de Máximo Gómez, resueltos abatirle y aniquilarle sus fuerzas.[11]

En septiembre de 1896 las tropas españolas  reunieron a más de  8 000 hombres con artillería bajo el mando de los Generales Echagüe, Fernández Bernal, Melquizo y Suárez Inclán y de los Coroneles San Martín, Granados, Francés y Hernández de Velazco para  frustrar el e propósito del jefe cubano Antonio Maceo de levantar el campamento en los Remates de Guane  y regresar a la Sierra del Rosario.

« Realizóse en las lomas de Pinar del Rio la operación combinada  que nos tenían anunciada los corresponsales. En ella tomaron parte dos  columnas: la que mandaba el general Bernal y otra á las órdenes del  general Hernández de Velasco, formando ambas un total de 2.300 hombres y dos piezas de artillería.  Hacía días que el general Bernal tenía conocimiento de que los insurrectos conservaban los campamentos establecidos en las lomas del  Cuzco, donde aquéllos habían hecho fortificaciones que consideraban  inexpugnables.
               Las diversas partidas que mandaban los principales cabecillas, se  relevaban para prestar el servicio de guardar los campamentos Ínterinlas demás hacían sus correrías. Todo esto era conocido por el general Bernal, quien, de acuerdo  con el general en jefe, preparó un plan y organizó una operación que 
debían ejecutar las fuerzas de la división de su mando.  El día 25 de Noviembre se reunieron todas las fuerzas que la componían en Guanajay, y al siguiente día salieron en dirección de Artemisa. El general recorrió la trocha, y en toda ella ofreció hacer cuantos esfuerzos fueran necesarios para mejorar las deplorables condiciones 
               Al amanecer del día 27 salió la columna Bernal con dirección al campamento de Madama, que según las noticias que le habían comunicado al general, estaba defendido por formidables posiciones. La vanguardia, formada por fuerzas de San Marcial, rompió el  fuego y tomó la loma llamada de las Peladas, en tanto que fuerzas de  Valencia y las guerrillas seguían la vereda Pérez y forzaban el paso por  el arroyo Midama. 
Momentos después entraban en el campamento de Cuchilla Caimito el general Bernal y su Estado mayor, formado por los señores Tourné, Erenas, Company, Hinojosa y Rueda. [12]

Y provocaron la huida y dispersión de los  enemigos, y destacó la bravura den el combate del soldado Florentino Vega:
[…]  El campamento de las fuerzas del cabecilla Ducassi, tomado por  las tropas que mandaba el general Bernal, estaba, en efecto, defendido  por formidables posiciones, á pesar de las cuales el enemigo huyó ver  gonzosamente. Lo defendían 500 mambises.  El plan del general Bernal se llevó á cabo con gran acierto, y los flanqueos se hicieron muy hábilmente, y todo ello contribuyó á que las tropas consiguiesen un buen resultado. 
En el campamento de Rosario se encontraron muchos bohíos perfectamente construidos, y un gran parque donde fabricaban cartuchos  explosivos, instalado en la casa donde habitaba el matrimonio Duscassi.
Durante toda la tarde y la noche que la columna Bernal permaneció en el citado campamento, invisibles parejas de insurrectos hostilizaron desde la espesa manigua al cuartel general.l.
Cuando el general y su Estado mayor y otros varios jefes y oficia les regresaban de enterrar al infortunado comandante señor Miguel, el  grupo que formaban ofreció excelente blanco á los insurrectos, que  // dejaron de aprovechar la ocasión, menudeando sus disparos. Por la  noche hicieron en esta forma algunas bajas.
Al amanecer, los guerrilleros úe la columna dispersaron las pare jas que les hostilizaban y se apoderaron de una 
comunicación del titulado brigadier Torres dirigida á Duscassi, y en la cual explicaba la causa de no haber cumplido 
la orden recibida de quemar los ingenios,  porque las lluvias — decía — impedía que ardieran las cañas. 
 El resultado de la importante y feliz operación, que hizo honor al  general Bernal, secundado admirablemente por 
el general Hernández  de Velasco y el jefa de Estado mayor señor Tourné, fué la huÜa y dis persión del enemigo completamente desmoralizado, después de haber sufrido bajas enormes y haber perdido todos sus víveres. Tanto sus  formidables posiciones, como todos sus cultivos, quedaron completa- 
mente destruidos. Numerosos grupos de hambrientos bajaron después al llano, donde el general Bernal dispuso
 la persecución de  todos por las fuerzas de  caballería, que resultó verdaderamente invencible.
 De nuestros informes resulta que á la fecha existían en la provincia  de Pinar del Río unos dos mil insurrectos armados. 
Las bajas que en lá operación sufrieron las dos columnas resultan,  aunque muy sensibles, relativamente escasas, gracias al acierto en el  mando de las fuerzas de los jefes y oBciales. 
 En total, nuestras bajas fueron: el comandante señor Miguel y] dos guerrilleros muertos, y heridos el comandante señor Toro, de gravedad,  por bala explosiva, el capitán del batallón de Valencia, señor Vera 
Valdés, leve, y 17 soldados, algunos graves. 
 Distinguióse notablemente en el combate de Caimito el bravo soldado Florentino Vega, que á pesar de estar herido gravemente en el  pecho, siguió avanzando y batiéndose hasta coronar la escarpada loma. 
Fué calurosamente felicitado por todos y propuesto para una recompensa por el general Bernal[13]. 
 
