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lunes, 25 de noviembre de 2013

JOSE FRANCO JOSE (II)



Juan Carlos Sánchez Corralejo


 Extraído de SANCHEZ CORRALEJO,  Juan Carlos (2011),  El textil y la talabartería en Valverde del Camino (Huelva) entre los siglos XVIII y XX”, en Revista de folklore, Anuario de 2011, págs. 127-159. Caja España/caja Duero-Fundación Joaquín Díaz.
 
 
La fábrica llegó a  tener más de 25 operarias, además de que “medio pueblo iba por el repaso”.

Contó con 8 máquinas para la confección de calcetines, accionadas por, entre otras operarias, Juana Jiménez, Juana Pérez, Mª Jesús Perea y Tecla Martín Pérez. Cada una se ocupaba de dos máquinas a la vez. Reposo Mora era la maestra o encargada de todas ellas.

Tecla Martín Pérez entró a trabajar en la fábrica en 1931, con apenas 11 años de edad y subida a un cajón, porque no llegaba a la máquina. Eso sí, estaba perfectamente aleccionada en el sentido de ocultar su verdadera edad en caso de que llegase algún inspector de trabajo.


A continuación, el género pasaba a una de las ocho máquinas de hacer los puños de los calcetines, accionadas por Adulfo Rodríguez y Cristobalina Cejudo, y finalmente a las remallosas que cerraban los puños, creaban las costuras y cosían la puntera con el talón, estas últimas accionadas por María Biedma, que sirvió de maestra a las demás, Rosa Almonte y Dolores Álvarez Valero entre otras chicas. Como bobinadoras, trabajaron en la fábrica Gregoria Bonaño, Dolores Parra, María Parra, Anita Oso y Tecla Moreno Martín.

    Tras la realización de las medias y calcetines, éstos pasaban al tinte en una enorme caldera, situada en la cochera del callejón de los Cruzados, donde se tintaban los calcetines con diferentes colores. Allí trabajaban Gregorio Mora, María Parra Martínez y Florentina.
  
    Posteriormente, se secaban en una máquina centrifugadora. Las últimas operaciones se realizaban en la planta alta de la fábrica. Nos referimos a las labores de planchado y empaquetado.

Tras el tintado de calcetines y medias, eran introducidos en unos moldes eléctricos, con la forma de una pierna, que estiraban el tejido, merced al calor desprendido, y lograban la forma definitiva del producto. En la planta alta trabajaron Tecla Martín y Miguela García[1].

    Era frecuente que las jovencitas entraran a trabajar en el repaso de los calcetines, consistente en arreglar los defectos de los mismos, y posteriormente se responsabilizaban de tareas más complicadas[2]. El ambiente de trabajo era muy austero: nada de bromas, charlas, cante, ni mucho menos risas. La jornada laboral se prolongaba ocho horas diarias. Por la mañana desde las 8 hasta las 12, y por la tarde desde las 2 hasta las 6.

    Las medias y calcetines eran sometidos a un proceso de calidad: el repaso, consistente en coger los puntos zafados. Se cogía las punteras y había que remallarlas o repasarlas a mano para reforzar las mallas, es decir, cada uno de los cuadriláteros o eslabones del tejido. Después de repasadas y cogidos los puntos zafados, la media iba a la plancha Finalmente se ponían los elásticos, a 2 pesetas la gruesa -es decir 12 docenas o 144 calcetines-. ¡Un sueldazo para la época!

El fin de la fábrica de medias y calcetines se incluye dentro del período que G. Tortella bautizó como de «las largas vacaciones de la industrialización española», caracterizado por la concomitancia de causas comunes a toda Europa -los efectos de la Gran Depresión de los años Treinta- y otras privativas de España, derivadas de los efectos de la Guerra Civil, no tanto por las destrucciones físicas cuanto por la fragmentación de los mercados y la interrupción de las comunicaciones, con sus secuelas de carencia de materias primas o recambios industriales[1].  José Franco José murió el 11 de diciembre de 1935.

A su muerte, se hizo cargo de la fábrica de calcetines Don Cristóbal Mora, uno de los socios capitalistas, que ahora pasa a actuar como gerenteSi el equipo industrial de la fábrica de medias y calcetines salió intacto de la Guerra Civil, tras esta y la posterior Guerra Europea empezaron a faltar los recambios que necesitaban las máquinas, secuelas derivadas del nacionalismo y la autarquía franquista.

La  fábrica cerró en 1939. Cristóbal Mora vendió toda la maquinaría y liquidó el negocio



BIBLIOGRAFIA

[1] Vid TORTELLA, Gabriel, 1998, p. 268).




[1] Entrevistas a Tecla Martin, Esperanza Almonte (1910-2001), Matilde Franco (1923-2009), Concha Franco (1934) y José Franco Rodríguez (1926-2007) 
[2] Tecla Martín nos refiere que todos los días se iba al trabajo un poquito antes y, sin que nadie se enterara, se ponía a ensartar agujas para tenerlas preparadas al comienzo de la jornada laboral, hasta que un día la cogieron y como premio la pusieron en las máquinas. Su tesón le valió un ascenso.

martes, 19 de noviembre de 2013

LA FABRICA DE MEDIAS Y CALCETINES DE JOSÉ FRANCO JOSÉ (I)

Juan Carlos Sánchez Corralejo


 Extraído de SANCHEZ CORRALEJO,  Juan Carlos (2011),  El textil y la talabartería en Valverde del Camino (Huelva) entre los siglos XVIII y XX”, en Revista de folklore, Anuario de 2011, págs. 127-159. Caja España/caja Duero-Fundación Joaquín Díaz.



Articulo completo
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3861480



Ya a fines del siglo XIX existió en la Zona, actual calle Lucia Ramírez, una instalación dedicada a la fabricación de género de punto interior[1].

En la década de 1920 seguía existiendo un taller de géneros de punto instalado en Lucía Ramírez, número 3, regentado por Francisco Domínguez Roldán. Su producción debió ser reducida, tal como se deduce de la cuota de la contribución industrial abonada por este taller, que era muy menguada, elevándose a tan solo 17 pesetas y 76 céntimos en el año fiscal 1925-26 [2].

   
                          Valverdeños haciendo calceta . 1898. Rico Pérez, A. Valverde en sepia.


 La tradición textil de la localidad alcanzó su momento álgido con la fábrica de medias y calcetines fundada por José Franco José[3], con las aportaciones de varios socios-capitalistas.

 José Franco José había llegado a Valverde entre los años 1916 y 1917, como viajante de la casa Rodríguez y Ramos, instalada en la Plaza del Salvador de Sevilla -hoy Almacenes Peña-, dedicada a la venta de paquetería, un género de comercio consagrado a la venta de artículos menudos vendidos en paquetes, de ahí su nombre. Hoy hablaríamos más propiamente de artículos de mercería como sedas, alfileres, cintas, hilos, tijeras u otros objetos análogos. Franco negociaba no solo en Valverde, sino en las poblaciones del contorno, como Trigueros, El Buitrón, Zalamea o las Minas de Riotinto, junto con Salvador y Valentín Almonte.


Fue un hombre inquieto, de enorme inventiva y dotado de un especial celo comercial y espíritu emprendedor. A ello unía su carácter afectuoso y simpático, que le granjeó la amistad de alguno de los principales capitales valverdeños.

    Una vez instalado en La Calleja, en 1919 se independiza de la empresa sevillana y abre tienda propia de paquetería, en el número 2 de La Calleja -frente a la que más tarde sería su residencia de casado y antiguo Bar La Florida-, propiedad entonces de su amigo y socio José Alvárez Lorca[4], quien al parecer aportó 11.000 duros como socio capitalista del almacén que acababa de nacer.


Los nuevos socios viajan a Barcelona y contactan con fabricantes y almacenistas, que serán sus suministradores en los años sucesivos en los que el negocio alcanzó una alta rentabilidad, al calor de la pujanza económica de Valverde en los felices años veinte. Ello explicaría la diversificación del negocio, que pasó a incluir también la  venta de sillas y mecedoras procedentes de Valencia. Salvador Almonte fue el dependiente de esta paquetería, donde se llegó a vender asimismo oro, bisutería y quincallería. De este comercio pasaron a depender varios viajantes, y Valverde se convierte en base o almacén desde donde poder atender comercialmente a la Comarca del Andévalo y sus ricas minas.