El 30 de Noviembre de 1896, el general Bernal y su Estado Mayor llegaron a la capital de Pinar:

 «A las nueve de la noche del 30 llegó á la capital de Pinar el general Bernal y su Estado mayor.  Según los datos oficiales adquiridos por el general Barnal acerca  del resultado de la operación, datos que fueron confirmados por los  insurrectos que se presentaron, y teniendo en cuenta además el número   de cadáveres que abandonó el enemigo, los rebeldes tuvieron en los distintos combates sostenidos en las lomas de Pinar en defensa de sus campamentos, más de cien bajas».

Los vemos de nuevo persiguiendo a los Cabecillas Aranguren, Gallo, Fajardo y Pedroso cerca de Ortega y Beca del grillo  :

 «Para semejantes enemigos no había sino la guerra, y esto era lo que  estaban haciendo el general Blanco, el general Pando, el general González Parrado, el general Bernal, y los demás bizarros caudillos de nuestro ejército, quienes en vez de apelar al deplorable sistema de hacer  creer á la nación que no ixistían rebeldes, porque no había encuentros,  probaban que no se hallaba á éstos porque no se les buscaba, y en todas  partes tomaban una vigorosa ofensiva, que en la isla y en la Península  levantó la moral.

No había, pues, motivo alguno, como no fuera el de conveniencias // bastardas, que indujera á volver la vista áun 
 próximo pasado. Entre  otras razones, porque fueran cualesquiera los acontecimientos por venir,  peor que 
estábamos hacía cuatro ó seis meses, no podíamos estar. En operaciones y encuentros en Pinar del Río, durante 
los días 17  alai de Diciembre, se batió y dispersó á varias partidas, causándolas  seis muertos, que quedaron en 
poder de las tropas, y bastantes heridos, que lograron retirar.   
El general Bernal completó las operaciones sobre dichas partidas,  batiendo con el batallón de Cantabria las capitaneadas 
por los cabecillas  Gallo, Fajardo y Pedroso en Ortega, y nuevamente con el mismo batallón en Beca del Grillo,
 donde las alcanzó y dispersó por completo, que dando en poder de nuestras tropas 14 muertos y varios efectos[14]. 

También el general valverdeño estuvo destinado en algnos combates en la parte oriental de la isla, en concreto contra la guerrilla de Santiago de los Baños  

 «Preparábanse en el departamento Oriental combates de importancia. Se destinaron á operar en aquella provincia nueve batallones y  cuatro escuadrones, sacados de las provincias occidentales, y pronto  marcharían á Oriente los generales Bernal y Marina, destinados á mandar fuerzas del ejército en operaciones en aquel departamento.   La guerrilla de Santiago de los Baños, mandada por el sargento benito  Lainez, recorría la jurisdicción de aquel pueblo para recoger ganado, cuando se encontró con un campamento enemigo»

Estuvo en Baire y CAntirado:  
La división ligera del general Bernal salió á operaciones el día 14 sobre Baire y Cantirado. 
 

En la Sierra Maestra:

« El regimiento de Isabel la Católica operaba en combinación con las fuerzas de la división ligera del general 
Bernal, y parece ser que antes  de dirigirse sobre la paite central de Sierra Maestra abarcaría en sus  operaciones todo el territorio asignado á las columnas de que se componía dicha división»[15].
 