Utilizando el ferrocarril y los servicios del popular arriero valverdeño Andrés Corralejo, el viajante José Mariano Vizcaíno  incrementó la clientela de José Franco en San Juan del Puerto y Moguer, y a lo largo de toda la geografía andevaleña, incluidos sus importantes economatos mineros. El incremento paulatino de la clientela hizo necesaria una ampliación de capital. Fue entonces cuando entra también como socio capitalista el dentista valverdeño, afincado en Huelva, don José Cumbreño Alvárez, y pudo abrir otra tienda en La Plaza.

En el año 1924, la empresa de José Franco había crecido tanto que decide adquirir el edificio numerado con el 21 de la calle General Bernal -hoy Valle de la Fuente-, esquina con la calle Nueva y acceso trasero por el Callejón de los Cruzados.


 Terminada la obra del nuevo edificio -magnífico y espacioso-, realizada por Aurelio Blanco, el sevillano amplió su almacén y tienda de paquetería, que instaló en la planta baja.

En el patio montó su nueva vivienda, con acceso por la Calle Nueva, y en la planta alta abre una exposición de muebles y, para ello, crea  una sección de carpintería en el Dolor, con zona de barnizado y retoque de muebles, traídos de Valencia primero, para posteriormente empezar a fabricarlos en Valverde, ante el éxito que el negocio auguraba y la quiebra paulatina de la fábrica de muebles de Aurelio Parreño, uno de las pioneras del sector del mueble valverdeño del siglo XX[5].

Poco después vio la luz su  fábrica de medias y calcetines. Los socios capitalistas de ambos negocios, los muebles y las medias, fueron José Cumbreño Alvárez y el  abogado  Don Juan Zarza.
   
    A falta de documentos laborales, contables, o de catálogos de existencias y maquinarias, el análisis y reconstrucción de la fábrica de calcetines ha exigido acudir esencialmente a entrevistas con antiguos operarios de la misma, así como al examen de las matrículas de contribución industrial.

La fábrica de medias y calcetines fue instalada en 1924, en el Valle de la Fuente nº 21, actual edificio de Banesto y por entonces propiedad de Juan Mora. La maquinaria procedía de otra fábrica anterior de Bollullos Par del Condado. El conocimiento de la empresa de punto de la calle Lucía Ramírez y la quiebra de la fábrica de tejidos de Bollullos, parece que actuaron de acicate para su creación. Con utillaje totalmente mecanizado dio trabajo directo a más de 20 operarias, además de las labores de repaso que dinamizaron la economía de muchas familias externas a la propia fábrica.

    La materia prima fundamental eran hilos y algodón adquiridos en madejas y conos, procedentes ambos de Cataluña. En 1955, Antonio Feria Arroyo era representante en Valverde de las Hilaturas Labor S.A. de Barcelona. Por este medio llegaban a la población los hilados y torcidos de algodón para coser y para usos industriales.

Del primer maestro de la fábrica sabemos apenas que se apellidaba Durán. Llegó con su familia  y trajo maquinaría totalmente novedosa a Valverde, procedente de Bollullos. En los años posteriores  llegó un mecánico alemán, Hermann Görner, casado con Carolina Görner. 

   Don  Germán –así fue  conocido en la localidad-, había trabajado anteriormente en una fábrica de tejidos de Barcelona. Muchos valverdeños lo recuerdan aún con la pipa colgada en los labios y sus típicas polainas. Las  operarias recuerdan además su genio: cuando se rompía alguna máquina debían armarse de valor, dirigirse al teutón y pedirle que la arreglara.

Don Germán, según el humor con el que se hubiese levantado, accedía o no a sus  pretensiones y era capaz de dejar un ingenio parado por una simple aguja, solo por tozudez. En estos casos, debía ser José Franco, en su calidad de gerente, quien debía poner orden. Al día siguiente, todas las agujas estaban perfectamente colocadas y en funcionamiento. Si Don Germán se enfadaba más de lo normal su palabra favorita era

 “¡Fratán, Fratán!”, aunque según Tecla Martín nunca supieron a ciencia cierta qué quería decir aquello.

Pronto otro valverdeño, Adulfo Rodríguez Cera, se convirtió en el ayudante de Don Germán y se formó como un excelente mecánico a su sombra[6].         




[1] Entrevista con Esperanza Almonte Baquero (1910 -2001)
[2] Vid. A.M.V. Matrícula de la Contribución Industrial. 
[3] Vid. RICO PÉREZ, 1995 .Procedía de Sevilla. Nació en la calle Castilla, 22, en el año 1894, siendo hijo de José Franco Caparrós y de Rafaela José Pajares. Huérfano de padre y siendo niño de colegio fue acogido por Pepe Ramos, hace amistad con varios comerciantes de la localidad, y bajo la tutela de Rosendo Almonte, fue educado junto a los 7 hijos de aquel como un vástago  más de la familia. Llegó a Valverde soltero y sin dinero. Al poco tiempo de su llegada a Valverde, conoció y quedó prendado de Matilde Rodríguez Ruiz, a quien conoció -según nos refieren sus hijas- en la tienda de Juana Barón, en la calle Real de Abajo. Muy pronto, en marzo de 1922 la feliz pareja contrajo matrimonio y estableció su residencia en los altos de la casa Rectoral, sita en La Calleja de Carpinteros, frente a su primer almacén de paquetería instalado en el número 2 de la misma calle, al menos desde el año 1919. José Franco se trajo a Valverde a su madre, Rafaela José Pajares, y a su única hermana, María Franco, y fue precisamente en aquel primer domicilio del matrimonio donde nace su primera hija, Matilde, en 1923. El resto de la prole vino al mundo en su definitiva vivienda, sita en el número 21 del Valle de la Fuente, vivienda anexa a la fábrica de medias y calcetines.
[4] Era dueño de una  tienda en su domicilio  de la calle Valle de la Fuente, número 2, por entonces General Bernal.
[5] Vid. RICO PÉREZ, 1995, nº 282.
[6] Entrevista con Tecla Martín Pérez y Esperanza Almonte (1910-2001)   

miércoles, 13 de noviembre de 2013

VALVERDE DEL CAMINO. LA GUARDIA CIVIL

La Guardia Civil amplia sus funciones: la vigilancia de los ferrocarriles
Gaceta de Valverde, pág. 6
JCSC, Jefe local de la Guardia Civil

Antes de la organización del Duque de Ahumada puede afirmarse que ya existíamos, aunque fue el Gobierno de González Bravo el creador de la Guardia Civil de manera oficial,  ante  la necesidad de disponer de una fuerza nacional capaz de  hacer frente a la inseguridad motivada por el bandolerismo. A través de sendos decretos de 28 de marzo y de 13 de mayo de 1844 se nos creó como Cuerpo dependiente del Ministerio de la Gobernación, en lo referente al servicio, y del Ministerio de la Guerra, en cuanto a organización. 

 El  Duque de Ahumada, hombre de confianza de Narváez, militar de prestigio y profundo conocedor de la realidad española,  siguió los dictados de su padre, el marqués de las Amarillas y nos  imprimió nuestras señas de identidad: fuerte disciplina, capacidad de sacrificio, espíritu benemérito y lealtad a la Patria

Hasta ahora ha sido nuestro cometido averiguar el paradero los ladrones y recuperar los efectos robados, proteger la llegada de los correos y las diligencias, socorrer los carruaje y carros volcados, ayudar a los viajeros perdidos, conducir las caballería sueltas y las cabezas de ganado descarriadas. Junto a ello  contribuimos a cortar los incendios y velamos en todas partes por la seguridad de las personas y conservación de las propiedades. 

Debemos proteger  de las  inundaciones, terremotos, huracanes, temblores de tierra y tempestades. Nos está encomendada  la conservación de los montes y arbolados, así como la de los bosques del Estado y de particulares, especialmente de los árboles frutales y viñedos que se encuentran en las inmediaciones de los caminos. Para todo ello la Cartilla de la Guardia Civil nos obliga a poseer grandeza de alma y sublime abnegación, cualidades  necesarias para tan delicadas funciones, virtudes que sólo pueden abrigarse en corazones puros y limpios de toda mancilla.

En 1853 supimos adaptar nuestra organización con vistas a cumplir misiones en caso de guerra. En este mismo año se creó la llamada Compañía de Guardias Jóvenes, que, a partir de aquel momento, ha sido un auténtico vivero de guardias civiles. Ya desde el año anterior, 1852,se publicó la Cartilla, verdadero código moral del Guardia Civil, cuyos preceptos se han mantenido inalterables con el paso del tiempo. En 1857, siendo nuevamente Director del Cuerpo el Duque de Ahumada, se elevó la fuerza hasta los 10.000 hombres.