E inicio la lucha directa con los  americanos desembarcados en la isla en la fase final de la Guerra, junto a Cayo Piedras:  
 
 «Tuvo confidencias el general Bernal de que en Cayo Piedra, peñasco que sirve de punto de  reconocimiento de 
la ensenada de Cárdenas, donde desembarcaron los yanquis cuando atacaron por vez primera dicha plaza, habían dfjfdo los americanos efectos y armas.  A pesar de haber algunos barcos enemigos á la vista, dispuso que uno de los remolcadores de servicio en la bahía fuera á practicar un  reconocimiento.  El remolcador Diego, llevando á bordo gente decidida, se deslizó  hasta Cayo Piedra, y los tripulantes reconocieron minuciosamente el peñasco, encontrando víveres y armas».
 La entrega de Cuba

Fernández Bernal aparece en ciertas  listas de masones, como  Kleber, y en una más que dudosa  teoría de la conspiración de entrega masónica de la isla:  


«Antes o, incluso, de forma paralela al propio general Franco, otros divulgadores sembraron en libros y libelos la idea del complot como unico modo de interpretar el Desastre. En connivencia con los gobiernos de la epoca, escribe Francisco Ferrari Billoch, el general Blanco, marques de Penaplata (h:. Barcelona), nuestro ultimo gobernador en Cuba, y los generales Gonzalez Parrado (h:. Jesucristo) y Fernández Bernal (h:. Kleber), hubieron de entregar la Gran Antilla al ejercito yanqui de ocupacion, en el que figuraban, que se sepa, los masones Kent, Batos, Chafe, Summer, Ludlow, Ames y Wood, cumpliéndose así los acuerdos de la Masoneria universal, que habia decretado la perdida de Cuba para España en castigo de su tenacidad»[16]

Su carrera política

Debido a su popularidad del general valverdeño, algunos quisieron atraerlo a su causa y obtener ventajas políticas de su proximidad, afecto o cercanía política:  


La Publicidad, de Barcelona, indica que algunos elementos políticos de aquella capital piensan presentar la candidatura del general Fernández Bernal, que se encuentra en Cuba, para las próximas elecciones.  Según el Heraldo, el bizarro general no tiene semejante propósito, ni autoriza á nadie para tales trabajos, aun cuando agradezca la intención que los dicta[17]

En otra ocasión contaremos su affaire con Vicente Blasco Ibáñez


Comandante General de Ceuta (1902-1906)

En 1902 se le nombró comandante General de Ceuta.

Durante la Regencia de la Regencia de María Cristina, estalló la  guerra con Marruecos: la 1ª Guerra de Melilla (1893). Los rifeños se alzaron en armas contra el ejército de Melilla, al iniciarse la construcción de un fuerte militar (Sidi-Guariach) junto a una mezquita y un cementerio marroquís próximos. El gobierno español tuvo que mandar tropas de refuerzo y nombró jefe supremo al general Martínez Campos. Finalmente el sultán -ante la superioridad bélica española- firmó la paz: se creó una zona neutral en Melilla y Marruecos hubo de pagar 20 millones de pesetas como indemnización

Desde entonces la comandancia general de Ceuta adquiere una importancia estretegica de primer nivel aun antes de la Conferencia de Algeciras que dará forma al Protectotado Español de Marruecos.   

«El general Bernal. Telegrafían de Ceuta que en el vapor correo de Algeciras ha salido con dirección á aquel puerto, desde donde se dirigirá á Madrid el comandante general de Ceuta, don Francisco Fernández Bernal. Le han despedido varios generales, alcaldes

y personas notables» [18]. 

 Desde 1896 tenia la gran cruz de San Fernando. Desde 1906 la de san Hermenegildo. Desde 1896 la del mérito militar por servicios de guerra. Poseía además la de la Orden militar de María Cristina 

Su muerte.-

 
El general Fernández Bernal  falleció  un jueves 5 de septiembre de 1907, en Getafe,    noticia recogida al día siguiente por  el diario ABC:

«El General Fernández Bernal.  En Getafe donde estaba pasando la temporada de verano al lado de su hijo el juez de instrucción de aquel distrito falleció ayer a la una de la tarde en general SR. Fernández Bernal a consecuencia de un cólico exantemático[19]

Unos días  después,  el Ayuntamiento de Ceuta organizó unas solemnes honras fúnebres por el alma del general, hijo predilecto de la población y al decir del redactor de La Vanguardia l acto resultó una  imponente manifestación de duelo[20].

Un año después de su muerte, obtuvo la cruz pensionada del Mérito Militar[21]
 

Los alcances de cuba.

 El General es un ejemplo de lo que a veces se llaman un Hijo Ilustre. Pero otros valverdeños, menos nombrados y menos destacados estuvieron presentes en estas guerras coloniales.  

Solo algunos valverdeños que volvieron con vidas de las guerras coloniales de Cuba y Filipinas pudieron disfrutar de los llamados alcances de Cuba, una modesta pensión otorgada por el Ministerio de la Guerra  

Algunos de los beneficiarios fueron José Cejudo Mora, el candonero, apodado “pepe el Cordero” tras su vuelta de Filipinas o su compañero Pedro Camacho Mora, incorporado a filas el 12 de septiembre de 1896, como soldado de infantería que estuvo destacado en Ponapé,  durante las incursiones de apaciguamiento de las  islas Carolinas Orientales.