Además de lo dicho, las prerrogativas del  Real Cuerpo de Carabineros de Costa y Fronteras nos permite garantizar  la vigilancia de las Costas y Fronteras y  hacemos cada día más activa la guerra al contrabando en toda la Península,  afianzamos la protección y fomento de la industria nacional conforme a las leyes de Aduanas.   Hoy somos los garantes de orden público,  pero no hay que olvidar nuestra presencia en actividades humanitarias y el rigor en el desempeñó del servicio. 

Desde 1850 nos hicimos cargo del servicio de Torres Vigías por extinción del Cuerpo de Torreros de Costas. Una Real Orden de 5 de febrero de 1853 nos organizó para caso de guerra en batallones y escuadrones. Por ello, en 1859, participamos en la guerra de África con una fuerza especial para el control fiscal de proveedores, contratistas y bagajeros. 

Grandes han sido nuestros desvelos para auxilio de la población en general, destacando las labor en las riadas de Valencia. Desde el año 1865 nos ocupamos de ejercer el servicio de Consumos, siendo la nueva modalidad de "Carabineros consumeros", aunque estos cargos solo han sido puestos en vigor en las Comandancias de Alicante, Tarragona, La Coruña, Barcelona, Madrid, Málaga y Cádiz, con un contingente aproximado de 500 hombres.

A partir de ahora se nos encomienda además la vigilancia de las estaciones de ferrocarril ubicadas en zonas y puntos fiscales. Por ello, nos satisface la llegada del ferrocarril a Valverde y nos agrada la nueva tarea que se nos encomienda.  Que no duden todos los valverdeños que seguiremos garantizando el Buen Orden y la Seguridad Pública. Todo sea por la patria.





domingo, 10 de noviembre de 2013

D. LUIS GONZÁLEZ BRAVO


Semblanza del nuevo Primer Ministro: D. Luis González Bravo

Gaceta de Valverde, pág. 6
JCSC

El nuevo presidente del Consejo de Ministros, D. Luis González Bravo es sin duda un hombre íntegro. Tras la muerte de Narváez, la Reina Isabel ha resuelto nombrar a D. Luis González Bravo  como primer ministro, bajo la consideración de que se trata de un político capaz de imponer el orden y evitar la anarquía reinante en el país.

Otro andaluz  va a regir los designios de la Patria. Como Diputado a Cortes en 1841, defendió la Regencia trinitaria y se opuso de forma vehemente a la candidatura de Espartero, idea que si se hubiese tenido en cuenta hubiese evitado aquel trienio desgraciado, al tiempo que como abogado asumió la defensa del general pronunciado Diego de León.

Desde  su adscripción a las filas de los progresistas puros se sumó al alzamiento antiesparterista en 1843, participando, bajo las órdenes de Narvaez en la batalla de Torrejón de Ardoz. 

En diciembre de 1843 se estrenó como presidente del Consejo de Ministros, y ministrode Estado y durante aquel  mandatpo se creo el benemétito cuerpo de la Guardia Civil.

Don Luis González Bravo es un hombre de pulso firme. Ministro de Gobernación con Narváez, no dudó en reprimir la sublevación de la Noche de San Daniel. Entonces castigó com o se merecían, a los jóvenes profiantes defensores de Emilio Castelar, que gustaban de atacar a nuestra más noble  institución, la Monarquía.

Entonces centellearon los sables y la infantería ocupó la Puerta del Sol, la calle de la Montera, la carrera de San jerónimo y la calle del príncipe.

¿Es imposible en Las Españas declarar el estado de sitio sin tener que deportar a la mitad de los españoles a Filipinas para despojar de su cátedra a un catedrático?

Esperemos que en esta ocasión sepa conducir los designios de la Patria en unos momentos en los que las aguas bajan turbias. Al menos con él estamos seguros que la Corona y el Concordato de 19851 están garantizados.  





miércoles, 6 de noviembre de 2013

POSTALES DE VALVERDE: LA CASA DIRECCIÓN

29 de abril de 1932. RAMIREZ COPEIRO DEL VILLAR, 1998.
 