Otros afortunados que volvieron con vida fueron el zapatero Pedro Sánchez Gorgoño, “el manano”, destinado al distrito a Cuba, donde participó en la toma de la Loma de San Gabriel, en abril de 1897, pero herido en enero de 1898 fue embarcado con destino a Cádiz y posterior permiso de cuatro meses en Valverde. Al  año siguiente obtuvo una licencia ilimitada y desde entonces gusto de contar  sus penurias en las zonas pantanosas de a isla caribeña a sus boquiabiertos paisanos.  


BIBLIOGRAFIA
COLLADO PIÑEIRO, Alejandro: La Guerra Nacional Libertadora de 1895-1898 en Pinar del Río desde la salida definitiva de esta provincia del Mayor General Antonio Maceo, hasta el inicio de la Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana. Primera aproximación a su estudio. Tesis presentada en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Históricaspp. 14 y 15. 
BLASCO IBAÑEZ v., ( 1999):  Diputado Blasco Ibáñez!: memorias parlamentarias. Hijos de Muley-Rubio
-CARRASCO CANALS, Carlos ( 1975 ): La burocracia en la España del siglo XIX. Estudios de administración general.  Madrid, Instituto de Estudios de Administración Local 
DE PAZ-SÁNCHEZ, Manuel (2006):  MASONERÍA ESPAÑOLA Y EMANCIPACIÓN COLONIAL. Revista de Indias, vol. LXVI, núm. 238, Págs. 737-760, ISSN: 0034-8341
FERNÁNDEZ : AZCÀRRAGA, Enrique de Miguel (    ):  , Weyler y la conducción de la guerra de Cuba
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[1] ABC de Madrid. Vieres 6 de septiembre de 1907, pág. 4.
[2] NAVARRO GARCÍA, Luis  (    ): La última campaña del general Martínez Campos: Cuba, 1895. En Anuario de Estudios Americanos.
[3] RICO PEREZ, 1999, Valverde en SEpìa, nº 2, lam.   80
[4] RICO PEREZ, A, 1988 Ahora hace Cien Años. Apuntes para la Historia. FAcanias.  Extraordinario de feria. RICO PEREZ, 1999, Valverde en Sepìa, nº 2, lam.   80.
[5] RICO PEREZ, A, 1988 Ahora hace Cien Años. Apuntes para la Historia. FAcanias.  Extraordinario de feria. RICO PEREZ, 1999, Valverde en SEpìa, nº 2, lam.   80.
[6] LA VANGUARDIA Edición del sábado, 07 marzo 1896, página 5. Muerte de otro cabecilla.
[7] DIAZ MARTINIEZ, Yolanda: Ceja del Negro: La tenacidad de Maceo puesta a prueba
[8] DIARIO OFICIAL DEL MINISTERIO DE LA GUERRA, Año IX, nº 270. Domingo, 29 de noviembre de 1896. Reales decretos
[9] LA VANGUARDIA. 2 de diciembre de 1896.
[10] Enrique de Miguel Fernández : Azcàrraga, Weyler y la conducción de la guerra de Cuba, p. 334.
[11]  REVERTER DELMAS, E.   P. 146.
[12] REVERTER DELMAS, E Pp. 167-68.  LA Division del General bernal.
[13] REVERTER DELMAS, E , Pp. 170-171
[14] REVERTER DELMAS, E , Pp. 300-301
[15] REVERTER DELMAS, E , CAPITULO XLVI. La columna del general Bernal, p. 578. 
[16] DE PAZ-SÁNCHEZ, Manuel l (2006):  Masonería española y emancipación coloniaL. Revista de Indias, vol. LXVI, núm. 238, Págs. 749.  Francisco FERRARI BILLOCH, La masonería al desnudo. Las logias desenmascaradas, Madrid, Ediciones Españolas, 1939, p. 152.
[17] La Época. Jueves 3 de marzo de 1898, n.º 17.147, página 2. 
[18] LA PUBLICIDAD. Jueves,  16 D ABRIL DE 1903. Edición de la mañana, 2.
[19] ABC de Madrid. Vieres 6 de septiembre de 1907, pág. 4.
[20] LA VANGUARDIA. Miercolos 18 de septiembre de 1907. P. 8 
[21] LA PUBLICIDAD. Viernes 24 de septiembre de 1908, p. 3. El Rey ha firmado los siguientes decretos: Concediendo la cruz blanca del Mérito Mili-tar al general francés D'Amade. Mem cruz pensionada del Mérito Militar al general Fernández Bernal.

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