 
Casa Dirección fue construida en 1912 como residencia del Director de la Alkali United Company,

Se situó en lo alto de una colina, a la salida de Valverde, en dirección a Zalamea la Real. Fue mandada a construir por John H. Cresswell director general de la Alkali Company con la intención de residir en ella.  Las obras se iniciaron en el verano de 1912 y a finales del año siguiente ya era habitada por Creswell


Rehabilitada por el Ayuntamiento de Valverde del Camino, es la sede actual del  Museo Etnográfico y de las Artesanías,  que permite un viaje histórico desde los  talleres artesanales del calzado, madera y metal, a la importancia del  ferrocarril y  la presencia inglesa en nuestra ciudad, sus artes y costumbres, en general.

Su planta baja funciona como espacio multifuncional para actividades congresuales, exposiciones temporales y demás actos sociales y culturales.
Foto del archivo de Enrique Hidalgo.
 
 
 

Si te animas a una visita virtual:



Si quieres profundizar en su historia, te recomendamos el  magnifico articulo de Jesús Ramírez Copeiro del Villar "El Ferrocarril en la historia de Valverde". En FACANIAS n º 330, de julio de 1998.  Separata de 12 páginas.

viernes, 1 de noviembre de 2013

VALVERDE Y MENDEZ NÚÑEZ

                                                     OPINION

             ¡Que se haga justicia con Méndez Núñez!


Gaceta de Valverde, pág. 6
JCSC

 Mendez Núñez ha sabido enarbolar la bandera del patriotismo frente al independentismo de las  naciones americanas emancipadas, naciones éstas que mostraron un enorme desprecio a nuestra labor civilizadora.

Hace ahora cuatro años que el general de la Armada, Hernández Pinzón, visitó  diversos puertos de las costas sudamericanas al mando de una modesta escuadrilla de dos fragatas y dos corbetas. Los desgraciados sucesos ocurridos en  Talambo, el 4 de agosto de 1863, y una mala conducción de la crisis desembocaron en la ocupación de las islas Chinchas por la escuadra española. Relevado Pinzón del mando por el más diplomático general Pareja, éste limó las diferencias con Perú; pero el ataque por parte de la población civil a la marinería franca en Lima y el Callao (enero de 1865), condujo finalmente a la ruptura de hostilidades con Perú, Chile y Bolivia. Pareja, fuertemente impresionado por la pérdida de la goleta Covadonga, se suicidó.

Fue entonces cuando  Méndez Núñez, comandante de la fragata Numancia, tomó el mando de la escuadra española con la que realizó una campaña enérgica y agresiva. Con ardiente valentía y rememorando la labor de las conquistadores el siglo XVI,  bloqueó  las costas enemigas, viéndose obligado a bombardear Valparaíso (31 de marzo) y El Callao (2 de mayo de 1866).  

El brigadier Casto Méndez Núñez tuvo que enfrentarse al gobierno peruano, ya que varios trabajadores españoles fueron asesinados en una hacienda. Además este país se negó a entregar al nuestro  gobierno la indemnización acordada por la devolución de las islas Chinchas. Cumpliendo ordenes del gobierno  de Su Majestad  atacó con gallardía a los insurrectos de Perú y Chile en Valparaíso y luego en el Puerto de El Callao, donde fue herido de varios cascos de metralla.

Méndez Núñez merece sin duda el reconocimiento del gobierno español. Quien más que él merece  la cruz de honor.

Además, elevamos al Consistorio de Valverde dedique una de sus calles a este héroe nacional. En tiempos de decadencia, como los que corren, hay que rendir pleitesía a nuestros valientes soldados.  




VOTO SOLEMNE A LA PATRONA DE VALVERDE DEL CAMINO

Juan Carlos Sánchez Corralejo



En el año 1955, con motivo del II Centenario del Terremoto o Tsunami de Lisboa,  el ayuntamiento publicó una copia del acta levantada el 13 de Septiembre de 1756, fecha en la que se decidió  el Voto Solemne de los cabildos eclasiastico y secular, al considerar que la Virgen del Reposo habia librado a la villa  de de los destrozos que sí tuvieron, en cambio,  muchas villas de la comarca y que «terminó para con esta villa en solo amago, puesto que no causó estrago particular en personas ni edificios».